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Chapter 4 - Una Noche Loca...

[Notificación del sistema: Se ha detectado hostilidad por parte de la Entidad "Natch Astur". Iniciando contra medidas...]

—Verán, soy un aventurero veterano y estaba buscando jóvenes promesas. El gremio de Nosfer no está pasando por un buen momento y me gustaría saber si su hijo querría acompañarme para ser uno de nosotros —. Natch estaba sentado en una de las sillas de la sala de reuniones de mi casa, hablando con mis padres.

[Notificación del sistema: El Usuario ha obtenido la habilidad "Búsqueda Sistemática"]

[Búsqueda Sistemática: Te puedo sentir y puedo sentir la paliza que te voy a dar...

El Usuario es capaz de sentir a otros sujetos detectados como "Usuarios de Sistema".

Habilidad pasiva: El Usuario recibe un aumento en sus instintos de supervivencia.

El propio estado del Usuario como "Usuario de Sistema" ha sido ocultado]

[Notificación del sistema: La habilidad "Búsqueda Sistemática" es capaz de evolucionar. Nivel del Usuario insuficiente para determinar el primer límite de la habilidad.]

—Nosfer, la capital del reino... Nunca la he visitado pero he escuchado que ahí es donde nacieron o vivieron los mayores héroes de la historia —. Mi padre se quedó pensativo durante un instante antes de asentir. —Si a Kevin le parece bien, no veo porque no. Un hombre no puede huir de su destino después de todo.

Ahora la atención estaba dirigida hacia mi. Mire a mi madre y vi un pequeño asentimiento por su parte, mi padre me miraba expectante, como si esperase que aceptará.

Y Natch... Su mirada me hace sentir que si no acepto voy a ir con el primo Mort...

—Y-yo... —. Las palabras no salían de mi boca, realmente estaba aterrado por las posibilidades.

Si no acepto es probable que muera, nunca antes me había puesto a pensar en que la muerte era el final de todo, pues siempre aguarde una esperanza de que la vida continuaba como en las historias de reencarnación o que existía un dios benevolente que enviaba a las personas a otros Mundos. Y al final pasó la primera opción, pero fue casualidad, un error, en verdad el que obtuviera un sistema y pudiera reencarnar solo fue una posibilidad infima entre millones, por eso no puedo estar seguro de que me pasará si es que Natch decide que es mejor asesinarme.

Me aterra la posibilidad de que literalmente me reduzca a la nada misma o me envíe a una tortura eterna, da miedo, mucho miedo. Pero, por encima de mi miedo, hay una tristeza en ese pensamiento.

Cuando creí que podía tener un nuevo inicio, cuando finalmente me sentí apreciado por alguien, cuando creí que pude reconectar minimamente con la sociedad aun si era en otro mundo...

Tuve ganas de llorar, de dejarme caer ante el pensamiento de que todo terminó, pero aún no debo rendirme. Aunque me cueste mi propia existencia debo seguir luchando, si, después de todo hice un Juramento, ser diferente ¿no?

[Notificación del sistema: Capacidad: Voluntad: Inquebrantable (40%>20%)]

—E-el señor Natch e-es un aventurero veterano ¿no? Quizá pueda aprenda algunas cosas de él —. Al inicio mi voz tembló, pero la pequeña determinación a no rendirme ante mis pensamientos pesimistas me ayudó a calmarme un poco y seguir mi acto.

No debo dejar que descubra qué soy un Usuario de Sistema, ese sería el peor escenario posible.

[Notificación del sistema: Talento: Actuación (40%>20%)]

—Entonces esta decidido —. Natch aplaudió y se levantó animado de su silla. —Señor y señora Alekey, debido al riesgo que conlleva ser un aventurero y más en la capital de este reino, si Kevin pasa la prueba necesaria para ser un aventurero ustedes automáticamente podrán pensionarse en el momento que quieran. El nuevo gobierno ha sido amable con las familias de las personas que valientemente se aventuran a pesar de los riesgos, después de todo —. Sonrió por lo bajo y salió de la habitación mientras murmuraba algunas cosas.

—¿Eh? —. Mis padres se quedaron estupefactos, no todos los días se conocen personas así de extrañas.

