"¿Por qué aún estoy con ella, a pesar de todo lo que me hace?".
Esta era una pregunta que desde hacía ya un tiempo a esta parte deambulaba cada vez con mayor frecuencia en la mente del joven Ikari y que, en esos momentos, asolaba sus nocturnos pensamientos que tenía al estar aún despierto y recostado en su oscura habitación; ello mientras el resto de los moradores de aquel departamento ya dormían. Una interrogante que se formulaba cada vez que centraba su mirada o sus pensamientos en quien era tanto su compañera de labores y estudios como de habitación. Una chica extraña que podría fácilmente ser su peor enemigo para pasar tan solo segundos después a transformarse en alguien adorable, o bien podía darse la situación inversa con la misma facilidad pasmosa. Definitivamente Asuka Langley Sorhyu resultaba ser alguien demasiado impredecible y, por mas extraña e increíble que pudiera parecerle aquella idea, paradojalmente buena parte de su encanto parecía encontrarse precisamente en esa falta de certidumbre respecto de su forma de ser, una que resultaba capaz de asustarle y de atraerle al mismo tiempo.
"¿Por qué él insistía en estar con ella?".
Ella siempre buscaba alejarlo, o quizás, esa era su forma de alejarse de él, no lo sabía. A veces pensaba que quizás con estos gestos ella también huía de la cruel realidad, que era muy probable que Asuka también hubiera experimentado una vida difícil. Aunque no lo sabía con certeza, ella nunca le había permitido ir más allá. Quizás debía el partir abriéndole las puertas de su corazón para que ella pudiera tener la confianza necesaria para abrirle el suyo. Pero ella siempre parecía ser tan difícil e inaccesible; lo que se demostraba en que después de más de seis meses de vivir junto a la segunda elegida todavía no sabía el cómo abordarla, como debía acercarse a ella.
"¿Qué era lo que él esperaba de ella?".
Al principio solo esperaba que se pudieran llevar bien tanto profesionalmente como personalmente. Después, que pudieran haber sido buenos compañeros y amigos. Pero parecía que ella no estaba dispuesta a ser algo más que compañeros, y él ya no se estaba conformando con la idea de resignarse a ser tan solo compañeros.
Pero a veces esa chica que espantaba al resto para así poder encerrarse en si misma, parecía capaz de sorprender e incluso, de abrir su corazón. El mismo que normalmente solía esconder y reservar. Y pudo darse cuenta de ello en aquel día, el día en que comenzaron todos sus problemas.
Flash-Back:
Todo había comenzado hacía un par de sábados atrás. Aquel día había sido demasiado ajetreado para todos los moradores de aquel departamento. Misato había salido muy temprano para unas reuniones estratégicas de defensa y coordinación, y no regresaría hasta bien tarde en la noche. Poco después fue el turno de Shinji de partir. Él también tenía que marchar hacia un encuentro muy especial. Ya que ese día se conmemoraba un aniversario más de la muerte de su madre, por lo que había ido al cementerio a visitar la tumba donde reposaban sus restos. Además, ese encuentro sería especial, Shinji se encontraría con su padre. Un encuentro entre padre e hijo, el primero después de largos tres años.
No resultó un encuentro ameno como pudiera haber esperado el joven Shinji, pero tampoco resultó hosco ni árido, como pudo haber temido. Muchas veces sentía que odiaba a su padre con toda la fuerza de su ser, y razones no le faltaban para ello. Diablos, no tenía recuerdos de algo siquiera remotamente parecido a una familia feliz. Apenas poseía difusos y lejanos recuerdos de su madre, y su padre había desaparecido completamente de su vida tras la muerte de mama. Y así fue por largos años, viviendo a cargo de unos tíos quienes pasaron a ser sus tutores. Hasta que un día arribó a sus manos una carta de su padre diciendo que quiere verlo. Al principio guardó alguna esperanza de que pudiera haber alguna reconciliación con su padre, aunque tenía el presentimiento de que no lo habían llamado con ese fin.
Pero al llegar prontamente a esa ciudad fortaleza, toda esperanza se desvaneció al enterarse de la amarga realidad. Gendo Ikari, su padre, era ahora el Supremo Comandante en Jefe de NERV y no le quería para intentar recomponer una relación familiar, sino que le había llamado para que Shinji piloteara una de las unidades Evangelion. Aun podía recordar esas palabras que respondieron sus clamores de porque lo había buscado para mandarlo a una muerte segura:
"Porque nos eres útil".
