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Chapter 85 - Sir Gran

Hel se encontraba parada intentando gritar, pero el nudo de angustia que tenía en su garganta no sé lo permitía, las lágrimas le salían de los ojos sin que pudiera parar.

-Tranquila... Gran aún está bien niña. -Dijo Magnus muy nervioso.

-De...de... De qué hablas...

Felia hizo que Helen volviera a sentarse.

-Tranquila querida, mira bien la situación.

Helen comenzó a mirar más detenidamente hasta que soltó un suspiro con el cal soltó el miedo y la ansia que portaba.

-Idiota no me asusté así...snif...

Gran que haces estás comenzando a liberar tu mayus... Lo peor es que está corrupto...

Cuando note el gesto en la cara de decepción de Arthur me di cuenta que solo tenía una herida sin importancia, el había atravesado mi ropa, pero no a mí.

-¿Arthur necesito preguntar algo?

-No creo que esté sea momento para hablar, entiendo que estamos en un duelo... Eres un idiota solo te estás dejando llevar por la rabia, si no hubieras desviado mi ataque en el último segundo estarías muerto, te volviste mas torpe.

-Si, a la mierda con eso... Tuviste un entrenamiento con Lay cuando ella tenía 16 años me contó, el corte que le diste ¿fue intencional no es así?

- Muchacho que tiene que ver eso con nuestro enfrentamiento.

-Cada golpe, cada ataque, cada movimiento que has hecho en este combate a sido insufriblemente metódico de tu parte, no has hecho ningún puto movimiento innecesario, por eso pienso que intentaste matarla, así que fuera de mierdas y contéstame.

Me zafe del corte de Arthur, me saque el camisón ya que había quedado destruido, revise mi herida, tal vez iba a necesitar unas puntadas.

No sabía porque se me metió esa idea en la cabeza, pero entre lo que me dijo Lay que me hirió y me enfado también estaba esa incógnita del ataque de Arthur a Lay que se me metió como una idea obsesiva.

-Si tanto quieres saber, tienes razón, no fue ni por asomó un accidente intenté matarla.

La respuesta de Arthur por alguna razón me dejó helado y alteró algo dentro de mi.

Yo me agache.

-Te rindes muchacho que dejas tu cuello al descubierto...

-¿Por que?

-Esa muchacha hizo que Willfest se convirtiera en hazme reír, que crees que dijeron todos cuando su hija se volvió soldado.

-Solo por un nombre, que no les quedó claro que fue el mismo príncipe la que la hizo soldado.

-A quien mierda le importa esa pendejo, Gran, si no fuera por esa bastarda que deicidio meterse en algo que no le correspondía, nada de la desgracia que le sucedió a Willfest le hubiera pasado, todo por culpa de esa niñata, así que cuando su padre decidió que la entrenará un poco, intenté que pareciera un accidente cuando ella desvío por un segundo la mirada, por desgracia tiene un muy buen instinto, ni siquiera se di cuenta que sus piernas se movieron hacia atrás salivándola, pese a que la deje grave, la desgraciada vivió... Que ironía una bastarda que no merece estará acá y ahora la tienes haciendo de escudera para este duelo, me da asco. - Decía con altanería.

Escuché con detenimiento cada palabra de Arthur, cada cosa que salía de su boca, me enfurecía cada vez.

Una fuerte descarga me recorrió la cabeza, la ira se apoderó de mi, el pecho se sentía que se me iba a salir, por unos segundos creí ver qué una especie de rayos negros salían desde mi cuerpo.

-Arthur, eres un hijo de perra, muérete de una puta vez. - Grite.

Moví mi daga muy ágilmente con mi mano, haciéndola bailar en ella, aprovechando mi posición ataque hacia arriba.

Un mayus... Pero Gran es humano... Eso ojos, me quiere asesinar...

Arthur se movió extremadamente ágil para bloquear el ataque cosa que lo logro, pero con una fuerza que incluso yo me sorprendí, corte su espada como si fuera mantequilla, el con su destreza movió su rostro hacia atrás, pero no me detuve mi daga iba directo a la cabeza y le rebane el rostro.

Arthur no pude evitar soltar un grito de dolor, si no hubiera sido porque se movió hacia a tras el estaría muerto, intenté a moverme para atacar, pero todo un calambre doloroso que se esparció por mi cuerpo me impidió hacerlo, ya no podía seguir peleando.

Miraba con furia a Arthur, cuando le mire el rostro me di cuenta que la herida que le provoque era bastante seria, apenas movió la cara vi como se le cayó el ojo derecho al suelo, cosa que me dio algo de asco ver cómo le colgó inicialmente y luego cayó al piso.

Arthur llevo su mano a la cara, mirándome con su único ojo que le quedaba, el público estaba en totalmente en silencio.

El dio unos pasos hacia mi levantó su espada, pero algo lo interrumpió el cuervo que sobrevolaba en los cielos se tiró en picada hacia el ojo caído, lo agarro con su pico y se lo llevo volando.

