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Chapter 135 - Malas noticas

Reina espectral, señora de los cuervos, dame fuerza, dame valor. Otorgarme visión y claridad para avanzar en mi camino, en esta noche oscura. Señora de la luna nueva, toma mi mano y guíame...

-¿Helen estas ahí?

-Sí, solo dame un segundo Iris.

La preocupación por Gran era enorme, no podía con la ansiedad de saber que le podía pasar algo, no importaba lo molesta que podía estar con él por como dejo a Fress, fue dolorosa verla, pero aun así no pudo apagarse el amor que siento por ese idiota.

-Oh Morrigan, guerrera invencible. La que cuida de los guerreros en las batallas, toma su mano y llénalo de energía. Háblale con palabras de aliento y valentía, Morrigan, Morrigan, Morrigan, te ruego que acudas a mi llamado y protégelo de todo mal, que Gran este a salvo de todo, no importa si incluso necesitas reclamar mi vida para que el viva, solo protégelo.

Me levante despues de rezarle a Morrigan, era la primera vez, que le rezaba a ella, siempre le dedicaba mis rezos a Dagda, pero en este caso pensaba que seria más apropiado rezarle a la Diosa en la que creía Gran.

Me acerque a la puerta y abrí, para ver que quería Iris, ella entro bruscamente, en su rostro habia nerviosismo, de hecho estaba alterada.

-¿Qué sucede Iris?

Ella seguía mirándome como si le costara decirme lo que quería.

-No me baja Helen.

-¿Qué no te baja mujer?

-No he sangrado... siempre me a llegado el sangrado las mismas fechas Hel, pero ya hace tres semanas que tuvo que suceder.

Al fin la habia comprendido, esto era malo, para el negocio.

-Primero vamos a tranquilizarnos un poco, ¿estas segura de que estas en cinta?

-No lo sé, pense que esto se me habia negado Helen, pero ahora puede que este sucediendo, y por un lado me alegra, por mucho que les dije que me alegraba de no poder tener hijos, era mentira, era algo que siempre anhele.

Tome la mano de Iris sonriéndole.

-¿Entonces cual es el problema?, si estas embarazada, solo hay que hablarlo con Madam Felia, ella entenderá todo estoy segura.

Honestamente estaba mintiendo, sabia cual era la preocupación real de Iris, al final Gran me habia contado quien era ella realmente Anamaria de Whises, algo que aun me costaba mucho creer, pero así eran las cosas, y si los rumores son ciertos, ese Lancaster que tiene por prometido Iris, es un maltratador de mujeres, si el hijo no llega a ser de él probablemente mate a Iris.

-No lo entiendes... Gran te lo conto, ¿no es así Helen?

Mire confundida a Iris, al menos actuar en estas cosas se me daba bien, pero no quería meter en problemas a mi Gran.

-No Iris, no me a contado nada sobre ti, así que no se a que te refieres, pero digamos que tienes razón, ¿sabes quien es el padre?

Iris se quedo en silencio mirándome a los ojos, lo que comenzó a preocuparme.

-Por las fechas solo hay dos posibilidades, una es ese Lancaster, digamos que lo tuve como un cliente especial Helen.

Al menos el maltratador de mujeres era uno, si el hijo es de él, no habría problemas, pero seguía mirándome con nerviosismo, entonces comencé a entender el porque de ellos.

-¿Y el otro Iris?

Ella intentaba hablar, pero le costaba una enormidad.

-Por favor Iris, contéstame, ¿Quién es el otro?

-Mierda Helen... puede que sea Gran, el otro posible padre, por las fechas solo podrían ser ellos dos, los demás con los que estuve fueron posteriores.

Tuve ganas de darle una cacheta, pero en el fondo no tenia la culpa, lo peor que el idiota de Gran tampoco lo tenia, al fin al cabo todo esto sucedió antes de que nosotros saliéramos juntos.

Camine para sentarme, todo esto era mucho para procesar para mi.

-Vamos Helen, di algo, haces que esto sea más difícil, créeme no quise que...

Hice callar a Iris con un ademán.

Mierda, en que momento me enamore tanto del idiota de Gran, incluso para no poder sentirme enojada con el por esto, solo pienso en que debo hacer que Gran se haga responsable, tal vez deba convencerlo de que se lleve a Iris a su mansión, yo seguiría siendo su mujer, pero ese niño debe tener un padre y madre... quiero enojarme con él, pero ¿por qué no puedo hacerlo?

