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Chapter 3 - ¿Eres feliz?

Un brusco palmetazo en la cabeza sacaría violentamente a cierto muchacho de sus mas profundas divagaciones, haciéndole retornar abruptamente a la realidad, mientras escuchaba tras de sí a una conocida voz femenina quien algo fastidiada le increpaba.

-¡Hey!. ¿Se puede saber qué demonios te está pasando?

- No es nada… No pasa nada…-. Respondió el chico, sobándose un poco la cabeza y aguantando en silencio todo lo sufrido, mientras comenzaba a mentalizarse desde ya para todo lo que seguramente se vendría.

-Mmmm… Esta mañana andas todavía más lerdo que de costumbre, y más encima te detienes como un idiota mirando hacia el techo.

El interpelado solo guardo silencio mientras reanudaba con paso calmado su marcha interrumpida, pero ante esto su contraparte se sintió estimulada para seguir hablando tras de sí.

-Acaso pensaste que allá arriba estaría tu padre, quien por fin te estaba prestando algo de atención. O que por un momento tu mama te estaba mirando desde el cielo…

-¡Basta!-. Reacciono molesto el chico, obviamente muy herido por este cáustico comentario. -No hay necesidad de que empieces a molestar con eso…-.

- ¡Mhf!. Entonces de seguro debes andar pensando en alguna clase de perversiones…

Mientras seguía escuchando todo lo que su acompañante decía, aquel chico dio para sus adentros un suspiro de resignación al notar que esa mañana ella estaba realmente insoportable, aun más que de costumbre. Y por mucha estima que le tuviera, ya a estas alturas tenía ganas de gritarle que se callara y que le dejara tranquilo, al menos por un momento; ojalá por el próximo millón de años. Pero si lo hacía de seguro lo único que lograría seria alentarla a que prosiguiera con sus berrinches. Así es que opto por hacer lo que siempre hacía en estos casos, evitar a toda costa el conflicto ignorando el escándalo que estaba armando su pelirroja compañera mientras mentalmente juntaba paciencia para aguantar lo que pensaba seria el inicio de un largo y tortuoso día. Pero sus pasos fueron detenidos cuando una mano le agarra uno de sus hombros y lo empuja para forzarle a voltearse.

-Lo sabía… ¡Estás pensando en ESA!

-¿De… de que estas hablando Asuka?-. Respondió un sorprendido Shinji.

-No me vengas a hacerte el inocente conmigo, tercer elegido. El callar lo único que hace es delatarte. Has estado actuando muy extraño desde que ayer nos topamos con esa tonta.

-No Asuka, no es eso. Es solo que…

De pronto, Shinji no supo cómo completar la frase y se quedó en silencio.

-¡¿Entonces qué es?!-. Insistió la chica pelirroja.

El silencio seguía comprometiendo al interpelado.

-¿Y bien?... ¿Acaso no tienes nada que decir kinder?

Vanamente intentó Shinji elaborar una respuesta para complacer a su acompañante, pero tan solo conseguía soltar palabras inconexas y frases que no lograban tener ninguna coherencia o sentido.

-Solo estás hablando una tonelada de sandeces mientras intentas disculparte inútilmente. ¡Realmente eres patético…!

-¡¿Sabes que Asuka?!, ¡Estas insoportable hoy día!. Y si sigues así retrasaremos las pruebas-. Le grito Shinji interrumpiendo la diatriba de la segunda elegida.

-¡Ja! ¡¿Y a ti desde cuando te importa tanto la puntualidad de las pruebas?!-. Ante el silencio de su interpelado, Asuka prosiguió declamando. -¡Ya deja de evadirme y respóndeme de una buena vez!... ¡¿Estabas o no pensando en esa muñeca?!

-¡No! ¡No estaba pensando en ella!... ¡¿Ya estas conforme ahora?!-. Le respondió un enojado Shinji, mientras se retiraba de allí raudamente en dirección hacia los vestidores, sin esperar a escuchar lo que su acompañante pudiera decirle. Él esperaba con esta resolución de carácter Asuka le dejara tranquilo, al menos por un momento. Pero por sobre todas las cosas, Shinji esperaba que ella en verdad se hubiera creído lo que él le había dicho.

