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Chapter 82 - Preparativos antes del duelo

Al fin me habia despertado bien, lo que habia hecho Felia conmigo habia resultado, incluso me sentía mas ligero, aunque, tengo que tomarme enserio lo que ella me dijo, solo me exagere en el duelo, y segun las fechas, la batalla de la pradera debería ser en una o dos semanas si las cosas se mantienen como debería... al menos estoy siendo optimista de que saldré vivo de mi batalla con Arthur.

Estaba muy nervioso, tanto Lay como Helen me ayudaron a ponerme mi armadura, que no podía ponérmela solo, gracias a Lay Helen podía estar debajo del estadio conmigo, aunque por lo que me entere Madam Felia compro entradas para ella y Helen así que solo me esta acompañando por un rato, pero lo agradecía.

Desde aqui se escuchaban los gritos de la gente, ni siquiera en mi batalla con Fregan habia tanto ruido, recuerdo que en esa ocasiones solo habian nobles y guardias, pero ahora, pareciera que habian invitado a toda la ciudad.

-¿Gran me permites algo?

-Lay, si adelante por su puesto.

Ella se acerco a mi y soltó mi espada y se la coloco en su cinto, luego, se soltó su propia espada junto con la vaina, se arrodillo y me la entrego.

-Si no me dejaras pelear, a mi, al menos ocupa mi espada, no es que le tenga algo de sentimiento ni nada, pero me a acompañado durante los últimos 3 años, deseo...

Yo agarre la espada, la desenvaine, era una espada común y corriente a excepción de la empuñadura, que tenia el símbolo familiar de los de Poart, pero me sorprendía lo similar que era al peso de mi espada.

-Lay, será un honor, ahora levántate, sabes que no me gusta que hagas esto.

-Yo jure servirte, esto es lo que debo hacer.

Helen, me miro al rostro, luego se acerco a Lay.

-Tu juraste servirle a alguien que no tiene títulos ni nada.

-No necesito que tenga títulos para servir a Gran, estoy segura de alguna manera que si recorro el camino junto a él, yo encontrare lo que busco, no tengo duda en ello.

-Lay... escucha bien, entraras conmigo, sin caballo, apenas se montar uno, así que ni hablemos de luchar sobre el, el plan que tengo es el mismo que te conté, si las cosas van mal...

-Si, entro como si nada, y libero a mi familia, luego hacia el bosque.

-Exacto, pero quiero que sirvas como si fueras mi escudera, aunque no puedas serlo... disculpa si estoy pidiendo mucho, pero de esa manera seria más fácil que tu pudieras acercarte a la cárcel que hay dentro del estadio.

-Por su puesto, eso me haría feliz...

-Perdone que les corte su momento, pero tenemos compañía.

Sin darnos cuenta, se acercaba Sir Arthur, su armadura era impresionante, era muy distinta a la que habia conocido, era una armadura pesada de color dorado, pero me imaginaba que era solo decoración el color, en el pecho tenia el símbolo de la cruz cristiana, el tabardo que que tenia era de color rojo, igual que la capa que portaba a sus espaldas, en su brazo portaba un casco con forma halcón e incluso tenia plumas de adorno, parecía digna de un jefe final de un videojuego.

-A que le debo su visita Sir Arthur, pense que nos encontraríamos directamente ahí afuera.

-Vengo a comprobar algo... así que sirves a la pagana Morrigan... escogiste un mal camino, pero no te culpo, hace tiempo también estuve seducido ante esa diosa, pero luego corregí mi camino.

Arthur se golpeo sobre signo de la cruz en su pecho.

-Ya veremos, pero no creo que te hayas molestado en venir solo para decirme esto.

-No, por su puesto que no Gran, solo vengo a decirte que no pienso contenerme, por mucho que te conozca y seas el cachorro de Willfest, iré enserio, solo espero que seas mucho mejor que lo que que demostraste contra Fregan.

-Viste mi combate contra él.

-Por su puesto que lo vi, hasta estuve casi orgulloso de ver tu progreso, al final compartimos un tiempo durante el viaje, aunque, tampoco fue que hablamos mucho, pero quédate con esto Gran, si no te cuidas voy a matarte, eso es todo, nos vemos en el campo de batalla.

Arthur miro a Lay, y se retiro.

-Siento que esta conversación fue extremadamente extraña.

-Yo también pense que vendría a decir algo más importante Gran. - Dijo Helen confusa como yo.

-No es momento para pensar a que vino, solo céntrate en lo que tienes que hacer, tienes que volver con vida, debes volver a mi... no ya no solo a mi a Helen también le debes eso.

-Lay... por su puesto que volveré a ustedes, no tengo pensado morir aqui.

Helen se acerco a mi y me beso.

-Te suplico que vuelvas en una sola pieza, y para de hacer este tipo de cosas...yo no puedo...