Aún así a Arthur no lo importo, levantó la espada sobre sus hombros, yo intentaba moverme pero no podía hacerlo, lentamente los calambres me estaban matando y esta vez creo que era literal.

No podía hacer nada le había fallado a todos, incluso cuando pensé que pude derrotarlo, perdí y cuando espere mi final, Arthur enterró la espada frente a mi.

-Dejaste una cicatriz que perdurará en mi, más de lo que imagine de cualquier enemigo, me rindo.

-¿Que?

Arthur se dirigió hacia las gradas, en concreto hacia donde estaba el rey.

-Su Gracia me rindo, Gran es el ganador.

Todo el público comenzó a vocifera contra el sir, yo no estaba comprendiendo que estaba sucediendo, pero no iba a ponerme quisquilloso cuando me acaban de dar la victoria.

Camine lentamente hacia la pica.

-Ya oyeron yo gane, libérenlos.

El verdugo miro al rey, el le contesto con un ademán con la mano para que los liberará, cosa que hizo en el acto.

Yo me acerque hacia ellos, note que Lay no se movió de dónde estaba.

-Bien hecho Gran o debo decirte mi Señor ¿ahora?

Apestas tanto como tus chistes Roy, necesitas un baño.

- Y tu un cuerpo nuevo parece Gran.

Willfest se puso frente a mi con rostro muy serio.

-Bien hecho muchacho, te debo mi vida y la de mi hijo, Gran, aunque quiero una explicación ¿que mierda fue eso que sucedió con mi hija?

Mierda por un momento había olvidado mi arrebato.

-Fue...

-No, esto es inaudito, lo lamento su majestad, pero por mucho que usted tenga una apuesta con Gran, no significa que tengamos leyes, por eso es mi deber recordarle que un campesino, o escudero sin nobleza no puede tener vasallos a su poder, ley que recuerdo que fue creada por su padre, que en paz descanse. - dijo un enfadado Los Irsih.

El Rey Eduardo miraba desafiante a Irish.

-Supongo que tienes razón lord Irish.

-Acaso la palabra del Rey Eduardo no vale nada. - Dije molesto.

El rey no dijo nada.

-Gran cállate déjamelo a mí... Su majestad, quiero saber una cosa, aún no se me a quitado mi titulo cómo Sir o me equivoco.

-No Will, aún no está hecho.

-Muy bien entonces, Gran dame tu espada, no me mires hazme caso rápido.

Le entregué la espalda a Willfest sin demorarme, aunque me movía lento por el dolor que sentía en mi cuerpo.

Willfest examinó la espada.

-Es la espada de Lay, quien lo diría... Arrodíllate muchacho.

Básicamente me arrodille dejándome caer, honestamente estaba sorprendido, porque había entendido lo que quería hacer.

Willfest desenvaino la espada y la levantó sobre mi cabeza.

-Gran, juras defender los intereses de la corona.

Me resultaron una palabras extrañas.

-Si juro.

-Juras defender al débil, y nunca ocupar tu cargo para hacer el mal.

-Si juro.

-Juras proteger a los tuyos antes que todo.

-Si juro.}

Por el nombre, y el estatus que aún conservo, debido a tus méritos mi escudero, el cuál son haber salido victorioso en dos duelos oficiales con dos Sir de renombres y tus servicios en la torre de los impuestos, en el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo...

Willfest me dió unos golpecitos con la espada sobre los hombros.

-...te declaro Sir Gran Venture. Grito Willfest.

Los nobles comenzaron a gritar, estaban asustados por alguna razón, incluso el Rey Eduardo se levantó con sorpresa en el rostro.

-Ignora el ruido de los nobles Gran levántate.

Hice caso a Willfest, no pense que este iba a ser mi momento en que me hicieran caballero, pero esto adelantaba mucho de lo que tenia planeado.

-Rey Eduardo, hay algún inconveniente en este nombramiento, pregunto por el griterío de los nobles, sobre todo de los Lancaster.

Por alguna razón el Rey Eduardo estaba alterado, se paso la mano por la cara y hablo.

-Ninguno Willfest, ya oyeron, te doy la enhorabuena Sir Gran Venture, como corresponde, te daré tierras en Irlanda para que las trabajes para mi, espero buenas noticias de tu servicio hacia la corona, mi corona muchacho.

-Gracias por su enorme generosidad su Gracia.

-Gran!

Se escucho un grito extremadamente fuerte, un hombre dentro del publico se acerco al borde de las gradas, y zamarreaba algo con sus manos.

-¿Magnus?

-El encargo, tómalo, y será mejor que las atrapes.

Magnus lanzo las dos espadas envueltas en tela, yo intente ir a su encuentro, pero me fallaron las piernas, fue gracias a Willfest y a Roy que las agarraron antes de estrellarse contra el suelo y arriesgar a que se mellen.