Porque la chica germánica tenía razón. Cuando se detuvo para levantar su mirada él había estado pensando en "esa muñeca" porque tenía la impresión de haberla visto allá en lo alto observándole atentamente. O quizás, en el fondo de su ser, él albergaba la secreta esperanza de que ella estuviera allí, aunque quizás ella no estuviera allí y tan solo estuviera proyectando una ilusión que muy secretamente albergaba en el fondo de su ser. Pero por otro lado él sentía miedo, miedo de afrontarla, miedo de que ella pudiera ver en su cara únicamente la expresión de todo un miserable.

Pero sea lo que fuere, tenía que afrontarla a ella y a todo lo que pudiera venir. Aunque no sabía porque le temía tanto a la posible reacción de dicha chica. Después de todo, ella parecía que nunca tenía reacciones ante lo que pasaba. Y precisamente era esa falta de certidumbre lo que le estaba incomodando.

Después de andar divagando por varios minutos y al mirar el reloj digital en su plug suit se percató que ya era hora de ir a las pruebas. El tiempo no detiene su marcha y, por mas que lo intentara retrasar, sus problemas iban a seguir allí esperándole afuera de los camerinos. Así fue como sin ganas Shinji se levantó y se dirigió con paso cansino hacia las pruebas, resignado a esperar lo que viniera.

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Contra lo que pudiera esperarse las pruebas de sincronización fueron tranquilas, tal vez, demasiado tranquilas para el gusto de aquel chico. En efecto, esta falsa tranquilidad era originada producto del silencio tenso y rígido que fácilmente podía partirse con un cuchillo y que envolvía al también conocido como tercer elegido. Desde que salieron de los vestidores Asuka no le hablo más. De la otra piloto él solo pudo verla a lo lejos de reojo, sin tiempo para escrutarla bien. Y durante las pruebas las únicas palabras que escucho fueron las instrucciones de la doctora, secundadas de alguna instrucción ocasional de Misato. Lo único que podía hacer era intentar concentrarse en su prueba mientras ocasionalmente y de reojo miraba por medio de los proyectores el rostro serio, concentrado y aun furibundo de la segunda elegida y el rostro aparentemente frío e impertérrito de la primera elegida. Pero por mas que lo intentara, sus cavilaciones estaban interfiriendo con el normal desarrollo de la prueba, y no pasaría mucho tiempo antes de que esto fuera advertido en el puente de mando.

-¿Te sientes bien Shinji?-. Pregunto la doctora al ver el magro desempeño del tercer elegido. Este sin embargo no contesto, hallándose todavía demasiado ensimismado en sus pensamientos como para poner atención a lo que pasaba fuera de sí.

-Shinji, ¿Me escuchas?-. Volvió a preguntar la doctora. Nuevamente no obtiene respuesta.

-¿Está funcionando el canal de la unidad primera?- Cuestionaría la blonda facultativa a los operarios.

-Afirmativo-. Le respondió uno de los operarios.

-Maya. Comunícame con el canal abierto.

-Entendido.

Un par de segundos después y luego de una señal de la operadora, Ritsuko se volvió a dirigir ahora a todos los pilotos.

-¿Pueden oírme?.

Rápidamente obtuvo respuesta afirmativa de las dos pilotos, pero el tercero aun no respondía.

-Shinji. ¿Puedes oírme? Si es así respóndeme-. Era la orden de la doctora, orden a la cual el tercer elegido respondió solo levantando la cabeza y enseñando un mirar distraído y lejano.

-Vamos kinder, ya deja de andar jugando y respóndele a la doctora-. Comento desde su cabina Asuka, no sin molestia ni poca ironía.

-Asuka, este no es el momento para sarcasmos-. Le interrumpió la Mayor Katsuragi.

-Si, si, claro-. Respondía esta antes de soltar un bufido de fastidio y cortar la línea de comunicación. "¿Por qué siempre lo consienten tanto? De seguro no harían tanta alharaca si fuere yo la que anduviera distraída en las pruebas", terminó de pensar para sí misma.

Por su parte la primera elegida solo se limitó a observar aquella situación en silencio mientras su rostro sereno e inexpresivo disimulaba la perplejidad que le provocaba la situación de su compañero al verle triste y desconsolado, perplejidad que solo era equiparable al hecho de ver a esa otra molestándole aun en estas instancias.

