-Mi cuervito, estas despertando.
Estaba apoyado sobre las piernas, de una mujer adulta muy bella, no había visto nunca nada tan hermosamente hegemónico, su pelo era largo negro como la noche, su piel tan blanquecina casi brillaba.
-Cuervito sigue creciendo, vas bien, llévame a algo que nunca he visto.
Me encontraba hipnotizado por su belleza, estaba dispuesto a entregarle lo que ella me pidiera.
-Lo que desee mi señora.
Lleve mi mano a su mejilla lo que fue bien recibido por parte de ella.
-Lo que desee incluso si pidiera a tu queridísima Hero.
-Por...
Me aleje inmediatamente de ella.
Ella sonría de manera muy macabra, unos cuervos se apoyaron en sus hombros.
-Tú... nunca, muy hermosa serás, pero nunca te entregare a ella.
-Si mucho mejor, esos ojos de odio son los que quiero ver, crece rápido mi cuervito, estoy segura que me llevaras al éxtasis más grande que he tenido, sigue tú corazón, cumple mi deseo, enfréntate a mi viejo sabueso, y te concederé lo que desees.
Un cuervo vino directo a mi cara.
-Mierda... Fue una pesadilla.
La manera abrupta en la que desperté hizo que sintiera una muy dolorosa puntada en el hombro, no tenia ropa puesta, pero mi cuerpo estaba llena de vendas.
-Veo que el dormilón despertó.
-¿Mirian que haces aquí?
-Me pidieron que te observara mientras los demás salieron, querían evitar que hicieras cualquier estupidez mientras dormías.
Mirian estaba sentada en un taburete frente a mi cama, ni siquiera me miraba cuando hablaba, tenia sus ojos puestos en el libro que tenia sobre sus piernas.
-Supongo que eso lo dijo Willfest.
Mirian di vuelta una pagina, mientras balanceaba su cabeza.
-Te equivocas es lo dijo la bastarda, aunque papi, y mi hermano creían lo mismo.
-¿Cual es tu problema?, Lay es tu hermana, que se por buena fuente que se preocupa por ti, pero tu te esmeras en tratarla mal.
-Gran no te metas en lo que no te incumbe.
-Mira niña mimada, sabes ni siquiera se porque me molesto tanto contigo, peor me cuesta creer que sea hermana de Roy y Lay, estoy seguro que tu madre solo te dio lo que querías.
Ella rompió en llanto.
-Te odio, no sabes nada, tu solo eres un problema idiota.
Mirian salió corriendo de mi habitación llorando desconsoladamente, había herido a una niña por mi estupidez.
La había cagado honestamente no sabia porque actúe así con ella, pero me molestaba mucho su actitud con Lay.
Me levante lo que fue un martirio todo el cuerpo me dolía, además sentía que no tenia fuerzas, me moría de hambre así que me vestí y fue a asaltar la cocina, pille queso pan y uvas, cosas que me lo devore entero... debería pedirle disculpa por la manera en que trate a Mirian, fui a su habitación, golpe su puerta, pero no me contesto, pero sabia que estaba ahí porque había metido bulla recientemente.
-Mirian te pido disculpas, fui hiriente, tienes razón soy un idiota, pero comprende también que me molestas como tratas a Lay, créeme ella no se merece ese trato.
Estuvo un buen rato en silencio, como no hubo respuesta alguna decidí dejarla tranquila.
-¿Tú eres el prometido de Lay?
-¿Por qué todos se esmeran en emparejarnos?
-Es que se miran como si quisieran estar juntos, nunca habíamos visto a Lay así, además los note algo cariñoso en el camino hacia acá.
-No se como explicarte, pero solo somos amigos, para mi Lay es como una hermana, a la que le tengo bastante cariño.
-Entiendo Gran... o eso creo, a todo esto deberías seguir descansando.
-Tranquila me siento mejor después de haber comido algo.
-Feo entiende, estuviste cinco días durmiendo, no creo que deberías estar en pie.
-Mirian déjame ver si te escuche bien, me estas diciendo que estuve inconsciente por cinco días.
-Es lo que te acabo de decir, ya vete no quiero seguir hablando contigo - dijo molesta.
No podía creer lo que esta niña me decía, aunque tiene algo de sentido nunca en mi vida me habían dado una paliza como la de ayer, incluso termine con un serio corte en el hombro... me pregunto que habrá pasado con Sir Fregan.
-Mirian ya volví. - Gritaba Roy desde la entrada.
Fui donde Roy inmediatamente, por lo visto se había sorprendido gratamente de verme bien, me explico durante un rato que me había desmayado después de mi enfrentamiento, me dijo que para cerrar la herida de mi hombro rápidamente prefirieron cauterizarme la herida, así que me iba a quedar una horrible marca de quemadura en mi hombro.
