Chereads / Vendida al destino / Chapter 47 - 047. Caminos peligrosos

Chapter 47 - 047. Caminos peligrosos

Amelia se encontraba en el despacho de Carlos, observando cómo el experimentado abogado revisaba minuciosamente el contrato. Los dedos de Carlos recorrían las páginas con destreza, mientras su mirada se detenía en las cláusulas más delicadas. Tomaba notas en su cuaderno, y con cada línea que escribía, su expresión se volvía más sorprendida.

Carlos levantó la vista por un momento, captando la mirada expectante de Amelia, y volvió a concentrarse en el documento. La concentración era palpable en la sala, y Amelia podía sentir el peso de cada palabra que Carlos leía. Finalmente, tras varios minutos que parecieron eternos, Carlos dejó el contrato sobre la mesa y se recostó en su silla, mirando sus notas y luego el contrato una vez más.

—Amelia, esto es... —Carlos buscó las palabras adecuadas—. Esto es una jugada increíblemente audaz. Si logras que Sandro firme este contrato, "Energreen Solutions" estará no solo perfectamente protegida, sino que en caso de incumplimiento, su empresa se verá obligada a indemnizar a "Energreen Solutions" con veinte veces el valor del contrato.

Amelia sonrió, satisfecha por la reacción de Carlos. Habían trabajado arduamente para asegurarse de que cada cláusula estuviera redactada de manera impecable, y ahora estaba viendo los frutos de sus esfuerzos.

—Carlos, ¿ves algún problema legal con las cláusulas? —preguntó Amelia, aunque ya intuía la respuesta.

Carlos negó con la cabeza, aún con una expresión de asombro. —Legalmente, están impecables. Pero... ¿cómo piensas colar estas cláusulas a Sandro? No es un idiota, y tiene sus propios abogados que revisarán esto con lupa.

La sonrisa de Amelia se ensanchó, reflejando una confianza que había estado construyendo cuidadosamente. —Carlos, Sandro está en una posición muy precaria. O firma este contrato o su empresa se verá obligada a cerrar. Mientras tanto, "Energreen Solutions" tiene la posibilidad de firmar con otros proveedores en muy buenas condiciones debido al volumen de compra. Sandro sabe que no tiene muchas opciones.

Carlos asintió lentamente, comprendiendo la estrategia de Amelia. —Así que estás apostando a que su desesperación le hará pasar por alto los detalles más letales del contrato.

—Exactamente —respondió Amelia, con los ojos brillando de determinación—. Es una jugada arriesgada, pero si sale bien, habremos neutralizado una amenaza importante para la empresa y para muchas mujeres.

Carlos se levantó de su silla, extendiendo la mano hacia Amelia. —Buena suerte, Amelia. Espero que todo salga como planeas. Si necesitas algo más, no dudes en decírmelo.

Amelia estrechó su mano con firmeza, agradecida por el apoyo de Carlos. —Gracias, Carlos. Sé que esto es solo el comienzo, pero con aliados como tú, estoy segura de que lograremos grandes cosas.

Con el contrato en la mano, Amelia salió del despacho de Carlos sintiéndose más preparada y confiada que nunca. La batalla legal contra Sandro estaba a punto de comenzar, y ella estaba lista para enfrentarla con toda la audacia y determinación que había cultivado.

Estaba llegando a su despacho con una sonrisa cuando se encontró de golpe con Jason. Ambos se miraron con afecto en sus ojos, y para sorpresa de Amelia, Jason la cogió de la cintura y la besó con pasión. Sin soltarla de la cintura, Jason la empujó hacia la puerta de su despacho y la hizo entrar.

Justo cuando la puerta se cerró, Jason se detuvo de golpe y lanzó una mirada severa sobre Amelia. Ella se asustó y dio un paso hacia atrás. ¿Qué ocurría? Hacía unas horas, Jason parecía muy amoroso con ella cuando estuvo con Mei, incluso fuera del despacho la había besado con gran pasión.

