Parte 1
Alistair se encontraba sobre el lomo de Rakasha, ambos observaban en el cielo al dragón rojo con un caballero con una armadura de color azul cielo.
Dos bestias estaban a punto de enfrentarse, el sol golpeaba en sus rostros, el sudor recorría el cuerpo de los dos jinetes.
Rakasha vio a Alistair y este le devolvió la mirada mientras hablaba en voz baja.
- Vamos, Rakasha…
El caballero patriarcal hablo en voz alta.
- Chico, puedes rendirte, te llevare con la fuerza de elite, y si el veredicto es inocencia, te dejamos libre, o puedes oponer resistencia y seguir aumentando tus crímenes, ¿Qué dices?
- Me niego, ustedes son unos asesinos, no los perdonare, a ninguno.
- Ya veo, a veces en el mundo, hay que hacer sacrificios.
- ¿Sacrificios? ¿para qué?
- Por la paz.
- …
- La paz del reino… la paz del mundo.
- ¡Están locoooooooooos!
Luego de soltar un rugido que parecía que iba a desgarrar su garganta, Alistair le dio la señal a Rakasha para que atacara al caballero de color azul cielo.
El dragón rojo cayó en picada hacia el dragón negro.
Ambos reptiles colosales chocaron el uno contra el otro haciendo temblar la tierra y levantando una nube de arena.
Pero la fuerza del dragón rojo de cabeza esmeralda era muy superior, lanzando a Rakasha devuelta a la tierra a gran velocidad impactando contra el suelo.
El caballero azul cielo le dio la señal a su dragón de atacar, a lo que este le empezó a brillar el pecho de color rojo y lanzando por la mandíbula una gran llamarada dirigida hacia Rakasha, pero este reacciono a gran velocidad esquivando la llamarada que cristalizaba la arena por donde pasaba.
- Rakasha, ahora… ¡modo Dios del Rayo!
Ante estas palabras, las escamas de Rakasha empezaron a vibrar rápidamente, no era algo que no hubiera pasado antes, pero en esta ocasión el cuerpo de Alistair también empezó a vibrar al mismo ritmo que las escamas.
Al ver esto, el caballero patriarcal solo pudo hacer una ligera sonrisa debajo de su yelmo.
Rakasha rompió sus límites, casi parecía que había desaparecido entre los rayos, ahora Rakasha solo eran destellos ante los ojos del caballero azul cielo.
Y luego un gran destello llego.
Un rayo impacto en el ala izquierda del dragón rojo atravesándola haciendo que este perdiera el equilibrio, pero aun así no cayó al suelo.
- ¡Kuroshiro, ataca!
Ante los gritos de su jinete, el dragón rojo empezó a volar rápidamente en donde llegaba el destello, o más bien, donde iba a llegar el destello (que era Rakasha) e inmediatamente empezó a lanzar bolas de fuego que impactaban en la arena, pero Rakasha esquivaba los ataques con gran precisión, o eso parecía.
Una bola de fuego impacto en el costado de Rakasha haciendo que perdiera el equilibrio y cayera con gran impacto sobre la arena haciendo que múltiples chispas saltaran por el área.
- ¡Vamos, Rakasha, tu puedes!
El costado de Rakasha estaba quemado y sangrando, pero algo sucedió, la herida de Rakasha empezó a cauterizarse producto de los rayos que estaban saliendo de su cuerpo, y con un rugido que se escuchó en toda el área, Rakasha se envolvió en una onda eléctrica y difuminándose en esta.
Múltiples rayos empezaron a volar por el cielo a lo que el dragón rojo (Kuroshiro) empezara a volar rápidamente esquivando los rayos, pero en un instante donde debería estar Rakasha, ya solo quedaba un trozo de vidrio generado por el calor de este.
Una sombra paso por el lado de Kuroshiro o más bien, un destello blanco que parecía volar y rápidamente se posiciono por encima de ellos.
- ¡ATACA!
- ¡ATACA!
La orden venia de ambos jinetes. Kuroshiro lanzo múltiples bolas de fuego en dirección de Rakasha y este lanzo unas lanzas relámpagos de su mandíbula en respuesta.
Una explosión ocurrió.
Múltiples rayos impactaron en el suelo incluso quemando varios árboles del bosque ocasionando un incendio y a su vez varias bolas de fuego fueron dirigidas al cielo.
Una nube se había formado sobre ellos, el lugar estaba envuelto en llamas y humo.
El Rakasha bañado en electricidad nuevamente cayó al suelo, en esta ocasión había caído en el bosque, usaría los árboles para desplazarse sobre ellos y alcanzar nuevas alturas.
El humo se dispersó y ahí seguía Kuroshiro con múltiples quemaduras en su cuerpo pero ninguna fatal, aunque para el caballero con armadura de color azul cielo no era igual.
Su armadura que antes era totalmente de color azul cielo brillante y acabados en dorado, ahora estaba llena de abolladuras y quemaduras, su yelmo en algún punto se había caído de su cabeza y ahí solo se mostraba una cicatriz en su ojo izquierdo todavía fresca, seguramente un ataque perdido de Rakasha.
El jinete azul cielo (quemado) hablo.
- Mi nombre es Dagorg, ¿Cuál es el tuyo? Lo recordare hasta el final.
Alistair envuelto en electricidad solo puso una sonrisa cínica.
- Dagorg eh, mi nombre es Alistair, que no se te olvide, bastardo.
- Alistair, jum, está bien niño.
Rakasha empezó a lanzar rayos con más intensidad desde su cuerpo, ya no generando un incendio en el bosque, si no directamente carbonizando el área.
- ¡VAMOOOOOOOOOOS!