—¡Por cierto, Kevin, te espero en la entrada del pueblo mañana al amanecer, si llegas tarde te obligare a correr todo el camino! —. Ah, lo pude engañar, que alivio...

Mis piernas no soportaron más y cedieron a mi propio peso, dejándome en el suelo.

Nadie en la habitación se movió por algunos segundos después de mi caída, solo fue hasta que mi madre reaccionó qué todos volvimos a la realidad.

—¡Nos acabamos de pensionar antes de los sesenta! ¡Querido, Kevin es un regalo de los cielos!

...

Luego de unos minutos de alegría por parte de mis padres, subí a mi habitación para preparar todo lo necesario para el viaje.

En una maleta qué me prestó mi padre metí ropa, papeles en blanco, tinta, una pluma para escribir y dinero que tenía ahorrado en secreto.

No lo mencioné antes pero el sistema monetario de este Mundo va desde la moneda de algo llamado gaston, pasando por el cobre, plata y el oro.

Una de cobre es cincuenta de gaston, una de plata diez de cobre y una de oro diez de plata. Según sé, el gaston es más o menos una concentración sólida de la Energía Maná qué se origina en sitios con una alta concentración e incluso alguien diestro en el manejo de este puede crear sus monedas.

Por ello es que en las centrales de producción se les puso un sello que se heredó en la familia noble Gaston, así evitan la falsificación de las monedas y se aseguran de que la economía no se desestabilice en cada momento por imbéciles que quieren pasarse el estatus quo por el culo.

En fin, el gaston se usa mayormente para pagar el excedente de las demás monedas, ejemplo, un almuerzo corriente o "corrientazo" en este Mundo puede variar de entre las tres monedas de cobre y cinco de gaston a dos de cobre y treinta y cinco de gaston.

Respecto a la economía de mi Mundo original, no recuerdo bien como era, después de todo han pasado casi quince años desde que morí y más de veinte desde que me desconecte casi totalmente de la sociedad en ese entonces. De lo que recuerdo, el corrientazo en este Mundo debería costar en mi Mundo unos trece mil quinientos a quince mil quinientos... ¿Pesos? No recuerdo bien.

Volviendo al tema, lo que tengo ahorrado es una bolsa llena de gaston, unas cincuenta monedas, otra con cuatro de cobre y una moneda de plata que guarde en un bolsillo medio escondido. No es mucho pero en caso de emergencia me podría salvar de dormir en la calle durante un día o darme de comer durante unos cinco días.

Son estimaciones, después de todo nunca me he alejado mucho de mi casa, si he salido al mercado a comprar comida o ido a caminar a un bosque cercano es mucho decir.

—Hijo, ten una buena noche, recuerda levantarte temprano y asegurarte de pasar el examen de aventurero —. Mi padre habló desde la puerta y luego la cerró.

Mi habitación era mediana en cuanto a tamaño, una cama, un armario y una mesita de noche, también hay una ventana que da al exterior y la cual estoy usando para apoyarme y mirar el cielo.

Deberían de ser alrededor de las siete.

No miro la posición del sol y la luna para determinar el tiempo por mero gusto, si, existen los relojes y afortunadamente tienen la misma medida de horas, minutos y segundos, pero no es algo que sea barato.

Debido a las pocas personas dispuestas a aprender o trabajar en la creación de estos, sumados a los procesos de producción y comercialización, se tiene entendido que solo las personas de alta alcurnia, aventureros y personas con una alta necesidad de saber la hora exacta, tienen relojes personales.

Personas medio pobres como yo necesitan aprender a medir el tiempo según la posición del sol o ver la hora en los relojes de las iglesias, aunque ayuda mucho el hecho de que haya una campana que suena cada seis horas.

Los componentes electrónicos aún no se han descubierto y estimo que faltan al menos unos cuantos siglos antes de que eso suceda, pero no me interesa realmente, quizá para cuando los primero indicios de tecnología más moderna como teléfonos o incluso bombillas empiecen a aparecer yo ya estaré pudriendome en una tumba.

—Haa~, lo que sea, ya me dio sueño y necesito energía para mañana... —. Suspire y me metí debajo de la cobija de mi cama, no es la más cómoda, pero cumple su función.