—Amelia, no puedes ir diciendo por ahí lo del gusano. Te das cuenta del peligro al cual nos expones a Inmaculada, a ti y a mí —la voz de Jason era de preocupación, no de enfado, pero su mirada asustaba a Amelia.

Amelia jugueteó con el contrato en sus manos, mientras miraba hacia el suelo incapaz de encontrar las palabras adecuadas para explicarse. No había visto otra salida cuando se lo reveló a Mei y ahora debía aceptar el castigo si era preciso.

—Lo siento, Jason. Mei es tu hermana, no pensé...

Amelia no terminó la frase, solo levantó su mirada con los ojos llenos de lágrimas buscando comprensión en los de Jason.

—No puedes ir revelando eso ni a Mei. En las grandes familias, muchas veces las puñaladas vienen desde dentro —Amelia asintió ante las palabras de Jason, avergonzada por no haber tenido eso en cuenta—. Si alguien creyera tu palabra e investigara, debería morir. Depende hasta dónde hubiera investigado, tu vida también correría peligro. Amelia, te quiero, pero debes saber que la Señora Montalbán y yo tenemos secretos muy oscuros. Eso implica defender esos secretos a toda costa, pues si no tomamos las precauciones apropiadas, nuestras vidas también estarán en peligro.

—¿El maestro? —preguntó Amelia temblando. Había visto cómo Inmaculada temblaba ante su mera mención. Cómo estaba preocupada el viernes cuando iba a coger el avión para encontrarse con él. Si ella temblaba ante la mera mención de ese maestro, ¿cómo no podía estar ella asustada?

Jason asintió con cara de circunstancia, para dar un par de pasos y abrazarla con sumo cariño.

—El maestro es un hombre justo, pero también implacable a la hora de castigar. Inmaculada Montalbán no ha respondido ninguno de mis intentos de contactar con ella desde el sábado. No temo por su vida. El maestro la aprecia como si fuera su hija, pero no será por ello indulgente con ella.

Amelia comprendió el significado de las palabras de Jason. Si Inmaculada, siendo apreciada como hija por el maestro, corría peligro, ¿qué importaba la vida de ella para el maestro?

—¿Qué puedo hacer, Jason? —preguntó Amelia con voz temblorosa.

—Debes ser más cuidadosa, Amelia. Lo que has hecho es peligroso, para ti y para Mei. Con ella ya he hablado y espero que no sea imprudente. Debemos proteger nuestros secretos a toda costa. Y sobre todo, no confiar en nadie completamente. Ni siquiera en la familia —Jason la miró con intensidad, esperando que sus palabras calaran hondo.

Amelia asintió, entendiendo la gravedad de la situación. —Lo haré, Jason. Seré más cuidadosa.

Jason la besó suavemente en la frente, su expresión suavizándose un poco. —Confío en ti, Amelia. Solo quiero que estés segura.

Amelia se sintió un poco más aliviada, aunque sabía que la sombra del maestro y los secretos oscuros seguirían pesando sobre ellos. Pero ahora tenía una nueva determinación para ser más cuidadosa y protegerse a sí misma y a los que amaba.

—Vamos a superar esto juntos —dijo Amelia, mirando a Jason con determinación.

—Sí, juntos —respondió Jason, abrazándola con fuerza.

Amelia de repente pensó en Isabel, los hombres de Inmaculada y las personas convertidas por el gusano. Todos ellos sabían sobre ese secreto. ¿Ellos no corrían peligro?

—Si tan grave es revelar lo del gusano, ¿qué ocurre con Isabel? ¿Con los hombres de Inmaculada? ¿Con las personas convertidas?

Jason miró con una sonrisa a su compañera. —Isabel y los hombres de Inmaculada no pueden hablar de esos secretos si no es con alguien implicado en esos secretos de forma directa. En cuanto a vosotras, ¿quién os creería? De todas formas, también se os adiestra para no hablar; irse de la lengua puede ser más peligroso que la muerte. Pero tú eres especial. Estás vinculada a Inma y a mí, lo cual te protege un poco por el cariño que nos profesa el maestro a ambos.

