La densa selva de Sandala se extendía como un océano de verdes y marrones, ocultando secretos y peligros en cada sombra.
Las bestias salvajes eran de las más peligrosas de África, con las manadas de hienas más grande de todo África.
El grupo diverso de héroes y fuerzas especiales se había agrupado en una pequeña base improvisada, una tienda de campaña apenas preparada, donde se alzaban carpas camufladas para el descanso de las tropas, cada una repleta de mapas y tecnología de vanguardia en el que mostraba un diagrama geográfico de sandaala.
El equipo, habiendo dejado sus diferencias de lado para garantizar la misión, se comprometieron a trabajar sin la necesidad de anteponer los intereses ya establecidos por sus naciones.
En el centro, el mapa de la región informado mostraba la ubicación del temido señor de la guerra, M'Buku Wa Tchaka.
Machete, con sus dos machetes cruzados en la espalda, inspeccionó el mapa con un rostro endurecido. Lo poco que había escuchado de aquel señor de la guerra era suficiente para ponerlo en su lista negra.
Su rostro reflejaba determinación mientras hablaba. —M'Buku no solo ha despojado a su pueblo de riquezas, también ha esclavizado, violado hasta el punto de despojarla de su identidad. arrasado con su esperanza al barro. Necesitamos detenerlo antes de que cause más daño a lo poco que queda aquí, y cuando le ponga las manos, tendrán que recogerlo por partes. — aseguró machete, demostrando su interior de carnicero, el terror que había demostrado a los narcos y pederastas en sus días de Justiciero.
Miss Audaz, que se había unido al grupo, ajustó su exoesqueleto y asintió con decisión en su rostro.— el es un completo monstruo.
— de hecho, hay rumores de que ha hecho tratos con fuerzas oscuras. M'buku No es humano, no de la manera en que lo somos nosotros. — un hombre se acercó a ellos, el contacto con el que se reunirían para desplazarse por la región hasta encontrar a M'buku.
Era el líder de la guerrilla más poderosa y resistente de sandaala, kito.
Imix, envuelto en su capa oscura, se adhirió a la conversación, interesado por las palabras del líder de Rebelde, quien continuó explicando.
—Se dice que vendió su alma y a su pueblo a una bruja en Siberia, M'buku siempre estuvo obsesionado con el poder de los extraordinarios, los elegidos por el ancestro primordial. A cambio, recibió potentes pociones que lo hicieron más fuerte que 10 hombres, más rápido que las hienas, invulnerable a las armas mortales y ojos tan agudos como las águilas. Es un loco obsesionado con el poder que busca convertirse en un superhombre, en un elegido por el ancestro primordial a cualquier costo.
—Y lo ha logrado, por lo que parece. —agregó el Ninja Mexicano, su mirada despreocupada contrastando con la gravedad de la situación. Su voz era suave, pero la inteligencia superior brillaba en sus ojos cubiertos por su máscara.
— Su poder es antinatural. Su ambición no tiene límites, y su deseo de controlar todo lo que le rodea lo ha llevado a esclavizar a su propio pueblo. — kito aseguró, mientras apretaba sus puños con fuerza. El sudor de su cuerpo a causa del calor sofocante contrataba con su frustración.
Kito, aquel guerrillero que había tomado la valiente decisión de proporcionar la información, era un hombre robusto con cicatrices en el rostro, a causa de innumerables roces con la muerte, Intentando destruir a M'buku por todos los medios.
No hacia falta mencionar que todos sus esfuerzos eran en bano, pues además de cruel, aquel señor de la guerra también era un excelente guerrero, que demostró acabar en solo una noche con la vida de 2000 soldados kenianos en una muestra de su fuerza.
Kito bajó la mirada, pensando que por fin, los dioses acudieron a su auxilio, el gran ancestro los escucho, miró a los héroes y sus ojos se llenaron de determinación.
—He perdido a muchos amigos en esta lucha. M'Buku ha masacrado familias enteras solo por su ansia de extraer hasta el último de los metales preciosos de mi pueblo a cambio de las posiones que le da su poder. Pero ahora, que estamos a poco tiempo de ser libres, quiero ayudarles en todo lo que este a mí alcance para acabar con M'buku. Mi pueblo merece ser libre, merece descansar. Merece gozar de la paz que les arrebataron.
Los héroes intercambiaron miradas de comprensión y resolución. La traición y la desesperanza habían calado hondo en el corazón de Kito, y su deseo de liberarse del yugo de M'Buku resonaba en ellos.
—Estamos aquí para ayudarte, Kito —dijo Coronel de Plata, su voz firme y decidida. Su cuerpo brillaba con poder a causa de la armadura que pilotaba, listo para desatar el infierno en el señor de la guerra. —Vamos a derribar a M'Buku y liberar a tu pueblo. Nadie más debería sufrir.
Kito asintió, su esperanza renovada. —He oído que M'Buku se encuentra en la capital. El pueblo está en las calles, está intimidado lo suficiente como para que se refugie en la casa presidencial. Su guardaespaldas está compuesto por sus hombres de confianza y mercenarios bien entrenados del extranjero, pero también hay rumores de que tiene un nuevo tipo de soldado, uno creado con la magia de esa bruja. Apareció hace unas cuantas horas, aplastando algunas revueltas en algunos distritos de la capital.
Mientras discutían la ubicación y el plan, de repente, un disparo resonó en la selva. La incredulidad y la sorpresa de los héroes fue palpable, cuando de la nada, uno de los hombres de kito apretó el gatillo contra su líder. El cuerpo de Kito cayó al suelo, una expresión de sorpresa y dolor en su rostro. La traición estaba en el aire, su posición se vio comprometida desde el principio.
Aquel guerrillero, quien aparentemente era la mano derecha de kito apuntó a la cabeza de su líder. Pero una estrella ninja pasó a través de su empuñadura, cortando limpiamente la mano del traidor.
—¡¿Por qué?! —gritó Ninja Mexicano, dando un paso adelante en un parpadeo. Su Chi se elevó a su máximo potencial, mientras su cuerpo se tensaba para desatar una masacre Sin pensar, lanzó un kunai que atravesó sin resistencia la cabeza del traidor, matándolo al instante.
—¡Estamos bajo ataque! —gritó uno de los soldados guerrilleros mientras el campamento estallaba en caos.
Todos estuvieron a merced de una emboscada.
Una oleada de mercenarios desconocidos, apoyados por los hombres de M'Buku, se abalanzó sobre ellos, utilizando armas tácticas de última generación.
La situación se volvió despiadada, cuando arremetieron contra los héroes mexicanos como el objetivo más débil del grupo. Ellos no eran a prueba de balas.
De inmediato tomaron cobertura, miss audaz lanzándose al suelo entre unas rocas, puño de hierro se refugió en un árbol, mientras ninja mexicano saltaba hacia sus ramas e imix usaba su capa como un escudo efectivo.
Machete desenfundó sus machetes, sus movimientos rápidos y precisos. —¡A las armas! ¡Protéjanse!