"¿Por qué Shinji parecía andar decaído?". Quizás el podía encontrarse enfermo, aunque viéndolo bien su problema parecía no ser de corte corporal, al menos esa era la impresión que tenía Rei. Parecía mas bien que él estaba triste. Esto no podía entenderlo, tan solo ayer parecía estar feliz y ahora ya no lo estaba. ¿Será quizás porque Asuka siempre molesta a Shinji, a pesar de que él nunca parecía molestarla? Eso era algo que la chica peliazul no lograba entender. Por lo que había visto ayer ella debía de tenerle gran cariño a Shinji para haberle permitido besarla de forma gratuita. Pero ahora solo veía ingratitud de parte de quien era conocida también como la segunda elegida.

-Shinji, debes concentrarte en la prueba, tu sincronización ha bajado demasiado, no pienses en cosas y solo quédate tranquilo-. Fue la instrucción que en esos instantes le daba Ritsuko por los parlantes y que atrajo la atención de todos los pilotos.

-Doctora. Quizás sea mejor dar por terminadas las pruebas, al menos para Shinji. No lo veo en condiciones de proseguir-. Le comento Misato.

-Mayor, usted no puede interferir en esta prueba. La parte científica está bajo mi cargo y es mi responsabilidad…

-Y es mi responsabilidad velar por el cuidado de los pilotos. Además, no creo que le sirva de mucho para sus experimentos tener a un piloto que no se encuentra en condiciones de seguir con esta prueba.

La doctora, quien aún tenía demasiados deberes por hacer y carecía de ánimos para hacerse de mas problemas decidió finalmente darle la razón a su colega y suspender la prueba para Shinji. Lo que al ser comunicado no cayó nada de bien en una de las pilotos, quien armo toda clase de berrinches ante el trato preferente que supuestamente estaba recibiendo el tercer elegido.

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-¿Qué es lo que te ocurre Shinji?-. Le preguntó algún tiempo después una preocupada Misato en medio de uno de los camerinos del cuartel.

-Nada… no me pasa nada.

-Shinji, sé que no estás bien. Estas muy deprimido, como si hubiera algo que te perturbara.

-No, no es eso. Es solo que estoy algo cansado…

-Shinji, sé que no estás cansado… Hay algo que te está preocupando-. Agregaría la joven mujer luego de un rato de estarle mirando mientras esperaba una respuesta del tercer piloto.

-No, no hay nada que me preocupe.

-¿Estás seguro?-. Pregunto una Misato no muy convencida con dicha respuesta.

-En serio-. Respondió él sonriendo ligeramente mientras levantaba la mirada. Por su parte, Misato tenía la impresión de que Shinji no era sincero con ella, o al menos no estaba siendo del todo sincero con ella; pero aun así prefirió darle por ahora crédito a su pupilo ya que Shinji parecía no tener habilidad para mentir sin ser fácilmente descubierto; quizás, sería mejor dejarlo todo así, al menos por el momento. Después de todo, Shinji estaba en plena adolescencia y es normal sentirse algo desorientado en esta etapa de la vida, sobretodo si tienes que definirte ante el mundo cargando con todo un pasado doloroso por detrás y debiendo madurar abruptamente en circunstancias fuera de lo común para el resto de los jóvenes de su edad, y debiendo hacer esto mientras se es responsable de pilotear una compleja y poderosa maquinaria que bien tenia ganado el nombre de "Arma definitiva". Además, Misato tenía que regresar prontamente al puente de mando ya que todavía debía de terminar de supervisar la prueba con las pilotos restantes.

Pero una vez que se marchó su tutora, Shinji se reclino hacia atrás y apoyo su cabeza en la pared mientras suspiraba de resignación y se sumergía en sus pensamientos.

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Después de mas de hora y media la prueba de sincronización se dio por concluida. Como solía suceder en estos trances apenas terminaron las pruebas Asuka salió de la cápsula de simulación y se dirigió hacia las duchas con raudo paso, ya que este tampoco había sido un día muy satisfactorio para ella. Como era una constante, nuevamente había sacado el mas alto índice en las pruebas de sincronización, pero en esta ocasión no estaba Shinji para encarárselo y, en opinión de ella, superar a Rei no tenía ningún mérito y el enorgullecerse frente a ella no tenia ningún sentido. Y eso era una de las cosas que detestaba de ella, nada parecía afectarla o perturbarla, mas aún, parecía que era absolutamente incapaz de hacer algo sin que mediara una orden para ello.