-Aun no puedo creer que le hayas ganado a Fregan, no se le a visto desde tú victoria, sin él la guardia a estado mucho más tranquila, así que te agradezco estas pequeñas vacaciones.
-De nada, pero ¿Tan poca fe me tenias Roy?
-En un combate no me aferro a la fe sino en lo que se, tenias todas las de perder, pero al final ese extraña manera de pelear tuya... fue increíble, era como ver un perro de caza atacando a su presa, él no lo va a admitir, pero hasta mi padre estaba emocionado con esa manera de pelar tuya.
Tenia que admitir que me sentía halagado por las palabra de Roy.
-Eso si no creo que pueda pelear por un tiempo, siento el cuerpo destrozado.
-Siente con suerte si mi padre te da una semana de descanso, te convertiste en su escudero, de hecho mientras estabas inconsciente hizo el papeleo formal, que por lo general no se suele hacer, a todo esto quería pedirte un favor
-Adelante, si puedo cumplirlo no hay problema.
-Si creo que puedes, Lay sin ti, volvio a ser la fría de siempre, te pido... te suplico que sea lo que sea que ella tenga.. sálvala, quiero a mi alegre hermana que jugaba conmigo cuando niños de vuelta.
Roy intentaba no llorar, probablemente le costo mucho decir esto.
-Roy no puedo decirte que le sucedió, eso le corresponde a ella, además estoy segura que si te lo digo me mata y no exagero con eso, pero descuida hare todo lo posible para que pueda ser feliz, no se si pueda volver a que sea la de antes, pero al menos quiero que viva sin arrepentimientos es por eso que te voy a confesar algo...
Le dije a Roy lo que tenia pensado hacer en el futuro.
-Sabes si mi padre se entera de esto probablemente te va a querer matar, incluso lo veo pidiendo un duelo formal contra ti, pero si eso es lo que ella desea no me meteré en su camino, aunque admito que preferiría que escogiera otra cosa Gran.
-No podemos hacer nada cuando la otra persona esta determinada a seguir su camino Roy, solo podemos apoyarla.
La puerta se abrió, Willfest estaba llamando la atención a Lay por algo, pero ella no parecía muy interesada con lo que su padre decía, pero lo que me dijo Roy era verdad, Lay tenia esa mirada tan fría como el día que la conocí.
-Al menos deberías intendenta buscar un... Gran te despertaste al fin, muchacho no sabes lo que nos preocupaste, pensamos que tal vez no volverías a levantarte.
-Descuida Willfest...
Willfest me interrumpió.
-No, no, no, ahora si que no, Sir idiota grábatelo bien, Sir, ahora eres mi escudero así que antes de nombrar mi nombre me dices Sir.
-Como quieras Will.
Se podia ver la vena marcada en la cabeza de Willfest, pense que me gritaría, pero al final todos nos reímos, todos excepto Lay que no había dicho ninguna palabra.
Ella camino directo a mi con la cabeza gacha, no necesitaba más para saber que estaba pasando.
-Lay he vuelto...
A ella le desbordaban las lagrimas de la caras, su labio tiritaban, ya que intentaba no demostrar su llanto, hasta que finalmente no pudo más, ella lloro desconsoladamente, se acerco a mi y me abrazo con fuerza.
Honestamente me sentía bien que por fin ella comenzara a soltar su pena.
-Idiota...no vuelvas...snif...a preocuparme... snif...así...no cuando... snif... snif...no vuelvas...
-Ya tranquila Lay, prometo no hacer una tontería así, se los prometo a todos.
-Con eso ojo así no puedo tomarte enserio muchacho, a todo esto, el matasano dijo que deberías recuperar tu visión en ese ojo en un par de días.
-Tu si que sabes romper la atmosfera Willfest.
-Lay seguia llorando sobre mi.
Roy se acerco a nosotros y nos abrazo a ambos.
-Ya todo paso hermanita, el idiota se encuentra bien.
-Asi que idiota.
Paso algo que nunca en mi vida me había esperado, Willfest se acerco a nosotros y también nos abrazo, incluso hizo que Lay parara un segundo de llorar, pero ahora él que se sumo a los llantos fue Roy, no paso mucho tiempo hasta que sentía que alguien tiraba de mi pantalón, era Mirian que quería participar del abrazo colectivo, fue su propio padre que al final le hizo un lugar.
-Gran desde ahora como eres mi escudero, este es tú hogar.
Mierda... mis labios comenzaron a tiritar, mis ojos se humedecieron, nunca me espere una muestra de cariño tan cercana de Willfest no pude evitar sumarme a los llantos de Lay y Roy.
Tal vez lo que necesitaba mi corazón roto, era una familia rota que me ayudara.
Al fin la voz que solía escuchar en mi cabeza desde la traición de Fress, esa voz que me decía que desconfiara de todos se había esfumado.
-Gracias... finalmente estoy en casa.