Parte 2
Un wyvern de color negro con dos pares de ojos rojos se dirigía rápidamente volando sobre el bosque, este wyvern era Bolgius, y su jinete era el instructor de la casa Sur, Arne.
- ¿Qué haces Alistair?
Arne solo podía apretar sus puños mientras se dirigía rápidamente sobre su wyvern hacia un cumulo de nubes oscuras, fuego y humo que se veía a lo lejos en la frontera con el reino del Desierto.
- Solo espero que no seas el responsable de lo que esta pasando…
Momentos antes hubo un entrenamiento con los miembros de la casa Sur, pero el único ausente era Alistair, lo que llevo a Arne, su instructor, a buscarlo por la academia, fallando en encontrarlo. Luego de la fallida búsqueda, Arne escucho unos soldados hablando sobre que los que cuidaban la frontera con el reino del Desierto no habían vuelto ni hecho ningún reporte al respecto, a causa de esto, Arne solo pudo pensar en Alistair, rápidamente monto en su wyvern y empezó a sobrevolar los alrededores de la academia hasta que a lo lejos, más específicamente en la frontera con el reino del Desierto, Arne pudo ver lo que parecía ser una tormenta.
- Alistair…
El wyvern de Arne dio un aleteo y aumento su velocidad notoriamente.
Parte 3
Rakasha trepo rápidamente en un árbol el cual uso como catapulta directa hacia Kuroshiro a lo que este en respuesta se dirigió hacia Rakasha.
Ambos reptiles chocaron en el aire.
Una onda de choque levanto una gran nube de polvo y hojas del bosque.
Ambos reptiles estaban en el aire aun con sus cabezas chocando, y aun así Alistair se puso de pie y corrió por el lomo del electrificado Rakasha hacia Dagorg y este hizo lo mismo en respuesta.
En medio del caos y la destrucción ambos jinetes gritaron y chocaron sus frentes en el aire al igual que sus compañeros reptiles.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!
- ¡GRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAH!
- ¡GRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAH!
Tanto los dragones como sus jinetes rugieron en conjunto.
Aunque parecía una batalla claramente igualada, el resultado fue absurdamente predecible.
Rakasha y Alistair fueron disparados de regreso a tierra dejando un gran cráter en el bosque, Alistair había caído en algún árbol y Rakasha si tenía heridas bastante serias.
- Increíble niño, realmente me impresionas, pero esto… se acabó.
Alistair cayó del árbol dislocándose el hombro.
En este momento Alistair tenía múltiples heridas y quemaduras en todo su cuerpo, pero Alistair se arrastró como podía hacia el enorme cráter que había dejado su compañero Rakasha al caer.
Como pudo, Alistair llego donde Rakasha y paso lentamente su mirada sobre el cuerpo de su compañero, salía sangre de muchas partes, tenía cortadas, quemaduras, seguramente heridas internas por la sangre que brotaba de su mandíbula y ojos.
Alistair hablo suavemente solo para que su amigo lo escuchara.
- Lo siento… por no ser más fuerte.
Ante sus palabras, Rakasha solo pudo entrecerrar los ojos que miraban directamente a Alistair.
Dagorg hablo desde el lomo de Kuroshiro.
- Si ya se despidieron, entonces supongo que están listos para morir.
Alistair solo podía apretar sus puños en impotencia mientras esperaba el golpe contundente.
Entonces.
Un muro de fuego purpura se levantó sobre ellos.
Dagorg solo pudo sonreír.
- Así que viniste, el dueño de ese wyvern especial.
- ¡Dagorg! ¿Qué significa esto?
- Jum… Ese niño ataco y asesino a varios de nuestros soldados.
- ¿Eso es verdad, Alistair?
Ante la pregunta del recién llegado Arne, Alistair solo pudo desviar la mirada en silencio.
- Ya veo…
Arne desvió la mirada nuevamente hacia Dagorg.
- Estaba asustado, tal vez en defensa propia, no sabemos realmente.
- ¿No sabemos? El chico nos atacó pensando que estábamos conspirando e incluso nos acusó de la muerte de una de sus amigas.
- Alistair, ¿Qué tanto escuchaste?
Alistair aun en el suelo magullado por las heridas, le respondió a Arne.
- Ellos hablaban de que habían matado a Daniela, no… que Gabriel lo hizo.
- ¿Y estas seguro que los escuchaste decir explícitamente eso?
- No… no realmente, estaba muy lejos para escucharlos, pero sé que planean algo.
- Ya veo
El instructor Arne se dirigió nuevamente a Dagorg,
- Lo alcanzaste a escuchar ¿cierto?
- ¿Qué quieres decir?
- Todo fue un malentendido nada más.
- ¿Y crees que se saldrá tan fácil luego de todo lo que hizo?
- Está bien, yo asumiré la responsabilidad, yo hablare directamente con el patriarca, Godwin.
Mientras que la conversación entre Arne y el soldado azul cielo ocurría, Alistair solo pensaba en algo, ¿ese fuego purpura de dónde salió? ¿No se suponía que los wyvern no lanzaban fuego?
''Dueño del Wyvern especial''
Esas eran las palabras que dijo Dagorg para referirse al instructor Arne.
Parte 4
Luego de una larga discusión, Dagorg finalmente cedió ante la propuesta de Arne y eventualmente llegaron más soldados comunes y caballeros patriarcales al lugar.
Los médicos del castillo les prestaron atención médica a Rakasha y a Alistair, luego de estabilizar a Rakasha, fue puesto en confinamiento al igual que Alistair.
Confinamiento de 3 días para el jinete y su dragón.
Luego de eso, Alistair volvió a la casa Sur pero el instructor Arne no vino durante una semana más.