Ya desde antes de recibir esa carta que daría inicio a su larga aventura Shinji sentía que guardaba algún sentimiento de resentimiento contra su padre, no lo tenía muy en claro; pero algo era seguro, desde ese momento lo odio. Pero en ese día, y por primera vez desde que tenía uso de memoria, parecía que había visto frente a si no al Supremo Comandante en Jefe de NERV, sino que al hombre que llevaba su misma sangre; al hombre que, le gustara o no, era su padre. Y le pareció que por primera vez ambos pudieron ser sinceros, lo que brindo cierta satisfacción al joven Ikari, a pesar de que ambos hablaron muy poco entre sí.
No estuvieron juntos durante mucho tiempo, pocos minutos después vinieron a buscar al Comandante. En una explanada vacía del camposanto una unidad VTOL se posó y desplegó una escalinata por la cual el Comandante abordo dicha unidad. Esto no sorprendió a Shinji, no le sorprendía el mezquino tiempo que le había dedicado su padre en aquella ocasión donde después de muchos años pudieron volver a unirse como familia. Pero aunque no le gustaba esta situación sentía que podía entenderla. De hecho, cuando Shinji le dijo que le agrado haber intercambiado palabras y que gustaría volver a hablar con él, estaba siendo sincero. Y aunque no lo sabía con certeza, parecía que también había sinceridad en las palabras de su padre cuando este pareció manifestar reciprocidad por esta buena intensión. Quizás, hasta podría haber sido ese un buen momento para intentar recomponer las relaciones con quien, mas que mal, le dio la vida.
Pero una desagradable sorpresa arruinó todas aquellas buenas intenciones al avistar en una de las ventanillas de dicha unidad aerotransportada a Rei Ayanami, la primera elegida.
"¿Por qué ella siempre estaba allí junto a papa? ¿Qué clase de relación tiene ella con papa?". No era la primera vez que Shinji se hacía esas preguntas, aunque había dejado de formularlas hace tiempo. Pero al verla allí estas dudas renacieron incrementadas, sobretodo porque él tuvo la impresión de que esa chica le miraba a través de aquella ventanilla. Pero el fingió no verla y volteo su mirada a fin de retirarse lentamente, ello mientras sentía tras de sí el ruido y la ventolera que levantaban los reactores de dicho aparato producto del despegue. Resistió la tentación de mirar atrás, de alzar su voz y gritar de rabia contra su padre por haber tenido el descaro de engañarle y de mentirle otra vez. Era un canalla, un bastardo mentiroso, tenía ganas de gritárselo, tenía ganas de mandarlo al infierno. Al él, y a esa.
Si, a esa también, porque ocupaba inmerecidamente el que era "Su" lugar, por el hecho de a su padre le importaba más la suerte de ella que su propia suerte. Diablos, si hasta se quemó las manos para salvarla de un accidente. Él nunca haría eso para rescatarlo de un accidente. Esa extraña lo era todo para su padre; y él, su propio hijo, no era nada. Tan solo era un simple piloto, una herramienta utilizable y desechable.
Estas revelaciones le hicieron tambalear y le dieron ganas de llorar, pero no le daría ese gusto. Ignorando a la unidad aerotransportada que se alejaba a sus espaldas, el levanto la cabeza y se retiró. Enterraría todo posible sentimiento respecto de esas dos personas, y aprendería a convertirlos en extraños que se ven pero que no se conocen. Así como esos dos debían seguramente de verle.
Luego, las memorias del chico también conocido como el tercer elegido avanzaron a lo que sucedió varias horas mas tarde. Donde tras deambular durante largo rato sin un rumbo claro con el único objetivo de buscar distraerse como fuera de tanta experiencia desagradable, y tras fracasar en ese intento, Shinji regreso a su hogar después de la hora del almuerzo.
Al ingresar, fue sorprendido cuando vio a Asuka todavía en el departamento, vestida con un peto blanco sin mangas y unos shorts de blue jeans, recostada sobre unos cojines en el suelo mientras miraba los más recientes videos musicales que se exhibían en cierto canal temático de suscripción. Creía que otra vez tendría ella alguna cita con algún chico que aspiraba a ser su pretendiente, como venía siendo la tónica desde hacía ya varios fines de semana. No entendía porque hacía eso, siempre terminaba hablando pestes de todas sus citas. Pero aun así, y en consideración a la hora, esperaba que ella o debería haberse marchado, o debería estar ya por hacerlo, pero no esperaba verla todavía allí.
