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Chapter 166 - Un mar de preocupaciones

Todo se estaba volviendo algo confuso, los Lancaster querían traicionar a la corona, Vanessa espiaba nuestra conversación con Iris, lo que hizo que mis pesquisas iniciales tuvieran razón, ella ocultaba cosas, a eso había que sumarle que la chica enmascarada también merodeaba por estos lares y me querían muerto, al menos esa última parte ya no me sorprendía, pero algo estaba tejiéndose y no tenía ni la menor idea de que era.

-¿Gran crees qué es seguro que sigamos en Dublín? - pregunto Hero algo preocupada.

-No lo sé cariño, no se muy bien que hacer, eso me preocupa, además las chicas y Roy aún no llegan, cielos me estoy poniendo muy nervioso.

Will se acercó a mi, hizo que lo mirara a la cara.

-Gran hablamos de mis hijos, ambos saben defenderse bien, no creo que haya preocuparse, Lay es mejor que la mayoría de Sir de este lugar al igual que Roy, y Roja, fue aprendiz del mismo hombre que me entreno y te consta que son buenos guerreros, así que tranquilízate, preocúpate por tu señora e hija. - dijo sonriéndole también a Hero y Gwyn.

-Gracias Will por lo que haces, dime, tu en mi posición ¿Qué crees que debería hacer?

Will se rasco la barbilla, camino en círculos pensando.

-Creo que lo mejor que podríamos hacer es averiguar que está pasando en realidad, sabemos que quieren matarte a ti y a Eduardo, pero no sabes ni cuando ni porque, también algo está pasando en Dublín y hay que sumarle la campaña en el norte, son muchas cosas lo que me lleva a pensar que hay más de un hombre detrás de este plan y si queremos saber que está sucediendo conozco al indicado para ello, el problema es que no hemos podido ubicarlo.

-Magnus. - dije sin pensar.

-Te refieres al hombre que me contaste que se parece físicamente a nuestro padre, ¿Gran?

-Si cariño, ese mismo desgraciado. Esperemos a que los demás vuelvan a la casa de los placeres, cuando estén aquí veremos cómo ubicar al infeliz... Felia, tal vez ella sepa dónde ubicarlo, recuerdo que cuando me enfrente a Arthur, ellos estaban sentados juntos.

Después de una breve charla decidimos hacer lo que dije, tuvimos que esperar un buen par de horas dónde al menos Hero no perdió el tiempo, se puso algo juguetona conmigo con la escusa de que los gemidos que escuchábamos de vez en cuando la excitaban un poco, pero era una mentira, está vez lo hacía para distraerme, lo que agradecía, me había puesto muy nerviosos por todo.

Hero se encimaba arriba mío, metía sus manos bajo mi camisón para tocar directamente tanto mi vientre como mi pecho. Yo la rodeaba por la cintura apegándola incluso más hacia mi de lo que ya estábamos.

Me dio besos en el cuello hasta llegar a mi boca, cada vez que tocaba mis labios con los suyos le invadía una corriente muy agradable que era casi como una dulce droga envuelta en una maravillosa fragancia.

-Amor si seguimos así, no voy a poder aguantarme y en cualquier momento podría aparecer Gwyn.

-¿Hacer que?, yo simplemente tocó lo que me pertenece. - Dijo entre risas. -Además, Will está jugando con la niña y yo también quiero tu atención, cuando aclaraste la situación con ese mayordomo, quise desnudarte ahí mismo, es maravilloso escuchar que me trates como tú prometida y a Gwyn cómo nuestra hija.

-Si lo hubieras hecho Hero, hubiéramos dado un buen espectáculo, de eso seguro, pero detenten cariño hablo enserio, apenas puedo detenerme, ¿aguantemos nos hasta la noche, ya?

Hero se detuvo quedando sentada encima de mi entrepierna, tenía cara como si le hubieran quitado un dulce a una niña pequeña, incluso hasta hizo un poco de pushero, pero accedió finalmente a no continuar con su juego, eso sí, no sin antes morderme el cuello, dejándome marcado los dientes.

Cuando quiso quitarse de enzima no la deje, pese a que necesitaba controlarme, no quería que se despegará de mi.

-Nunca dije que quería que te movieras, quédate así conmigo Hero, te necesito, me siento muy agotado, físicamente, pero sobre todo mental, tanto juegos e intrigas siento que están acabando conmigo.

Hero se acurrucó sobre mi, y me abrazo por el cuello.

