-¿Aun no aprendes a montar a caballo Gran?
-Si aprendí Sir Arthur, pero no se combatir aun en en uno de ellos.
Sir Arthur se bajo del enorme caballo, le paso las riendas a su escudero que era un chico muy maceteado y grande que no conocía.
-Deberías aprender hacerlo, as tenido tiempo.
-Supongo que si.
Por alguna razón me sentía como si un profesor me reprendiera.
-¿La hija de Willfest va a ser de escudera?
-Si, no es obvio.
-No creo que al publico le guste, pero a mi no me compete eso, pero te traerá mal nombre Gran, es un consejo...
-Como dijo no te compete, y el nombre me lo paso por los huevos... sin querer ofenderte lo digo.
Arthur se rio un poco.
-Me agradas, será una lastima matarte.
-Espero que si te perdono la vida Arthur no me hagas show como Fregan lo hizo, no tengo intención de matarte, pero si tengo que hacerlo por salvarlo a ellos, por mucho que me carcome la idea, no voy a dudar.
-Fuertes declaraciones... Esos son unos buenos ojos muchachos, así me gusta, arréglate, y comencemos.
Me acerque a Lay, cuando vieron que ella comenzó a ponerme las armas en el cuerpo, la gente enloqueció, y comenzó a decir cosas como "blasfemia", "que hace una puta ahí", "esto es un duelo, no un juego pendejo de mierda", "saquen a esa mujer de ahí".
-Cállense pedazos de mierda, quiero que venga a decírmelo aqui a la cara. - Grite colérico.
Aunque curiosamente tuve el efecto deseado de callarlos, aun así note que el Rey Eduardo no se veía muy complacido por la presencia de Lay.
-Llegas a tiempo querido, ¿que te entretuvo?
-Hola felia... Hola Helen... termine a tiempo el encargo de Gran, ahora solo espero que viva para poder dárselo.
-No seas pajareo de mal agüero, Magnus... idiota.
-Tan encantadora como siempre huesuda... no creen que ese grito que hizo Gran no le traerá problemas, con el publico.
-El esta defendiendo a su... amiga, eso es lo que suele hacer mi Gran... Morrigan te pido que lo protejas.
-Descuida es posible que ella este muy pendiente de todo.
Pese a que los demás no se dieron cuenta Felia miraba a un cuervo que sobrevolaba el estadio.
-Eso es Gran, ocupa todo esa rabia, date vuelta para colocarte el abrigo.
Lay me puso el abrigo, ya nadie del publico decía nada, pero miraban con recelo a Lay.
Tome mi media mascara del pañuelo que tenia amarrado a la cintura, me lo iba a poner, pero finalmente dude...
-¿Lay puedes colocármela?
Lay sonrió, se puso atrás mío y empezó a ponerme la mascara que ahora se debía colocar como un gorro, lo bajo, me acomodo la tela que quedaba metida dentro de la armadura, me puso la capucha, que ahora venia unida a la media mascara.
-Lay, voy a ganar esto.
Cuando el publico me vio con la mascara puesta, algunos se asustaron, otros me llamaron demonio, incluso algunos me trataron de impuro por parecer un demonio bíblico segun ellos.
-Que desagradable disfraz escudero...
Cuando mire a Arthur me sorprendí porque su escudero, le estaba comenzando a retirar su armadura, hasta dejarlo desnudo de la parte superior, incluso le entrego su espadón, y solo se quedo con las dos espadas que cargaba.
El cuerpo de Arthur, era peor que ver el de Lay, estaba llenos de cicatrices por todos lados, incluso ni siquiera tenia los pesones por heridas que tuvo, y ese hombre seguía vivo frente a mi, eso me hizo sentir miedo.
-Tanto me subestimas Arthur.
-Si, dudo que puedas dejar un cicatriz en mi cuerpo que perdure en el tiempo, de hecho creo que terminara muy rápido nuestro enfrentamiento.
Mire hacia el cielo, curiosamente habia un cuervo sobrevolando la arena, saque mi daga y la levante en forma de saludo, estaba seguro que era Morrigan o al menos uno de su "hijos" observándome.
-Lay quédate en la arena cerca de ellos, ahora obsérvame vuelvo enseguida hermana.
-Te espero mi señor... hermano mío.
-Te vas a arrepentí de menospreciarme Arthur.
El se acerba al centro al igual que yo.
-Demuéstralo con acciones no con palabra Gran. - Dijo bruscamente mientras sacaba una de sus espadas con la mano izquierda.
-Sera mejor que ganes esta mierda Gran. - Grito Roy, que estaba horrible en verdad en su estado actual.
Yo saque la espada de Lay, mientras empuñaba mi daga en la mano izquierda, esta vez yo tome la iniciativa, fui atacarle con una finta de mi espada, para atacar con la daga, aun asi no tuvo problemas para esquivarlo, seguí atacando, pero el ni siquiera ocupaba la espada para bloquearlo, simplemente se movía sin dificultad alguna contra mis ataques.
