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Esa fue la mejor noche que Kate pasó en su vida. La cara habitación del hotel, el ambiente y el hambre insatisfecha de John Harris lo hicieron todo valioso.
No se dejaron dormir y continuaron disfrutando de su tiempo limitado en la cama. Y ahora ella estaba profundamente dormida, extendida a través de la cama.
John tenía una sonrisa orgullosa en su rostro al darse cuenta de que este agotamiento se debía a él. Él era la razón de este cansancio.
Tenía tantos planes para el día pero ahora ella necesitaba despertarse para desayunar.
Antes de irse a la cama alrededor de las cinco de la mañana, ella quería que él pidiera algo del servicio a la habitación porque sentía hambre, pero él no se molestó en escucharla.
Y ahora él se sentía culpable.
—¡Despierta, Kate! —él sacudió su hombro desnudo que asomaba entre las sábanas.
—Kate. Despierta. Debes comer algo ahora. —Ella todavía no se movió.