Gracias a Helen y Madam Felia me enseñaron este pequeño mirador oculto en el techo de La casa de los placeres, que solo se podía acceder por la parte de lo que era la casa de Felia, le pedí autorización para pasar la mañana y poder hablar con Willfest libremente.
Ya era hora de tener respuestas, si era necesario estaba incluso pensando en ignorar el consejo de Lay, sobre revelarle de donde vengo realmente.
-Hermoso lugar, pacifico, quien diría que incluso en un lugar como este, se puede encontrar lugares así.
-Si es precioso Will, ¿como van tus días de descanso?, supe que fuiste haber tu casa.
Will se sentó en la banca al lado mío.
-Si, intente ver si podía recuperar algunas cosas, el incendio consumió casi todo, al menos recupere algunas importantes, a todo eso... ¿Cómo va tu recuperación?
-Me alegra de escuchar eso Will, sobre mi, voy bien al menos ya no tengo calambres, aunque Felia no me permite hacer nada aun, dice que debo al menos estar toda una semana o dos descansando... siento que con lo que se nos viene encima, es algo contraproducente.
Will se estiro, aunque solo habian pasado días, él se veía envejecido, cansado, como si no quisiera seguir.
-Tal vez sea lo mejor, llevo exigiéndote por bastante tiempo, y pese que no le ganaste a Arthur como corresponde lograste algo sorprendente, dejaste tuerto al monstruo, ni siquiera es algo que pude hacer yo, el me dio una paliza, cuando intente acercarme a Irish para defender a Roy.
-Bueno ya somos dos al que Arthur les dio una paliza, pense que le habia ganado, por el amor a Morrigan y a todo lo hermoso, le rebane el rostro, como es que seguía moviéndose como si nada.
-Ya te lo dije Arthur es un monstruo, y tú tal vez te conviertas en uno si pudiste hacerle frente, pero si hubiera peleado con su armadura junto con su espadón, déjame decirte que estarías muerto ahora, y estaría hablando con un cadáver.
-Que lindas palabras Will no sabes cuanto me reconfortas. - Dije ofendido.
Mi carácter lo hizo reír.
-Mira cuanto as cambiado, aun recuerdo al pendejo que recogí como prisionero en Mordagfell, un joven asustado con miedo, desesperación, pero tenias coraje.
-No creo que haya cambiado mucho, sigo teniendo todo eso Will, solo que ahora tengo el valor para sobreponerme a esos sentimientos, aunque creo que estoy algo roto.
Will se volvio a reír.
-Dime en este mundo quien no esta roto.
-Buen punto... Will te llame porque necesito respuestas, primero que nada, ¿que sabes de mi?, me refiero a mi apellido.
-Gran ahora debo servirte, pero si me haces decirte lo que se romperé un juramento que arriesgaría mi vida, pero puedo decirte al menos con quien hice ese juramento, si quieres hablar con alguien que sabe de tu apellido debes hacerlo con Magnus, el sabe muy bien lo que significa tu apellido, perdóname al menos que me obligues, cosa que preferiría que no hicieras no puedo hablar más del asunto.
-Magnus... ese bastardo desgraciado, sabia que sabia algo, no te obligare a contarme más yo le sacare la verdad a ese infeliz a golpes si es necesario, pero dime si puedes contestarme esto al menos, Magnus también se apellida Venture, ¿no es así?
Will no dijo nada, me miro a los ojos, luego asintió.
-Lo sabía, el día que lo vi, lo supe, es idéntico a mi padre, aunque, no es el.
-¿Querías hablar solo de eso, Gran?
-No, no intentes huir tan rápido, esto solo es el comienzo, ahora suéltalo, que sabes de los largovivientes y porque tanto odio hacia ellos, no me cuadra la estupidez que hiciste cuando viste a Velaria e intentaste matarla.
-Velaria, significa que as hablado con ella, eso me molesta más de lo que crees, no debes confiar en ellos Gran, son una raza que no debería existir, son monstruos peores que Arthur, incluso él que sabe su existencia intenta evitarlos.
-Will, con eso no contestas mi pregunta.
El cansado cascarrabias se levanto del asiento, se acerco al borde de la terraza admirando más el paisaje.
-Tiene que ver con la corona y mi apellido, ya sabes que mi verdadera sangres es de un Marshall, hemos servido a la corona por mucho tiempo, desde antes de Johan sans Terre que descanse en paz.
Willfest se tomo una pausa larga y prosiguió.
-La corona lleva durante muchos siglos en guerra con ellos, hasta que Johan logro exterminarlos a casi todos junto a la iglesia, eran monstruos salvajes que mataron a miles de los nuestros, cuando llegaron a esta isla, al principio pensaban que solo eran salvajes y vikingos, pero cuando fueron expandiéndose se toparon con esas criaturas que fueron llamados elfos por la iglesia, seres con una fuerza que supera con creces la de nosotros, viven una cantidad exuberante de años, eran increíbles o eso pensaron, la iglesia intento comunicarse con ellos, pero que crees que hicieron los elfos, mataron a todos, niños, bebes, mujeres, gente que ni siquiera sabia defenderse Gran, sin ningun piedad. Mi familia fue uno de las elegidas por la corona junto a la iglesia para llevar esta guerra santa, pero tanto mi abuelo como mi padre, solo estaban llenos de odio hacia ellos, hacia el mundo en general, odio que me fue heredado, pero decidí que ese odio se acababa conmigo, no les herede nada de esto a ninguno de mis hijos, pero es mi deber acabar con ellos.
