—¿Te refieres a Amir? ¿El que entregó muebles defectuosos a nuestra oficina? ¿Kate es su prometida? —Dean asintió a Rafael.
—¡Dios santo! —Joseph se estremeció—. Ese hombre es un estafador, pero no podemos juzgar a esta mujer... Kate... basándonos en la actitud de este imbécil.
Todos estaban sentados en la oficina de Rafael discutiendo la próxima reunión cuando Dean recordó contarles sobre el incidente que ocurrió la última vez en su oficina.
—¿Pero? Eso fue muy grosero de su parte —Joseph se rascó la mandíbula—. Quedarse en la recepción no le daba el derecho de atacar a otro empleado.
—De acuerdo —Rafael movía el bolígrafo entre sus dedos—. Excepto que Marissa no es una empleada aquí.