Aniya se incorporó en su cama cuando alguien intentó girar el pomo de su puerta. Seguro que era su padre porque si hubiese sido Valerie habría estado gritando su nombre también.
Con ojos somnolientos, entrecerró la vista al reloj. Marcaba las 2 a. m. El sonido de la puerta resonaba más fuerte debido al silencio en la casa.
Gracias a Lisa que había pedido un seguro de seguridad de una compañía en línea y se lo había dado. Se suponía que debía ponerse debajo del pomo de la puerta. Lisa le había instruido a llevarlo también al baño.
Al menos Aniya había recuperado su preciado sueño gracias a eso.
Pero ahora la forma en que alguien intentaba sacudir la puerta parecía que quería forzar la entrada.
Aniya seguía mirando la puerta, medio esperando que se astillara y se desprendiera de sus bisagras.
Lo único que le daba miedo eran las intenciones de su padre.