La carta que habia encontrado gracias al nerviosismo de Lay, contaba un secreto, algo que, aunque, no tenia que ver directamente conmigo me enfurecía, casi como si me hubiera arrebatado algo que ni siquiera sabia que tenia, volví a leer la carta para cerciorarme que lo que habia leído estaba correcto.
Rey Eduardo I de Inglaterra de la casa de Plantagenet.
Te escribo directamente de mi puño y letra Gregory Lancaster, quiero que tomes a tu hijo Jhonsy y ejecuten la siguiente orden imperiosa.
Ya no podemos más con los barbaros de los Venture, esas sucias ratas ocultan a nuestros principales enemigos, esos Elfos, es por eso que les encomiendo la tarea de exterminar su casa lo antes posibles, no quiero ni que los niños vivan, asesínenlos a todos, sin falta, que ninguno quede con vida.
Yo junto el Papa, nos encargaremos personalmente que pareciera como si nunca hubieran existidos esos Venture, a cambio de esta tarea, se les entregara grandes tierras en recompensa, si rechazan mi orden, les aseguro que serán exterminados al igual que los Venture, no pongas nuevamente a prueba mi paciencia.
Quema esta carta una vez lo hayas leído.
-¿Qué sucede Gran?, la vena en tu frente pareciera que fuera a explotar.
-Lay... tráeme a Willfest.
Estaba furioso, escuchaba el rechinar de mis dientes al estar apretándolos.
-Gran estoy sintiendo tu hostilidad, es igual que en el torneo cuando le rebanaste el ojo a Arthur.
Mire duramente a Lay, ni tenia la intención de hacerlo, pero ver sus ojos de preocupación hacia mi, hizo que al menos me frenara un poco.
Cuando tome percepción de mi cuerpo, por un segundo lo sentí más fuerte como si pudiera agarrar el enorme escritorio y pudiera levantarlo con una mano sin problemas, fuerza que desapareció casi al instante.
-Lo lamento Lay, tal vez sea el mayus, o no lo se, no estoy seguro, hay tantas cosas que no se de mi, que es desesperante... estoy más calmado, tráeme a Will, por favor.
Ella ignoro lo que le pedí, se acerco a mi, me tomo de la barbilla, y puso nuestras frente juntas.
-No siento fiebre, al menos eso es bueno.
-Compañera mía, no me habia dado cuenta hasta hora, pero la piel de tu rostro es suave, muy suave.
-Gracias, pero a que viene el halago.
-Simplemente me nació decirlo, eres la única persona con la que puedo ser totalmente honesto, y que sabe que cuando te digo cosas lindas, no es para flirtear.
Ella se sentó sobre mi regazo y por un extraño motivo, pero agradable, paso su dedo sobre mi nariz.
-Si lo se Gran, agradezco que llegaras a mi vida, la cambiaste, o mejor dicho la sigues cambiando, sin ti ni siquiera podría estar haciendo algo como esto, incluso a veces me gustaria pasar más tiempo junto a ti, charlando, o haciendo lo que sea.
-Incluso más tiempo del que ya pasamos juntos, eso es querer acapararme.
-Tal vez un poco, puede que haya descubierto que soy un poco egoísta, pero me alegra que estés con Helen, realmente deseo que sea la solución a tu corazón.
Ella puso su mano sobre mi pecho, por donde debería estar mi corazón, a lo que yo hice lo mismo.
-Gracias, sabes que aprecio mucho eso, y deseo lo mismo para ti, dime, honestamente, sin vergüenza ni nada, ¿Qué sientes por Amelia?, te recuerdo que estamos conectado, yo también logro sentir cosas que tu sientes.
Lay me agarro la mano.
-Cuando estoy con ella, se me acelera el corazón, miro sus labios, como si quisiera besarlos sin detenerme, a veces llego a sentir un cosquilleo entre mis piernas, y eso no me asusta Gran... cada vez que llega a esa sensación, recuerdo como fui violada por el príncipe y sus hombres.
Pasaron muchas cosas a la vez, comenzaron a caerme gotas sobre mi rostro, eran lagrimas de Lay, a la vez, escuchamos como una bandeja de plata con losa se estrello contra el suelo, y Helen apareció abriendo la puerta.
Ella iba a hablar, pero yo lo hice primero.
-¿Cuanto a estado escuchando Hel?
Ella me miro apenada, y luego poso sus ojos sobre Lay con pena.
-Perdónenme he estado escuchando desde que le pediste que trajera a Will, yo pense... olvídalo, fui una tonta, no debí escuchar.
Lay se levanto con una mirada asesina, estaba claro que se encontraba furiosa, no habia visto esos ojos hace mucho tiempo. Cuando me percate de lo que iba hacer, ya era tarde para intervenir.