Era irónico, si no le hacía nada y, en opinión de ella, no hacía nada, lo que le sucediera o dejara de sucederle a Rei debería resultarle indiferente; pero en lugar de eso lo que hiciera o dejara de hacer "esa muñeca" le molestaba. De hecho, Asuka no podía soportarla, de una extraña forma sentía que era una amenaza, una competencia para ella…

La chica pelirroja se sacudió de sus pensamientos y decidió dejar de pensar en tamañas tonterías. Rei Ayanami, con su eterna actitud de niña modelo que nunca hacía nada malo por la sencilla razón de que nunca hacía nada, no podía compararse remotamente con ella. No solo era mejor piloto y sincronizaba mejor con su poderosa unidad Evangelion, lo que redundaba en un mejor desempeño. Ella además siempre se proponía ser la mejor y todo lo que quería siempre lo obtenía. Por último, ella se sabía hermosa y que todos los chicos de una u otra forma fantaseaban con ella; le encantaba saberse atractiva y que muchos la encontraran irresistible, y le encantaba aprovecharse de esa situación, pero en el fondo se reía secretamente de todos ellos. Encontraba tan estúpidos a los chicos de su edad, ya que aún eran unos mocosos que solo aparentaban ser hombres. Pero ninguno de ellos por mas que lo intentara podían ofrecerle algo remotamente digno de ella.

Sintiéndose mejor consigo misma se despojó de su plug suit e ingreso a las duchas a fin de asearse y relajarse un poco para volver a practicar su rutina favorita. Fastidiar al tercer elegido y jugar un poco con él.

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Usualmente solían convocarla para practicarle variadas e ignotas pruebas, así como varios controles extras que no se les aplicaban a los otros pilotos, pero esta vez no se requirió la presencia de Ayanami para tales fines. Si bien esta alteración en su rutina la sorprendió un poco, ello no le desagrado. De hecho, esto le permitiría tener un poco mas de tiempo para realizar una idea que había estado madurado durante el transcurso de las pruebas. Aprovecharía estos momentos para buscar al tercer elegido e intentaría hablar con él. Ella quería hablarle y poder así expresarle esas emociones desconocidas que últimamente no la habían dejado tranquila.

Pero… ¿Cómo iba ella a abordarle? ¿Y de que podría hablarle?... Rei sabía que no podía decirle de inmediato lo que ella sentía, porque ni siquiera sabía bien como podía expresárselo. Por lo que había visto, usualmente antes de llegar a ese punto las personas partían hablando de alguna cosa distinta, mas relacionada con lo que de verdad querían hablar, y que les servía para llegar luego de un tiempo al punto que realmente les interesaba. Pero ella no sabía de qué cosa podía hablarle. ¿De las unidades Evangelion? Ese era un tema que dominaba bien, pero le había escuchado decir a Shinji que detestaba pilotear y probablemente hablarle de los Evas no sería un buen tópico de conversación. ¿Le hablaría acerca de la escuela? Podría ser, pero en el fondo ella presentía que ese no sería un buen tema, además del hecho de que a ella no le gustaba mucho la escuela, aunque nunca lo había manifestado antes…

La incertidumbre molestaba a Rei, manteniéndola confundida sin saber que hacer o cómo actuar. Se sentía extrañamente nerviosa, no podía entenderlo. De hecho ahora estaba pensando que la idea de ir a esperarlo en los vestíbulos de las afueras ya no sería una buena idea. Quizás esto no estaba bien y era mejor desistir de esta idea mientras aun pudiera hacerlo.

Siguiendo el impulso de escapar, Rei dio media vuelta y salió de aquel amplio vestíbulo para retornar por los mismos laberínticos pasillos de donde había venido con un paso algo mas acelerado de lo normal. Pero ahora que estaba escapando estaba sintiendo que lo estaba haciendo mal, que debía ir a esperarle y no debía de retirarse. No podía entender estas confusiones y ello se sentía y la hacia sentirse profundamente incómoda.

De imprevisto, y en medio de toda esta cavilosidad, escucho tras de ella como se abría una puerta de los ascensores. La curiosidad no solía ser una cualidad en la primera elegida, pero nuevamente se sintió observada y sintió la necesidad de voltear su mirada. Y al hacerlo, vislumbro a aquel personaje en quien ella había estado pensando, como si él hubiera acudido al llamado de sus pensamientos, solo que esta idea no tenía ningún sentido lógico, al menos para ella.