-Escúchame Iris, que quede algo en claro, Gran es mi pareja, solo mío... si resulta que Gran es el padre de ese niño, hare que se haga responsable, que lo crio junto contigo, por lo que tendrás que venirte a vivir con nosotros, despues aclararemos todo con él, pero si resulta que el hijo es de Jhonsy Lancaster, no le dirás ni una palabra de esto a él, no quiero preocuparlo por una tontera así cuando se esta jugando el cuello.

-¿Cómo es que no te enojas con todo esto?, y créeme si el hijo es de Gran, no puedo hacer lo que me pides, yo tengo que hacer que este niño sea de Lancaster, si no no es de él, aparentare que es de el.

-No seas idiota Iris, Gran y Jhonsy son dos personas muy distintas en sus facciones, no se parecen en nada como para hacer pasar a ese crío como un Lancaster, y no puedes jugar con esa familia, ya deberías saberlo Anamaria.

-Si te conto...

Un ruido muy fuerte se escucho desde la entrada del burdel, luego de eso escuchamos gritos, ambas nos miramos, no entendíamos que estaba sucediendo, pero si de algo estábamos segura, era de que no era algo buena.

-Iris, tu escóndete en el mirador, es difícil encontrar la entrada si no sabes donde es.

Yo comencé a dirigirme hacia la puerta.

-¿A donde crees que vas?, ven conmigo.

-No puedo dejar a Felia sola en esto, ve, descuida, yo estare bien, además la que debe ocultar sus pasos aqui es la que juega a la puta de noche y princesa de día.

-Al fin un insulto de tu parte, esa era la reacción que esperabas, ya pensaba que estabas mal de la cabeza Helen.

-Bien entonces despues de esto te insultare como la zorra que eres, ahora vete

Iris se acerco a mi, me dio un abrazo y me beso en la mejilla.

-Te prometo que no quería joderte esto, realmente ruego para que no sea de Gran, créeme.

-Si te creo zorra, ahora lárgate.

Le di un beso en la mejilla a Iris.

-Cuídate Helen, no hagas tonterías.

Iris se fue por la puerta directo a donde le pedí, en cambio yo fui a ver que estaba sucediendo en el recibidor. 

Lo que me encontré fue horrendo, dos de nuestros chicos estaban muertos, Sofía una mujer que llevaba unos meses, y Robert el cual apenas llevaba unos días, él era muy joven apenas tenia la mayoría de edad para trabajar como gigolo. Ambos cuerpos decoraban siniestramente el recibidor.

Un hombre al que reconocí por su mala fama, tenia a Felia en el piso mientras tiraba de su cabello, y en cuanto Felia me vio me grito que corriera.

-Detente muchacha, a ti es la que busco, déjame presentarme, soy Sir...

-Eres al que llaman el Ogro, reconozco tu mala fama, ¿que queréis de mi?

Felia insistía en que corriera, pero no podía dejarlo con ese hombre, se decían muchas cosas horribles de él, que le gustaba torturar a sus victimas, que viola las personas antes de matarla sin importar edad o sexo, que te hacia pasar un infierno, como un monstruo, por eso lo apodaron el Ogro.

-Bien eso ahorra las presentaciones, prostituta Helen Fress, estas acusada por ser espía de Irlanda, entregar información de la corona, actos de rebelión y sedición, se te sentencia a la horca.

-No se de que hablas, ¿acaso tienes pruebas de ello?

-Las tenemos, y aunque no las tuviera, son ordenes de la corona querida, que mal por ti. - Dijo el Ogro con una sonrisa en la boca.

Comencé a correr, pero no logre avanzar mucho, apenas hice eso, el Ogro le indico a uno de sus soldados que me disparara con una ballestas, la flecha me atravesó la pierna, asiendo que me diera contra el piso, el dolor era insoportable, pero tenia que escapar de ahí por mi vida, escuchaba los pasos del Ogro acercándose, lo primero que sentí de el fue como me piso donde me habia perforado el virote, luego con su espada me atravesó el hombro, haciendo que gritara y llorara.

-Me encantan los gritos por la mañana, pero aun no llegas al tono que me sacia.

Me atravesó ahora una nalga, y retorció la espada dentro de mi.

-Detente... te lo suplico...

-No querida como me voy a detener si recién comencé.

El me dio una patada en la espalda, mientras reía como un enfermo.

-Gran... ayúdame...

Volví a gritar porque el desgraciado me corto una oreja, como si fuera un animal de granja, el dolor era totalmente inhumano, quería desfallecer en ese mismo momento.

-Miren caballeros una oreja.

El ogro acerco su boca a mi oído cercenado.

-Puedes escucharme aun querida, esto recién comienza, aun ni siquiera...

Le clave un puñal que tenia escondido en la pierna.

-No debiste hacer eso pedazo de mierda.