Lay se acerco a Hel, y le dio una cachetada tan fuerte que la tiro al piso chocando contra un librero.
-Escúchame bien Helen, si le dices a alguien lo que escuchaste aqui, una cachetada es de lo menos que tendrás que preocuparte, ¿Entendido? - Dijo Lay entre la furia y el llanto.
-Si, entendí, nunca diré nada, te lo suplico. - Dijo Helen con terror en sus ojos.
Yo fui a ver a Helen que necesitaba ayuda.
Lay se quito las lagrimas de sus ojos con su antebrazo.
-Perdóname Gran por esto, iré a buscar a mi padre.
-Si adelante, tráelo.
Ayude a levantar a Helen.
-Una cosa Lay, después hablaremos de lo que acaba de suceder aqui.
-Preferiría no tener que hacerlo Gran.
-No fue sugerencia Lay, es una orden.
Ella me miro a los ojos, estaba tan molesta como ella lo estaba, aunque por razones distintas.
-Como ordene Sir Gran.
Lleve a Hel a sentarse en la silla del escritorio, ella aun tenia miedo, nunca pense ver a Hel desmoralizarse tan rapido, el golpe que le dio Lay tuvo que haberla hecho replantear varias cosas.
-Me asegurare que esto no vuelva a suceder, pero no puedes culparla de que reacciones así, lo que hiciste estuvo mal, no voy a joderte con la chachara de que me espíes porque sientes desconfianza, porque creo que el golpe que te dio Lay ya fue suficiente castigo como para tener que molestarte con eso, solo no lo vuelvas hacer.
Ella me abrazo de golpe, estaba intentando no llorar eso se notaba.
-Y si me dejas darte una recomendación, no vuelvas a espiar a alguien que le dicen la sanguinaria.
-Tonto.
La bese para darle un poco de animo y tranquilidad, cosa que creo que resulto.
Por la puesta escuche un carraspeo, era Will.
-Lay me dijo que me mandaste a llamar.
Agarre la carta que estaba sobre el escritorio.
-Will, tú sabias que el Rey Eduardo habia mandado ejecutar a la familia Venture ¿Cierto?
Helen me miro anonada.
Will ni siquiera me miro a los ojos.
-Si lo sabia, Gran, pero como te dije por juramento no puedo decirte nada.
-¿Sabias que los Lancaster estaban relacionado con eso?
Ahora era Will el que me miraba sin entender.
-No, eso no lo sabia, si lo hubiera sabido nunca te hubiera dejado ir a su finca Gran.
-¿Tú tuviste que ver en la masacre de mi apellido?
-No, Gran te lo juro, de hecho yo fui el que ayudo a Magnus a pasar desapercibido... mierda.
Will habia hablado demás y se dio cuenta de ello, estaba seguro que se sentía un idiota.
-Ya veo, una cosa más Will. ¿Sabes el por qué los mandaron a matar?
-No Gran desconozco la razón, pero creo hacerme una idea.
-Largovivientes, ¿no es así?
Will no dijo, nada.
-Se que es por eso Will, tengo pruebas de ello, en esta carta escrita por el mismo Rey Eduardo a Gregory Lancaster, dice todo.
Will se acerco, me arrebato la cata y la leyó, cosa que deje hacerlo.
-Gran sabes lo que tienes en tu poder, esta carta podría provocar una guerra, un desbalance de la propia corona, una...
-Oportunidad a mi favor Will.
Le arrebate la carta de la mano.
-Si me puedo dar cuenta de ello, por mi mismo, hasta que sepa que hacer, esta carta estará en mi poder, eso es todo Will, puedes retirarte.
Will hizo una reverencia, cosa que me molesto más de lo que ya estaba, pero antes de retirarse se detuvo en la puerta.
-Gran, hay otra persona que puede saber algo más de lo sucedido, ese es el Duke Argus Creyback, el también participo en la masacre de la casa Venture, junto a la iglesia, en este momento estoy faltando a mi juramento así que escucha bien, no solo los Lancaster, ni los Creyback estuvieron metidos, si no que mucho gente más, como mi maestro y la Iglesia, existía el rumor de que los Venture escondían a los Elfos, eso era verdad, pero lo que detono su masacre, fue que el padre de Magnus, se caso con una de ellos, tres días después de la boda, los Lancaster llegaron y aplicaron la ley de pernada.
-La ius primae noctis.
Esa maldita ley bárbara que permitía a los señores feudales a mantener relaciones sexuales con cualquier doncella que perteneciera al feudo y que se casara. Siempre encontré aberrante esa ley feudal.
-Correcto Gran, ellos abusaron de esa largoviviente y la mataron luego de eso resulto la masacre de la casa Venture, y de la muerte de 120 elfos que ocultaban en sus tierras.