Por su parte Shinji no podía creer lo que estaba viendo en frente de sí. Durante todo este tiempo muerto había salido de las instalaciones del cuartel y dado una vuelta por los vastos jardines y parques que habían en el geofrente a fin de esperar a que terminaran las pruebas para luego marcharse con su tutora y Asuka, aprovechando este tiempo para distenderse mientras él intentaba aclarar su mente. Ahora debía aguardar a que las dos mujeres a quienes esperaba estuvieran listas. Pero nunca había esperado encontrarse de frente con aquella chica peliazul, sentía que todavía no estaba listo para verla, no sin sentirse mal por lo que le había hecho, y por esas razones él bajo la mirada agobiado por el peso de la culpa que sentía.

-Shinji-. Le llamo ella con voz levemente tímida disfrazada bajo ese tono monocorde típico de ella. Él por su parte no supo responder, mientras la veía a ella como se volteaba y se acercaba hacia él mientras las puertas del ascensor comenzaban a cerrarse.

En un acto impensado y repentino para ella, corrió hacia esas puertas, extendiendo uno de sus brazos a fin de impedir que el ascensor se cerrara. No alcanzo a llegar, pero la sorpresa de verla de esta manera hizo que el chico buscara y oprimiera el botón de apertura de puertas para que ella pudiera ingresar. Al abrirse las gruesas puertas ella entro y el retrocedió un poco hacia las paredes de fondo.

Una vez que ambos estuvieron adentro del inmóvil ascensor y que las puertas se cerraron, el silencio comenzó a incomodar a ambos, y pese a ello, ninguno atinaba a dirigirse la palabra. Así fue como transcurrieron largos segundos que se hicieron eternos.

-¿Te sientes bien?-. Fue la pregunta con la cual ella, sorpresivamente, rompió aquel denso y eterno manto de silencio.

-¿Ah?

-No pareces estar bien. ¿Qué ocurre?

-No, no pasa nada. Estoy bien… ¡¿Por qué todo el mundo cree que me esta pasando algo malo?!-. Pregunto algo molesto el tercer elegido.

-Ya veo-. Respondió ella con un tono que esta vez sonó claramente a tristeza, antes de callar y de reinstaurar el silencio.

"¡Diablos! Esto no está funcionando". Pensaba Shinji para sí ante este nuevo silencio, sentía que estaba comportándose como todo un canalla y un miserable. Se supone que esta era la oportunidad perfecta para procurar mejorar las cosas con Rei, no entrar a profundizar la mala impresión que de seguro tendría de él.

-Creí que estarías feliz.

-¿Qué… que dices?-. Pregunto el chico con notoria sorpresa.

-Pensé que estarías feliz, ayer… ayer parecía que lo estabas. Pero hoy pareces estar triste… ¿Por qué?- Volvió a preguntar ella en un tono de voz sentido y algo deprimido que parecía intentar disfrazar bajo ese conocido y característico tono neutro y monocorde.

Él por su parte logró intuir rápidamente hacia donde apuntaba el comentario de Ayanami. Pero no quiso decirle las razones de su comportamiento y en su lugar le invento otra respuesta que, obviamente, no era la verdadera.

-Eh yo… digamos que no tuve un buen día y…

-¿Lo dices por las pruebas de sincronización?, ¿Creía que ello no te importaba demasiado?

-En realidad no es que me importe mucho, pero…

-¿Pero no son las pruebas, verdad?-. Pregunto ella al ver como su compañero se halló de pronto en incapacidad de proporcionarle una respuesta. Él no le respondió, pero con solo mirarle, ella fue capaz de adivinar la respuesta. Y supo que esa respuesta tenia nombre y forma de mujer.

-Shinji… ¿Eres feliz?

La pregunta lo pillo de sorpresa, nunca nadie le había preguntado eso. En realidad, ni siquiera se lo había preguntado a sí mismo y nadie parecía estar interesado en que él fuera feliz. Debido a esto no tenía ahora una respuesta. Descubriéndose de improviso que últimamente había estado pensando y viviendo demasiado según como le veían o decían los demás, relegándose frecuente e inconscientemente a un segundo plano, al punto de no tener respuestas para sus propias inquietudes.

-Yo… yo no lo sé. No lo sé-. Fue la débil respuesta del joven Ikari mientras miraba al piso del elevador al reconocerse todavía mas confundido de lo que ya estaba. "¿Por qué ella le estaba confundiendo tanto?".

-¿Y tú eres feliz?-. Pregunto él con la desesperada intención de poner en jaque a su interrogadora y aprovechar de salir rápidamente del paso al no tener nada mejor que decir. Ella por su parte no dijo nada, pero su rostro denoto sorpresa ante esta pregunta ya que no esperaba que él le preguntara algo como eso; en realidad, nunca nadie le había preguntado si era o no feliz.