"Ellos esperan mucho de alguien como yo..."

"Necesitas esforzarte más..."

"Confían en ti para solucionar sus vidas..."

Cientos de pensamientos inundaron mi mente cuando estaba por pegar el ojo. Supongo que será así de nuevo eh...

Mañana será otro día...

***

En otro lugar, un hombre recargado contra un árbol en un intento por conciliar el sueño cierra los ojos con fuerza.

"Nunca vas a ser suficiente y lo sabes."

"¿Por qué no te rindes y ya?"

"No mires..."

"Natch..."

"Natch."

"NAAAAAATCH."

Otra vez... —. Natch suspiró mientras se levantaba del suelo, aún cuando abrió los ojos podía ver imágenes residuales de sus recuerdos y sueños recurrentes.

Caminó hasta regresar al pueblo Chiske, si bien no era tan grande como para llamarse ciudad si contenía al menos unos nueve mil a once mil habitantes.

Hmm, son las diez... Deben estar abiertos dos o tres burdeles... Nah, luego iré a Salomón, tengo hambre —. Susurró mientras atravesaba las calles del pueblo, si acaso veía ocasionalmente uno o dos grupos de personas bebiendo o caminando.

Su andar se detuvo en cuanto encontró un establecimiento con un cartel en la parte superior.

"Hotel, restaurante y bar de Nasca"

Las puertas estaban abiertas de par en par por lo que no lo pensó mucho y entró, notando la gran cantidad personas dentro del lugar. Había tanto bulliciosos como personas serias, las mesas eran rectangulares con bancas en cada una, había también una barra de madera en la esquina derecha en donde una chica con rasgos similares a los gatos servía bebidas a varios clientes, una zona en la esquina izquierda con un cartel en la parte superior mostrando la representación de un hombre y una mujer; junto a lo que se entendía era el baño había una escalera qué llevaba a un segundo piso.

Y en el centro de todo estaba una estructura de madera, similar a un atril, en el que una mujer vestida con un smoking negro, corbata roja y zapatos de vestir daba instrucciones a personas que acababan de llegar; junto a la mujer estaba una puerta que dirigía a una cocina, de gran tamaño, en la que tanto hombres como mujeres se movían por todo lado, entrando y saliendo con bandejas llenas de comida y bebida.

Era, por supuesto, el restaurante predilecto para cualquiera que pusiera un pie en el pueblo, no solo era un restaurante, bar y hotel, como lo indicaba el cartel de la entrada; sino que también el nombre que lo respalda da la seguridad a cualquier viajero de que no sería robado o intimidado durante su estancia.

Huh, hace tiempo que no veo a Nasca... Quizá le haga una visita después —. Susurró y luego suspiró antes de caminar hacia la chica en el centro de todo.

Fufu~mira no más esa empuñadura, la espada debe de ser gigante.

Deja tu la espada, ¿eso es un arco? Se ve genial.

—Mira, también tiene un refuerzo de acero en los guantes. Este debe ser de los de alto calibre.

Cuanto más caminaba, más podía escuchar susurros haciéndo mención de su extraño aspecto. Aunque intentará ocultar en lo posible todas las cosas que llevaba encima con una capa marrón claro aún eran visibles.

—Buenas noches, si desea beber algo la barra está allí, el baño por allá, si quiere pedir algo para comer siéntese en cualquiera de las mesas libres y uno de nuestros meseros lo atenderá pronto, si desea alojamiento, la noche cuesta nueve de cobre, aunque existe una promoción de un corrientazo y una noche por una de plata —. La chica, al parecer de veinte años, mantuvo una cara seria en todo momento, sus ojos marrones se fijaron sobre los suyos a pesar de la diferencia de estaturas, al menos de veinte centímetros.

—Claro, gracias por el recibimiento Linda, ya sabes lo que quiero así que diles que lleven todo a esa mesa de por allá —. Natch puso su mano izquierda sobre el cabello negro de Linda y le dio un par de palmaditas antes de señalar con su índice una mesa vacía al lado de una ventana cerca a la barra.