Amelia sintió una mezcla de alivio y temor, sabiendo que el camino por delante era oscuro y peligroso, pero también consciente de que tenía a Jason a su lado. ¿Quién era ese maestro? ¿Por qué gente con negocios tan turbios y peligrosos como los de Jason e Inmaculada lo temían?

—¿Mei? —preguntó con temor Amelia.

—Solo puedo esperar en su buen juicio. Si hace alguna tontería, no la podré salvar y en estos momentos es un peligro para nuestra seguridad —contestó con voz seria Jason. La preocupación por su hermana se marcaba en sus ojos. No era más que preocupación; era miedo.

Amelia quería compensar su metedura de pata. Todo venía por su ansia de venganza. Si solo hubiera solicitado el método de Inmaculada o el de Jason, pero no, ella quería verlo sufrir mucho más.

—Lo siento de verdad. Esta noche te compensaré —susurró con los ojos llenos de lágrimas.

—No es necesario, aunque estaré encantado. Solo ten más cuidado la próxima vez. Termina con lo que andes, llama a Li Wei y a mi hermana y en media hora nos vamos a comer.

Amelia sonrió, besó durante unos segundos los labios de Jason y, con una reverencia, salió corriendo del despacho.

Con el contrato en la mano, Amelia se dirigió de nuevo a su despacho. Sentía una mezcla de nerviosismo y determinación. Al llegar, se encontró con Mei y Li Wei, que la esperaban.

—Todo listo para la comida —dijo Amelia, tratando de sonar animada.

Mei asintió, aunque aún parecía preocupada. —Espero que Jason haya sido comprensivo contigo.

Amelia asintió. —Lo fue. Solo necesitamos ser más cuidadosos de ahora en adelante.

Li Wei observó a ambas mujeres, sintiendo la tensión en el aire. —Amelia, ¿habría alguna posibilidad de fichar por "Energreen Solutions"?

La pregunta cogió por sorpresa a Amelia. Li Wei tenía, según palabras de Mei, un buen trabajo en Suryavanti. Amelia estaría encantada de tenerla en su equipo; era divertida y llena de energía. Ambas podían llegar a ser muy buenas amigas, pero "Energreen Solutions" no tenía ahora mismo presupuesto para poder contratarla.

—Lo siento, Li Wei. Me encantaría poder ficharte y tenerte aquí, pero "Energreen Solutions" está en quiebra. No puedo contratarte, si aumento el presupuesto en personal...

—Sí puedes —intervino Mei.

Amelia la miró extrañada. ¿Cómo podía decir eso? Ella llevaba enfrascada con las cuentas de "Energreen Solutions" una semana y era imposible. Incluso haciéndolo todo bien le llevaría al menos un año salir de números rojos.

—Mei, conozco los números de mi empresa. Es imposible...

—Sí puedes. Hay una forma —volvió a interrumpir Mei—. ¿Y si hubiera una ampliación de capital? Yo puedo invertir en la ampliación.

Jason no iba a permitir la inversión de Mei. Sus empresas en Hesperia no cotizaban en bolsa y "Energreen Solutions" no era una excepción. No había visto socios en ninguna de sus empresas y la inversión necesaria era de casi quinientos millones de euros, solo para sacarla de números rojos.

—Jason no quiere inversores en sus negocios de aquí. Por otro lado, has visto los números: son casi quinientos millones de euros el actual agujero de la empresa.

Mei tenía una sonrisa que denotaba cierta maldad. —¿Y si esos quinientos millones de euros no fueran un agujero de "Energreen Solutions"? ¿Y si pudiera solucionar ese problema con unas llamadas?

Amelia miró extrañada a Mei. ¿Cómo iba a encontrar quinientos millones en las cuentas de "Energreen Solutions"?

—¿Cómo? —preguntó Amelia. Deseaba contar con Li Wei. Si era posible, quería tenerla en nómina esta misma tarde.

—Laura firmó un préstamo entre "Energreen Solutions" y la empresa que dirige el año pasado para maquillar sus cuentas. Son doscientos cuarenta y siete millones. Hay un contrato paralizado con el Grupo Xiting por valor de trescientos millones y el canon por las patentes puede ascender a otros doscientos millones para los próximos dos años.