Al sentirse observada, la chica volteo su mirada y observo al tercer elegido y le pregunto. -¿Qué haces aquí? No te sentí al llegar-.
-Lo siento-. Respondió Shinji con su típica frase, lo cual no fue del agrado de la chica pelirroja y se lo hizo saber.
-¡¿Por qué demonios siempre te disculpas por todo?!. No sabes que tan molesto puedes llegar a ser con esa frase…
-Yo… yo no quería molestarte. Lo siento.
-¡Mein got! ¡Deja ya de disculparte por las cosas que no son culpa tuya!-. Le respondió molesta Asuka.
Shinji estaba a punto de volver a disculparse cuando reparo en esa última frase de su compañera y cambio la frase por otra.
-Está bien.
Asuka escruto seriamente a su compañero por varios segundos antes de que le mirara de forma extrañamente sonriente, como si ella estuviera aprobando su nuevo comportamiento.
-¿No dijiste "Lo siento"?.
-Lo siento-. Dijo el chico, retomando sin querer su conocido reflejo condicionado. Por su parte Asuka le miro con rostro disgustado y poniendo unas caras de furia, pero haciendo esta vez unos extraños rictus que en vez de intimidar al tercer niño hicieron que este se riera levemente.
-¡¿Y tú de que te estas riendo kinder?!-. Pregunto una Asuka entre sorprendida y enfadada ante el repentino e inexplicable ataque de risa de Shinji.
-De… de nada-. Respondió el interpelado mientras intentaba contener su ataque de risa.
-Te lo advierto… ¡No te burles de mí!-. Trato amenazante Asuka replicando sin querer el mismo rictus.
-Pero si no… no me estaba bu… burlando…
Shinji no pudo terminar la frase y en su lugar se puso a reír alegremente
-¡Baka Shinji!. ¡Ya deja de reírte de mi!-. Grito la chica pelirroja antes de ponerse de pie como si nada para salir persiguiendo al tercer elegido, el cual esquivo alegremente a la pelirroja mientras correteaban por todo aquel departamento igual como si volvieran otra vez a ser un par de infantes que todavía podían darse el gusto de juguetear alegremente de forma inocente y traviesa.
Estuvieron así durante un largo rato hasta que Asuka logro atrapar a Shinji y se abalanzo encima del chico con tal ímpetu que ambos cayeron al alfombrado suelo y rodaron un rato por el piso hasta que ambos se detuvieron mientras se miraban felices y sonrientes.
El largo y colorado cabello de la pelirroja se fue frente al tercer elegido, quien trataba dificultosamente de correrlo, ya que sus brazos estaban fuertemente sujetados por la pelirroja quien estaba encima de él.
-Admítelo kinder. Te vencí, te vencí…-. Decía la chica pelirroja con una extraña mezcla entre orgullo y felicidad.
-Bien, bien, bien… me venciste. ¿Estas feliz?-. Respondió Shinji aun algo cansado por el correteo y por la falta de aire producto que todavía se estaba riendo.
-Si, lo estoy.
Esta última frase de Asuka le sorprendió, no tanto por lo que le dijo, sino por la forma en que ella la dijo. Todavía seguía siendo una frase orgullosa, pero esta vez no era su típico orgullo despectivo sino de una satisfacción inocente. Era como si por un momento Asuka hubiera vuelto a ser una niña, y esa impresión desconcertó a Shinji de una forma grata.
Él sonrió ante esto, gesto que sorprendió de sobremanera a Asuka, ya que Shinji Ikari no solía sonreírle a la chica pelirroja, y no porque fuera él fuera arisco o desagradable con ella, pero por alguna razón el nunca solía sonreírle. A ella le dio gusto verle sonreír y así fue como ella inconscientemente le correspondió, sonriéndole también a ese chico mientras se miraba a si misma por medio del mirar de aquellos ojos muy parecidos a los suyos.
Ella se acercó hacia él, sorprendida por la extraña mezcla entre perturbación y expectativa que asomaban en esos ojos. El por su parte estaba deslumbrado por la fuerza de aquellos ojos que secretamente deseaban su nombre
Ambos sin querer fueron dejando de lado su inocencia de lado mientras cerraban sus ojos y se acercaban hasta llegar a perderse en una dulce y mutua ensoñación que adquirió la forma de un beso suave y tierno. Un simple roce de labios pero que, en esos momentos, resultaron capaces de decir muchas mas cosas acerca de ellos dos que lo que podrían haber señalado un millón de palabras.
