Si hubiera sido otra ocasión, Marissa le habría negado claramente. Sin embargo, después de hablar con Delinda se sentía mejor.
Necesitaba aceptar que se acobardó porque temía por la vida de sus bebés. También tenía que meter en su cabeza que Valerie era su esposa y que necesitaba vivir con ese hecho.
Decirle sobre sus sentimientos era inútil si quedarse con ella en el pasado no era más que un malentendido de su parte.
Dean les hizo un asentimiento sutil y abandonó el salón dejándolos solos.
—¿Te importaría si te llevo? —Esta vez, cuando él preguntó, ella asintió.
—Claro —Si su respuesta lo sorprendió, no lo dejó ver en su rostro.
***
Ambos estaban en el carro que iba suavemente por la carretera. Él estaba concentrado en conducir mientras que sentada en el asiento del copiloto ella lo observaba.
Después de unos momentos de un cómodo silencio, intentó romper el hielo —No terminaste tu almuerzo hoy... había una razón por la que le dije a Valerie...