—Entendido, tome asiento y su pedido llegará en... Treinta minutos —. Linda apartó la mano de Natch y caminó hacia la puerta a su lado derecho. —¡Un concentrado de lujo para la mesa siete!

Natch caminó hasta la mesa y se sentó mirando por la ventana hacia el cielo.

—Señor Astur, un gusto verlo de nuevo, ¿necesita guardar su equipaje? —. Un mesero, vestido con un smoking negro y corbatín de igual color, se acercó a la mesa.

—Si, por favor.

Natch se levantó de la banca y empezó por quitarse la gabardina qué cubría casi completamente su cuerpo, entregandosela al mesero. Luego desabrocho dos correas atadas por encima de su hombro derecho y otra desde su costado izquierdo y tomó una funda de espada de casi su misma estatura.

Puso la funda contra la pared de madera y prosiguió quitándose un cinturón con dos fundas conteniendo una daga y una espada corta junto a dos compartimentos medianos y una espada atada a una cadena en la parte trasera, solo desabrocho las armas y puso el cinturón en su lugar de nueva cuenta.

Le entrego las armas al mesero y ahora quito de su espalda un arco largo, rozando el metro cincuenta, y un carcaj mediano lleno de flechas. También se quito sus guantes y se los dio al mesero.

Una vez entregó todo al mesero, solo se quedo con su ropa (una camisa blanca sin mangas, unos pantalones marrones oscuros y botas negras hasta sus pantorrillas) y el cinturón con los dos compartimentos.

Suspiró y se acercó a la barra de madera, tomando una silla circular acolchada y mirando detenidamente a la chica que estaba atendiendo en el momento.

—¿Qué desea en esta noche?

—Dame lo más fuerte que tengas, todo —. Natch se recargo en la barra, no pasó más de tres segundos antes de que la chica con rasgos felinos le pasará una botella de color blanco.

—Es una nueva bebida directa de Spyr, tiene un proceso de destilación especial ya que... Ya lo estas bebiendo... Directo de la botella —. La chica miro con un pequeño rastro de furia como Natch se tomaba casi la mitad de la botella de un trago. —Maldito alcohólico.

—No soy un alcohólico si no me emborracho. Además, voy a pagarlo, así que no te preocupes Gata —. Natch, por su parte, agitó su mano libre y le dio una sonrisa burlona a la bartender.

—¡Que no me llamó así, ya te lo he dicho! Me llamo Katarina, eres mi amigo, llamame Kata, ¡no me llames Gata, malnacido! —. Las orejas felinas de Katarina se agitaron mientras reprochaba el actuar descarado de Natch.

—Si si si, pasame otra botella, esta no es suficiente —. Natch dio otro trago a la botella, vaciandola por completo.

—Te bebiste una botella de vodka con 96 grados de alcohol... ¿de dos tragos?

—Seh.

—¡¿Como que esta ocupada?! ¡Ya saben que en el quinto siempre escogemos esa mesa! —. Una voz llamó la atención de todos los comensales en el lugar, era un hombre relativamente joven con siete personas detrás suyo gritandole a Linda, la chica encargada de dar instrucciones a las personas que entraban al establecimiento.

—Usted no ha hecho una reservación, además de que venir aqui el mismo día durante tres meses no les da el derecho a acaparar una mesa. Aunque si hablan con la persona que la escogió pueden llegar a un acuerdo —. Linda explicó sin mostrar cambios en sus expresiones, aun con la actitud de ese tipo de personas debía mantener la calma ante todo.

—Bien, perfecto, dime quien es el reverendo pendejo al que tengo que sacar de aquí.

—Oiga, ser un aventurero no le da justificación a decir eso de-.

—Solo dígame quien es el que eligió la mesa y ya, para eso te pagan ¿no? Rápido.

—Intente advertirle, ¿ve a ese rubio de allá? Yo de usted no me metería con él pero haga lo que quiera, esta semana fue estresante —. Linda señaló con indiferencia en la dirección de Natch, que estaba por terminar su segunda botella.

El joven que armó el escándalo estaba vestido con una armadura propia de un caballero, en su cintura reposaba una espada qué desprendía un brillo verde. Caminó hacia Natch hasta poder agarrarlo del hombro y darle la vuelta al haciendo en el que estaba.