-Comprendo, pero enserio creyeron que gente que vino a reclamar tierras por un supuesto mandato divino, y no iban a defender sus hogares, perdona que te lo diga así, pero pienso que es un pensamiento hipócrita.
-Yo... después de lo que me contaste lo que le hicieron a Lay, ya no se que pensar en verdad, pero no puedo permitir que ellos vivan libremente, tengo que acabarlos, antes que ellos nos acaben primero Gran.
-No, no me parece justo... Will Velaria ya me a salvado en dos ocasiones, no puedo pagarle su gratitud con más sangre, de hecho estoy en deuda, me gustaría hablar con ellos si alguna vez los vuelvo a ver.
-Gran disculpa, pero ya viste como actúe cuando vi a uno, no creo que pueda contenerme si vuelvo a ver a cualquiera de esa raza de mierda. - Dijo con odio Will.
-Mirian lo sabe no, por lo menos lo de tu apellido, por lo del árbol genealógico que siempre porta.
-Si, aunque, no creo que le importe, lleva eso siempre consigo por el retrato de tu madre.
Will seguía hablando sin mirarme.
-Deberías aprovechar el tiempo con ella, ahora que estas mas libre.
-Lo he hecho Gran, he jugado mucho con ella estos días, incluso se que Roy esta celoso porque estoy pasando mucho tiempo con mi hijita... sabes me siento más padre que nunca... y a la vez siento que me arrebataron todo lo que construí.
Me dolía ver a Will de esta forma, destruido, cansado, agotado.
-Yo... te vuelvo a pedir disculpas Will, enserio no se me ocurrió otra salida que esa, no quería que te mancillaran.
El se dio media vuelta hacia mi, doblo una rodilla.
-No debes pedir disculpa Gran, si no fuera por tu ocurrencia suicida de tu duelo, mi hijo estaría muerto, y yo igual, no pienses que tienes la culpa en todo esto, yo soy el unico responsable, este tiempo sin hacer nada me hizo dar cuenta que llevo fallando durante mucho tiempo en lo más importante, mi familia, yo tuve que haber matado a Mons hace tiempo, me arrepiento de no haberlo hecho.
-Me alegro, pero doblar tu rodilla conmigo no es necesario Will, si no es necesario no lo hagas.
-Gran eres mi señor ahora, y debo proteger tus intereses, no me hago la idea aun de tener que servir a un mocoso cascarrabias que hace todo lo contrario de lo que le pido, pero las cosas son así, debo entrenarte, ahora más que nunca, y me temo que tendré que ser mucho más estricto de lo que ya e sido.
-Creo que ahora tengo miedo, ¿Cómo que no as sido estricto en los entrenamientos?, hombre me pegas con un puto fierro en el abdomen, pero sin haber hecho eso no hubiera resistido los golpes de Arthur, así que funciono... quiero pedirte una cosa que no será de tu agrado, pero vas a tener que hacerlo, si no quieres entonces tómala como una orden, hare a Roja mi escudera o al menos eso tengo pensado, quiero que la entrenes junto a Lay, obviamente también debes seguir entrenando a Roy, y a mi.
Definitivamente no le habia hecho gracia mi pedido, si hubiera podido estoy seguro que me hubiera golpeado en la cara.
-Como ordene Sir Gran.
Se levanto y volvio a sentarse al lado mío.
-No sabes cuanto te estoy odiando ahora Gran.
Me reí un poco.
-Lo sé Will, lo se.
-Una duda, ¿quieres hacer a Amelia tu escudera por que ves que es fuerte o por pena?
-Es fuerte, eso sin duda, pero ninguna de las dos, ella me recuerda a alguien de mi pasado, le tengo mucho cariño a Roja que ni siquiera debería.
-Tu respuesta no es nada satisfactoria... seré muy duras con ellas, o al menos eso intentare, estoy en contra de esta decisión tuya Gran quiero que los sepas.
-No era necesario que me lo digas, lo sabia de antemano.
-Y el hijo de perra me lo pide sabiéndolo.
-Esa es la manera de tratar a tu Señor, Will.
-Cállate idiota, no abuses Gran, no tengo mucha paciencia estos días, maldito infeliz.
-Me alegro, este es el Sir Willfest que recordaba, aunque este lado tuyo también es bueno, podrías combinarlo, anímate, solo tendremos que ir a la guerra un par de veces.
-Eso es lo que temo, que tu no sabes nada de guerra Gran.
-Es verdad, por eso me alegra tener un experto en ella Will.
-Si, eres un maldito suertudo.