-Tengo que parar esto, no me odios Helen, pero Gran tiene que concentrarse, este tipo de sentimientos no se lo van a permitir. - Dijo Lay seriamente.

-Entiendo... iré a las gradas, para que te concentres Gran.

Hel se fue de inmediato.

-Fuiste muy dura con ella Lay, no tenias que...

-Gran este no es un juego, yo también tengo que reprimir mi preocupación hacia ti, además Morrigan no te dijo que debías ocupar el odio, el amor es algo muy distinto a eso.

Me molestaba este actuar frio de Lay, ya que sentía que era como retroceder todo lo que habia avanzado, pero...

-Supongo que tienes razón, pero cuando vuelva discúlpate con ella.

-Si mi señor, ahora ya es momento de entrar, solo piensa en cosas que generen hostilidad en ti Gran.

Efectivamente nos habian llamado, comenzó a caminar junto con Lay que iba a mis espada, le habia entregado tanto su espada como mi daga y mis puñales para que ella me los colocara en el duelo.

El padre Fernando estaba anunciando el duelo igual que la vez anterior.

Yo no soy de los que tengan problemas con hacer cosas en públicos, pero me sentía totalmente intimidado por la cantidad de personas que habian, todo los asientos estaban llenos, en el centro era el Rey Eduardo que se encontraba sentado, pero ahora con una armadura bastante bonita, pero que parecía algo más ceremonial que otra cosa, y ahora portaba la corona sobre su cabeza, sombre sus hombros portaba una capa morada bastante elegante. A su derecha se encontraba sentado Lord Irish, y a su izquierda el Barón de Mons, que me miraba con repulsión, luego habian dos puestos vacíos, que si no mal recuerdo siguiendo con lo que se del protocolo de nobleza, debería ser para los duques.

Note que alrededor del Rey habia una chica saludándome, era Vanessa que esta vez me saludaba con bastante animo que la vez anterior cuando la vi entre la nobleza cuando le pedí el duelo al Rey Eduardo, levante mi mano para saludarla, pero al parecer escuche muchos comentarios negativos hacia mi persona cuando levante mi mano, lo que me extraño fue la chica sentada al lado de ella, una mujer más menos de la misma edad de Vanessa con un cabello negro, y una trenza que me imagino que tuvieron horas haciéndolo, pero su rostro estaba segura que lo conocía, pero no me venia la mente de donde.

-Gran ahí están. - Me dijo Lay que caminaba atrás mío.

Roy y Willfest estaban ambos apresados en una picota, una estructura de madera que se ocupaba para tortura, donde tenia tres agujeros donde te apresaban los brazos y la cabeza, además que se notaba que les estuvieron tirando tomates, manzanas y varias verduras, aunque eso fue solamente a Roy, ya que Willfest aparte de uno que otro moretón estaba totalmente limpio, aunque se veía furioso.

-Will... Roy... carajo como se debe sentir Lay en este momento, incluso siento su presencia asesina en mi espalda.

Sir Arthur venia galopando sobre un caballo gigantesco de color blanco se acerco justo donde nosotros, frente a la parte donde se encontraba los asientos de la nobleza.

-Hoy estamos reunidos, ante un duelo donde Dios será testigo, si Sir Willfest de Poart Sans Terre, y su hijo el escudero Roy de Poart, quienes cometieron crímenes contra la familia Mons vivirán en desgracias con el perdón, o morirán como los criminales que son, y que Dios los guarde en su santo reino, si les permite entrar claro esta, ¿algo que decir de los combatientes? - Dijo el padre Fernando.

-Nada Padre Fernando.

-Nada que decir por mi parte.

La gente comenzaba a parlotear, por Lay, muchos se preguntaban que hacía una mujer ahí, sobre todo el porque portaba mis armas, alguno que otro la puteaba cosa que me estaba comenzando a enojar.

El Rey se levanto de su asiento y se acerco al borde de su tarima.

-Quiero un duelo limpio, y honorifico me gustaria decir, pero eso limitaría al escudero segun tengo entendido, así que permitiré cualquier cosa que se les ocurra, como muchos saben me rebaje a tener un trato con Gran, si gana Sir Willfest y Roy deberán servirle a un don nadie, o sea a Gran.

Mucha gente abucheo esas ultimas palabras, cosa que saco una sonrisa del Rey Eduardo.

-Pero si Gran es derrotado, ambos padre e hijo serán decapitados en el acto, dicho esto que pase el verdugo.

Un hombre con una especie de saco negro que tenia dos hoyos para poder ver, se acerco hacia el Sir y Roy, en sus brazos portaba una hacha de dos manos extremadamente afilada.

-Den un buen espectáculo arréglese y que comience el combate singular.

Sin presiones Gran, sin presiones.