—Oiga, amigo, ¿usted está ocupando esa mesa? —. El hombre señaló la mesa en la que anteriormente había estado sentado, la siete.

—¿Huh? Si, mi pedido todavía se demora unos veinticinco minutos así que estoy esperando —. Natch no me dio importancia a las palabras del hombre y solo se dedicó a beber su tercera botella de vodka.

—La cosa esta así, tu te vas a quitar de nuestra mesa ¿entiendes? Te vas a quedar aquí como el buen borracho inútil qué eres y vas a cancelar tu pedido o puedes hacernos un favor a todos e irte rápido de aquí, elige rápido.

—No, es mi mesa, ¿por qué debería dárselo a ustedes? Ni siquiera los conozco —. La tranquilidad en la voz de Natch era inalterable ante las provocaciones del joven.

Inadvertidamente, un sonido seco llegó a los oídos de las personas cercanas a Natch y el joven. El sonido provino de los guantes metálicos del joven al chocar con la palma izquierda abierta de Natch, había intentado golpearlo con su puño derecho.

—¿Qué? Uwaa gahg —. El joven hizo unos sonidos de ahogamiento al ser tomado del cuello por Natch.

Natch se levantó de la silla aun sosteniendo al joven con su mano derecha y lo arrastró hasta la entrada, en la que, como si fuera basura, lo arrojó fuera del establecimiento.

—Me sorprende la cantidad de basura que hay hoy en día —. Suspiró e intento regresar al establecimiento, siendo detenido por la presencia amenazante de siete personas armadas con espadas, cuchillos y palos de madera con aspectos extraños.

—¿Qué te pasa imbécil? Toca a uno de nosotros y te las ves con todos —. El que habló fue un hombre de gran musculatura con una espada grande atada a su espalda, llevaba una camisa negra, pantalones grises y botas de igual color.

—Oye oye, vamos a calmarnos un poco antes de que te pongas rojo... Bueno, morado —. Aunque lo que más llamó la atención en Natch fue la tez oscura del hombre.

—¡Hijo de puta!

Dentro del establecimiento lo único que se escuchaba eran los sonidos de una pelea, cosas golpeando el suelo, gritos de dolor y finalmente el llanto de una mujer.

—¡Uwaaa! ¡Yo no hice nada, nada, por favor no me lastimes! ¡Soy demasiado bonita para ser golpeada!

—Haa~, ya calmate, no te golpearia sin una buena razón, vamos te invito un trago.

A los segundos, Natch volvió a ingresar al establecimiento, solo que ahora seguido por una chica de cabello castaño claro, cara suave y un poco pálida, vestida con ropa que se le atribuia común a las brujas.

Natch se sentó y le indicó a la chica que se sentará a su lado, haciéndole caso casi de inmediato.

—¿Como te llamas? —. Natch tomó un vaso y se sirvió de la botella qué había estado bebiendo.

—Gabriela, sin apellidos —. La chica parecía nerviosa, aunque al notar la poca hostilidad de Natch hacia ella pudo relajarse un poco.

—¿Edad? —. Natch bebió el contenido del vaso de un solo trago y después preguntó.

—Oye, ¿no sabes que a una mujer no se le pregunta su edad?

—Hmm, ¿veintinueve?

—... Veintisiete...

—Hmm —. Natch tomó un segundo vaso y sirvió de su botella, acercandolo a la chica.

Ella, sin saber que más podía hacer, tomó el vaso y bebió un cuarto del contenido, quedando aturdida.

—¿Estás bien? —. Natch puso su mano en la espalda de la chica e inclino su cuerpo para ver más de cerca el rostro de la chica.

—Oye... Ahora que te veo bien... No eres para nada feo...

...

—Linda, necesito una habitación, solo una noche.

—Uh, claro, sube las escaleras y ve hasta el fondo... Del pasillo ¿no?

—Si si, muy graciosa.

...

Ah ah ah, sigue... Más duro... Más duroooo~

...

Palabras del autor:

Llevo 48 horas sin dormir, maldito insomnio de mierda.

El final del capítulo fue un poco xd, perdón.

En fin, gracias por leer