A la chica le gusto ese beso. Tanto, que llego al extremo de querer ir más allá de aquella suave caricia para conocer mejor a ese chico. Pero algo en su mente le hizo reaccionar y romper el ósculo, separándose abruptamente de su compañero mientras le miraba sorprendida bajo esa mascarada de consternación. "¿Cómo fue posible que ese alfeñique fuera capaz de atreverse y arrebatarle a ella un beso?". Pero en verdad lo que mas le sorprendía a la chica germánica era intentar explicarse como había sido posible que ella se hubiera dejado arrebatar sin oponer resistencia alguna por ese chico.
Ella se puso de pie y miro aun consternada a su compañero por última vez, antes de correr a encerrarse en su habitación y cerrarla con llave. A Shinji en principio no le sorprendía este comportamiento de la segunda elegida, ella siempre solía hacer eso cuando estaba molesta o enojada con algo o alguien. Pero a pesar de todo, no podía dejar de sorprenderle el comportamiento de Asuka, mas encima si consideraba que él no había tenido la culpa. Y de hecho buscó justificarse a sí mismo mientras intentaba elaborar una excusa para disculparse con Asuka cuando saliera de su cuarto. Ello porque, mas que mal, en alguna ocasión ella tendría que salir.
"Ella me beso, no fue mi culpa, ni mi intensión. Yo no quería…".
Los pensamientos de Shinji no pudieron avanzar. Tal vez no lo admitía abiertamente, pero en el fondo tenía que reconocer que, a pesar de su carácter y sus mañas, encontraba muy atractiva a Asuka. No solamente eso, en realidad a él le gustaba mucho la chica pelirroja y en secreto había estado deseando por largo tiempo tener un momento como ese. Y ahora que lo había conseguido, se sentía confundido por lo imprevisto de la situación y triste porque tendría que resignarse a rememorar aquellos frágiles segundos donde ella dejo de ser la orgullosa y pedante chica que él y todo el mundo solía conocer para mostrarse como la chica que él deseaba muy en el fondo de su ser y que él presentía que existía bajo esa permanente mascarada de autosuficiencia.
Casi una hora después, y de manera casi imperceptible, la puerta de uno de los cuartos se abrió y una chica salió de su interior, dirigiendo sus pasos hacia otro cuarto, donde golpeo esa puerta entreabierta. El chico sintió aquellos golpes entremedio de la música que escuchaba por los audífonos de su reproductor portátil y algo desganado respondió al llamado.
–Adelante.
Cuando Shinji dirigió su mirada hacia la puerta intento darle crédito a lo que veían sus ojos. Bajo el marco se encontraba Asuka Langley Sorhyu con un precioso vestido que destacaba su figura y belleza mientras ella toda sonriente miraba al tercer elegido y se acercaba un poco a él, antes de decirle una frase de antología.
-Shinji Ikari. ¿Quieres tener una cita con la chica más linda de Tokio-3?
Atónito, el aludido tuvo que sacarse los audífonos para cerciorarse de que había escuchado bien y que sus oídos no le habían jugado ninguna broma, ello mientras él abría sus ojos y pegaba un par de pestañadas tratando de creer la escena que había ocurrido recién ante sus ojos.
"¡¿Acaso Asuka me estaba pidiendo tener una cita?! Dios, sí que me afecto mucho ese beso, ya estoy pensando demasiadas tonterías". Pensó para sí mismo el tercer elegido. Pero la voz de Asuka le hizo regresar a la realidad.
-¡Hey kinder!. No tengo todo el tiempo del mundo para que estés ahí pensándolo. Dime… ¿Quieres tener una cita conmigo, sí o no?
El tercer elegido despertó de su incredulidad y no pudo resistirse a los encantos y a la petición de esa chica, además pensó que esa ocasión seria propicia para conocer mejor a su compañera, por lo que acepto la cita.
La "cita" fue una situación extraña, en opinión de Shinji, primero porque era una experiencia completamente novedosa para el chico, pero también porque parecía que no se estaba ajustando a lo que él pudiera esperar. Salieron y dieron un paseo por el centro de la ciudad, luego recorrieron uno de los múltiples parques que había en los alrededores. Al terminar el recorrido ambos compraron un helado y se sentaron a comerlo sin prisa mientras veían a las gentes pasar.