-Creo que tampoco lo se…-. Respondió ella de forma dubitativa y algo tímida, según el parecer de Shinji, quien le miraba algo sorprendido por esta confesión.

-Pero quiero serlo… Y me gustaría que tú también lo fueras. Porque si tú lo eres entonces yo…

Súbitamente las palabras de Rei se detuvieron, sus facciones se quedaron congelada al dimensionar de improviso las palabras que ella pretendía decirle y que revelarían sus sentimientos, pero el temor y la duda pudieron mas, y así fue como callo.

-¿Qué… que era lo que tu querías decirme?- Preguntó ese chico buscando quebrantar un repentino silencio que no cejó.

-Dime Rei… no te quedes callada-. Volvió esta vez a implorarle el joven Ikari con cierta sorpresa y desesperación ante las inesperadas palabras de la joven de los ojos escarlatas que permanecían interrumpidas a causa de un silencio que no quería quebrarse. Pero ella, aun temerosa de la posible reacción adversa de él, seguiría sin responderle.

-Lo siento… lo siento mucho-. Fueron las últimas palabras que él escucho de la primera elegida antes de que ella oprimiera raudamente el botón de apertura de puertas para luego ver inmóvil como ella escapaba y se perdía raudamente por lo profundo del pasillo antes de que las puertas volvieran a cerrarse.

Shinji tuvo la sensación de que debía ir tras ella, pero no lo hizo. Su temor y cobardía fueron mas fuertes y dejo partir a Rei mientras él caía sentado en el piso recogido y odiándose a si mismo por ser tan cobarde y pusilánime. Pero por sobre todas las cosas, se odiaba a si mismo por ser tan hipócrita con sus sentimientos, negando lo que sentía y en su lugar abrazando una ilusión que ni siquiera sabía si era real o solo tan solo una fantasía que nunca se concretaría.

Y así fue como transcurrieron largos minutos hasta que las puertas de ese ascensor inmóvil se abrieron para revelar la forma de otra chica, quien extrañada lo miro unos momentos antes de preguntarle de forma algo fastidiada y extrañada.

-Baka Shinji. ¿Pero qué demonios estás haciendo aquí escondido?, ¿Acaso no sabes cuánto rato te hemos estado buscando?

-¡¿Ah?!-. Pregunto él algo confundido.

Asuka dio un suspiro de resignación mientras apoyaba sus brazos en jarras y miraba al techo del elevador. –Definitivamente hoy estas todavía mas lerdo que de costumbre. No tienes remedio-. Y dicho esto, ella ingreso al elevador hasta ganarse al lado de él, mientras le tendía su mano para ayudarlo a ponerse de pie.

El miro algo extrañado este hecho, usualmente ella no le daba la mano, menos si era para ayudar. Algo dubitativo para sus adentros, pero sin demostrarlo abiertamente, él acepto su mano. Y ella le ayudo a levantarse tirando con fuerza, lo que hizo que él se abalanzara un poco sobre ella, ante lo cual ella reacciono apartando al tercer elegido.

-¡Hey! No seas un pervertido-. Le dijo Asuka en un tono que parecía molesto, pero que en realidad parecía lucir más bien como si ella estuviera haciéndose la molesta.

-Yo lo siento…-. Dijo Shinji algo apesadumbrado. Pero ella en vez de regañarle, le dijo en tono sonriente, mientras oprimía el botón de apertura de puertas. -Salgamos de aquí-.

Acto seguido, ambos salieron del ascensor y apenas ello ocurrió, ella volvió a hablar, mientras ambos comenzaban a caminar por los laberínticos pasillos del cuartel.

-Muy bien Shinji. Ahora me vas a ayudar a buscar a Misato.

-¿Buscar a Misato?... Pero… ¿Por qué?, ¿Qué fue lo que paso?...

-Tu sabes bien cómo es ella, siempre se pierde en estas instalaciones-. Le respondió ella mientras parecía estar levemente sonriente. Y ante esta visión que no podía dejar de ser hermosa el correspondió sonriéndole, aunque en el fondo de su ser las dudas todavía no se habían disipado por completo. Pero de seguro ya habría lugar y momento para resolverlas. Por ahora disfrutaría y atesoraría ese momento mientras ambos buscaban a una extraviada Misato, quien otra vez parecía encontrarse perdida mientras debía deambular vagamente por los vastos y casi infinitos corredores del cuartel central.

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Continuará…

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