Amelia corrió a ver los números y papeles que Mei tenía en el ordenador. Solo con el Grupo Xiting podría salir de los números rojos, pero era imposible tal como estaban ahora las cosas lograr eso. Por otro lado, estaba lo de Laura, había usado a "Energreen Solutions" para inflar los números de su propia empresa.

—¿Y cómo piensas resolver lo de Laura? —preguntó Amelia, intrigada.

—Confrontándola y obligándola a devolver ese dinero. Tenemos todos los documentos necesarios para presionarla. Si se niega, podemos exponerla y hundirla —dijo Mei con firmeza.

Amelia asintió, viendo una luz al final del túnel. —De acuerdo. Si conseguimos ese dinero y firmamos el contrato con el Grupo Xiting, podríamos salir adelante, pero ¿cómo piensas solucionar lo del Grupo Xiting? Jason ha sido destituido de la sede de Hesperia, aunque estos contratos son con el Grupo Xiting en Suryavanti. Eso es hablar con tu hermano o tu padre y ambos están en guerra conmigo y Jason.

Mei sonrió de forma maquiavélica. —Después de comer he concertado una reunión con mi hermano vía webcam. Déjamelo a mí. Si consigo sacar a "Energreen Solutions" de números rojos me debes contratar también a mí. Aunque mi hermano se enfade.

Li Wei, que había estado escuchando en silencio, sonrió. —Parece que tienen un plan sólido. Me encantaría ser parte de "Energreen Solutions" y ayudar en lo que pueda, pero sobre todo, aprender de Nuria Narbona. Por esa experiencia estaría dispuesta hasta a pagar.

Amelia sonrió, sintiendo una renovada esperanza. —Entonces, bienvenidas al equipo, ambas. Vamos a cambiar las cosas juntas.

—Ahora, debemos movernos rápido —dijo Mei—. Amelia, ¿podrías hablar con recursos humanos para agilizar nuestra contratación? Los trámites para ser contratadas aquí, al ser las dos extranjeras, deberán ser algo más difíciles.

Amelia desplegó el teléfono y se puso a hablar con recursos humanos. —Hola, soy Amelia. Acabo de enviar dos currículums para contratar en "Energreen Solutions". —Tras unos segundos—. Lo sé, pero debéis agilizar todos los trámites. Ya están trabajando desde hoy. —Amelia frunció los labios con disgusto—. A ver cómo te lo explico. Son la hermana de Jason Xiting y una gran amiga de esta. ¿Quieres que moleste a Jason porque un incompetente no agiliza la contratación de su hermana? —Amelia sonrió antes de decir—. Eso espero, no me gustaría dar tu nombre a Jason.

Tras colgar, Amelia se volvió hacia Mei y Li Wei. —Os pedirán documentación y conseguirán un permiso provisional para empezar a trabajar mañana. Mei, si esto no sale bien, no podré teneros en nómina a final de mes.

Mei sonrió con confianza. —No te preocupes, Amelia. Haremos que funcione. Además, estamos las tres en esto juntas. No vamos a dejar que "Energreen Solutions" caiga.

Li Wei asintió con entusiasmo. —Estoy lista para empezar. Vamos a hacerlo.

En ese momento, Jason apareció en el despacho de Amelia para llevarlas a comer. Las miró a las tres abrazarse y celebrar algo.

—¿Qué ocurre aquí? —preguntó con una sonrisa, al verlas tan contentas por primera vez desde la llegada de Mei y Li Wei.

—Mei y Li Wei van a trabajar para mí —dijo Amelia con júbilo.

Jason tragó saliva, sin querer ser cruel con Amelia y su hermana, pero sabiendo que debía decirlo. —Amelia, ¿de dónde piensas sacar el dinero para contratarlas?

—Del Grupo Xiting. Esta tarde, Mei y yo tenemos una reunión con tu hermano. Tenemos pendientes varios proyectos por valor de más de quinientos millones —la sonrisa de Amelia se congeló en su rostro al ver la expresión de Jason ante sus palabras.