Valerie estaba sentada en el restaurante del hotel, esperando a Nina. La mujer mayor no sabía nada sobre el incidente de la oficina de hoy. Últimamente, estaba demasiado ocupada convenciendo a Andrew para venderle el Palacio Blanco.
Marissa planeaba organizar el evento en el palacio y Nina quería demostrarle al mundo que Marissa seguía siendo una perra sin clase y sin valor.
Sonriendo para sí misma, Valerie tamborileaba con los dedos ligeramente sobre su copa de vino mientras esperaba a su suegra. Los suaves murmullos de otros comensales apenas se registraban en su mente, ya que estaba demasiado absorta pensando en Nina y Marissa.
Ambas estarían demasiado ocupadas matándose la una a la otra y Valerie podría aprovechar la situación. La perra se había salvado hoy, pero no podría estar segura para siempre.
Su atención se disparó cuando notó una figura parada cerca de la mesa y no era Nina.