-Cargas mucho sobre tus hombros Gran, antes no tenías que cargar con este tipo de cosas, por mucho que haya pasado casi un año, no significa que estés acostumbrado a esto, recuerda que hasta hace no mucho aquí había un pancita, estos músculos en el brazo no estaban y solías cargar libros, no está mujer que tienes encima tuyo.

-De lo último que dices Hero no estoy muy seguro, varias veces me hiciste cargarte simplemente por capricho y ahí iba yo haciéndote casó.

-Es verdad, a Rury le molestaba un poco eso, pero después note que le interesaba más tu que yo, esa mujer admito que me tuvo loca por un tiempo, y aún así no pudo nunca sacarte de mi cabeza, al final la que terminó con celos en esa relación termine siendo yo, eso sí me enojo.

Me reí un poco, realmente Hero no estaba muy bien de la cabeza, y precisamente era eso lo que me hacía reír, pero no me importaba, la quería como era, por tanto años tuve que sufrir para estar juntos y al fin lo estaba, ahora solo tenía miedo de perderla, si ese fantasma que vi cuando tenía nueve años tenía razón, tendría que ver cómo moría la persona que más amaba en la vida, eso me aterraba.

-Nunca te separes de mi Hero, sin importar lo que suceda, prométeme eso, por favor.

Ella se movió para quedar a la altura de mi cara.

-¿A que viene eso Gran?, no me digas que estás pensando en nuestro encuentro cuando éramos niños, con esa fantasma.

-Precisamente en eso cariño, me aterra la idea de perderte, tengo mucho miedo, de perder a quien sea, ahora que vienen por mi, tango miedo de perderlos.

Hero me dio un beso, una que hizo que momentáneamente desaparecieran mis problemas.

-No te preocupes, eso no va a suceder Gran, no lo permitiere.

Hero me iba a dar otro beso, pero justo nos interrumpió la llegada de Roy.

-Ustedes no pierden el tiempo, no es así par de tortolos. - dijo Roy burlonamente.

-Mira quién lo dice, te vimos muy acaramelado con esa mujercita a la que le regalaste un ramo de flores.

Roy se puso nervioso en el acto cuando Hero le menciono lo sucedido, el preguntaba cómo lo sabíamos, a lo que los dos contestamos que lo habíamos visto de reojo en nuestro camino a la Finca.

-La pregunta que hay que hacer es ,¿te le declaraste? - pregunté.

-Si lo hice, Gran.

-Pues ya dilo hombre, no nos dejes con la intriga. - exigió Hero sin siquiera haber salido sobre mi.

Roy se froto el cuello.

-No tuve una respuesta como tal o tal vez si, realmente soy pésimo en esto. Lo que sucedió es que cuando me declare ella se quedó en silencio, luego me miró me llevo a su pieza y bueno lo hicimos, lo que fue genial, luego estuvimos hablando un poco de tonterías y cuando iba a preguntar que éramos, llegó su padre y me saco de su casa a golpes, incluso me dejó marcado el escobillón en la espalda, miren.

Efectivamente tenía marcado una vara de escobillón en la espalda, pero eso no fue lo que provocó nuestras risas, si no los rasguñones y que metido en el pantalón, tenía el calzón de Mónica enganchado en una de las correas que tenía.

-Debería golpearte, hombres siempre tan despistados.

-Espera Hero está vez, no me metas en el mismo saco, hasta yo entiendo que lo que dijo Monic fue un rotundo si y por cierto Roy tienes su calzón colgando de tu cinto.

Ver la reacción de Roy fue graciosísima, se puso muy vergonzoso hasta que lo agarro con las manos.

En eso llegaron Roja y Lay que vieron a Roy sosteniendo un calzón.

-Pervertido espero que esa no sea mi ropa interior. - protesto Roja.

-Que, no es de mi... Monic.

-Ósea que le robaste la ropa interior a la chica que te gusta hermano.

-No, Lay tampoco es eso, se me engancho en la correa del pantalón cuando el padre de Monic nos sorprendió en la cama, por favor créanme.

Ni Hero y yo podíamos parar de reír, una vez pudimos controlarnos ayudamos a Roy con su situación para que no pensaran que era un acosador o de esos pervertidos que robaban la ropa interior de los demás.

Me alegraba de ver que todos estaban bien, al final solo me puse tenso por las cosas que me habían mencionado Will sobre lo que se encontró en la mansión, tuve que haberlo escuchado cuando dijo que me calmara.

Cuando llegó Lay algo me llamo la atención, nuestro vínculo por el lado de Lay se sentía cálido casi como una caricia, lo que le daba a entender que había tenido una buena cita tal vez habia dado un paso en su relación, o no, pero sea lo que haya sido, me alegraba por ella.