-La espada no es para abanicarla.
Sin que me pudiera dar cuenta el se puso a mi derecha y me golpeo con una patada en las costillas que me mando a suelo, ni siquiera podía respirar, comencé a toser hasta que salió sangre de mi boca, sentía todo mi lado derecho adormecido.
Acaso peleo contra un monstruo.
-Te lo dije, no eres rival para mi...
El rostro que me dedicaba Willfest me dio fuerza para levantarme, las piernas me flaqueaban demasiado, pero no podía rendirme, esa mirada de que no dudaba de mi me dio fuerza, no podía decepcionar a mi maestro.
Helen habia pegado un grito ahogado por las condiciones que me veía.
-Gran... no, levante, tu puedes hacerlo querido.
-Tranquila Helen, el no caerá tan fácilmente... los que portan ese apellido nunca se rinden tan fácil. - Dijo Magnus mirando seriamente el combate.
-Apellido, no te entiendo Magnus.
-Ara ara... así que si le tienes cariño al chico.
-No molestes Felia.
Nuevamente tome carrera para atarlo, cuando llegue hacia él me agache todo lo que pude, sorprendiéndolo un poco, con la espada iba a enterrársela en el abdomen, pero apenas lo iba hacer como si fuera una maquina recién aceitada, Arthur se movió como un demonio colérico, y me ataco con la espada directo a mi cara, levante mi rostro para que el filo golpeara en el protector, cosa que me salvo la vida, el estruendo chirriante que provoco el golpe de los dos aceros, fue molesto, incluso hizo que me tambaleara un poco, pero sin duda la media mascara me habia salvado la vida, pese a eso seguí con mi ataque lográndole hacer una pequeña cicatriz en el brazo con mi daga.
-¿Que sucedió Arthur?, no que no podría hacerte una cicatriz...
Sentí como la piel de mi espalda se separo, saliendo un chorro de sangre.
En que momento me corto por la espalda.
-Esa pequeñez sanara para mañana Gran, además, yo que tu no alardearía tanto, si no fuera por la cota de mallas que tenias por debajo estarías muerto en este momento, ahora suelta esa espada que ni sabes ocupar, y comienza a pelear enserio contra mi, o si no te matare en el siguiente ataque.
Por desgracia lo que decía Arthur era verdad, la espada me estaba estorbando, pero quería al menos poder ocuparla un poco más, pero si seguía así él me iba a matar... lo lamento Lay, perdóname quería corresponder tus sentimientos ocupándola.
Envaine la espada, moví mi daga a la mano derecha, y tome un puñal con mi otra mano, me agache, estirando totalmente una de mis piernas.
-Ya era hora.
Fui al ataque lo mas pegado al suelo que podía, finte con mi cuerpo haciendo que iba hacia la derecha, para ir a la izquierda, pero sabia que Arthur se daría cuenta, y contaba con eso, cuando el me ataco hacia donde iba, lance mi puñal hacia él, lo que lo obligo que hiciera un tajo lateral para repeler el puñal dejándolo desprotegido, sin dudarlo lo ataque hacia las costillas con daga en mano, pero el desgraciado salto con unas de sus piernas para esquivarme, aun así logre hacerle una herida por las costillas, pero yo mismo sabia que era superficial.
-Ahora entiendo porque lo de Mastín, te mueves casi como uno, incluso desapareces del ojo humano, al agacharte tanto desapareciendo del campo visual, cualquiera estaría aterrado por eso, debo disculparme con Fregan, yo pense que se habia oxidado, pero fue merito tuyo, lastima que ese truco no funcionara conmigo.
-Cállate de una vez Arthur y hablemos con nuestras armas.
-Sera un placer.
Ahora era Arthur el que tomaba la iniciativa, por un momento cuando se acerco a mi para atacarme con corte horizontal parecía que me enfrentaba a un gigante, incluso la espada de el parecía que serpenteara, me moví hacia la izquierda para esquivarlo, incluso así logro darme, pero fue extraño cuando me ataco casi sin moverse de su principal ataque su espada pareció seguirme y si no fuera por la hombrera, me hubiera rebanado el brazo.
Estaba claro que si las cosas continuaban de esta manera iba a morir, el nuevamente me ataco, así que me dedique a bloquear sus ataque con la espadas, pero se veían tan extraños, que si los perdía de vista por un segundo, estaba seguro que me harían un herida fatal, todo este combate estaba saliendo como el asco, apenas llevamos como 2 minutos, y me sentía extremadamente cansado, mi cuerpo me pesaba, y el estrés era horrible, en su ultimo ataque que bloque, logre desviar el corte, más por suerte que por habilidad, y me aleje todo lo que pude de él, algo extraño sucedía con su manera de atacar, necesitaba pensar, en alguna solución, pero por más que lo mirara no se me ocurrió nada.
Pestañe para sacarme el sudor de la cara que me estaba molestando y cuando reabrí mis ojos tenia a Arthur encima mío, listo para partirme en dos con su espada.