—No estaba lo suficientemente cansada, así que pensé... en salir y... beber algo para dormirme, así que decidí tomar café... —En su pánico, se recordó a sí misma que el café no se toma para dormir tranquilamente, sino para mantenerse despierto.
—Quiero decir... Yo... quería tomar té de manzanilla pero se cambiaron las botellas... —Podía sentir gotas de sudor en su rostro.
En lugar de pedir una explicación, él tomaba silenciosas caladas.
—¡Vete con él, si lo amas! —le dijo él casualmente y eso la dejó aún más atónita. ¿Qué esposo le dice a su mujer que se vaya con otro hombre?
—Shane... Yo...
—En serio, Nina. Empaca tus maletas y abandona mi casa. Si lo amas, entonces pídele que te quite de mis manos. Ya no soporto tu presencia.
Nina tragó con dificultad. Quería matar a Gabriel por hacerle esto a su vida perfecta. Él no era un hombre de palabra; entonces, ¿cómo podría confiar en él y dejar la casa Sinclair?