La humedad recubría las paredes de piedra, caminaba sobre los charcos que se habían formado por la lluvia del día anterior, y cruzo aquel callejón. El sol golpeaba sobre su rostro pálido y cabello blanco.Observaba lo que era un enorme castillo con múltiples torres y en cada torre, una gran cantidad de ventanas, parecía que el castillo podría perforar el cielo. Era una especie de academia para entrenar soldados del reino de la Lluvia. Para aquel chico este sería su nuevo hogar.-Esto ya es algo.El chico sonreía mientras decía esa frase, y con su bolso de equipaje al hombro, camino hacia su nuevo objetivo.