"Esto no está funcionando". Pensaba con cierto nerviosismo Shinji. Y con toda razón, para ser una cita ninguno de los dos hablo en demasía. De hecho, simplemente habían estado deambulando juntos por la ciudad sin hablarse. Aunque en honor a la verdad, Shinji sentía que no tenía de qué podía hablarle.
No, no es que el chico no tuviera nada de que hablarle, simplemente no sabía de que podía hablarle a Asuka. "Por Dios, es tan complicado". Pensó el pobre chico mientras trataba de buscar las palabras adecuadas para decirle a esa chica lo que él había comenzado a sentir por ella desde un tiempo a esta parte. El problema es que desde el inicio del paseo él había estado buscando esas palabras, y todavía no conseguía encontrarlas. Y como si fuera poco, Asuka también había estado muy silente, cosa extraña ya que usualmente Asuka solía ser mucho mas efusiva que él y pensaba que en situaciones como estas ella también se mostraría efusiva, pero no, ella también había estado muy callada. Esto estaba desesperando a Shinji y sentía que él debía hacer algo, no podía permanecer así callado para siempre. Pero solo pudo limitarse a ver de reojo, cual idiota embelezado, a aquella chica pelirroja, terminar de comer su helado.
Al sentirse observada, Asuka miro a su acompañante quien intento voltear la mirada demasiado tarde, cuando ella ya había observado su rostro confundido.
-¿Pasa algo Kinder?-. Preguntó Asuka en un desconocido tono para el chico que reflejaba cierta preocupación en su voz.
-No, no pasa nada. Es solo que estaba pensando que…
De pronto Shinji silenció su voz, quería decirle lo que sentía, pero no podía evitar sentir temor, demasiado temor de que ella le rechazara o, peor aún, de que ella se burlara de él. Ya había escuchado comentarios de la propia chica descalificando a los galanes que pretendían tener algo con ella. Incluso recordó lo que ella le había comentado respecto del último chico con quien salió, al cual simplemente dejo abandonado mientras este hacia la fila para un juego en un parque de diversiones. Todavía no ocurría eso, pero de seguro a este paso no le sorprendería que ella terminara haciéndole algo como eso.
-¿Te sientes bien?-. Volvió a preguntar la chica pelirroja.
-Eh… si, si, estoy bien. Solo pensaba que…
-¿En qué?-. Pregunto ella en un tono interesado.
Quizás, ese pudo haber sido el momento propicio para haber hablado, pero la timidez y el miedo fueron más fuertes, lo que le hizo terminar preguntando lo primero que se le vino a la mente.
-¿Te gusto el helado?-. Pregunto Shinji mientras se regañaba para sus adentros a causa de su cobardía, mientras temía que Asuka poco menos se lo comiera vivo por haberle hecho esa pregunta tan estúpida. Para su sorpresa ella solo sonrió y volvió su mirada frente suyo mientras le decía que le había gustado el helado.
Por unos instantes esa respuesta le alivio, pero no fue por mucho, cuando Asuka volvió a hablarle en ese mismo tono de voz.
-No eres muy bueno para estas cosas-. Aunque parecía esta una pregunta, no lo era.
Resignado ante una inminente derrota, Shinji bajo la cabeza y le respondió con un inaudible y derrotero "Así es", mientras esperaba la respuesta o la burla de su compañera. Temor que pareció confirmarse cuando ella le habló.
-Eres muy tonto.
-Tal vez-. Respondió desesperanzado Shinji Ikari mientras lentamente sentía flaquear su ánimo al imaginarse la reacción de Asuka. La que llegó sin demora, aunque no de la forma en que el esperaba.
-Aun así, me gusto esta cita contigo.
-¿Lo dices en serio?-. Pregunto el chico ante tan extraño cumplido. Por su parte ella no respondió y le enseño un rostro alegre que transmitía una sensación de sinceridad.
-Me alegro que te haya gustado esta cita. Por un momento pensé que podrías estar aburriéndote o que quizás hubieras pensado…
-¿Qué podría haber pensado?
-Quizás… podrías haber pensado en dejarme abandonado y te hubieras escapado, como lo hiciste con tu última cita.
Ella le miro un tiempo y se rió antes de responderle. –Tienes suerte, no resultaste ser tan aburrido ni petulante como ese tipo. ¿Pero en qué diablos andaba pensando cuando acepte tener una cita con ese engreído...?
Shinji se puso a escuchar los cometarios de la chica, pero en realidad no prestaba gran atención a lo que ella decía. Fue en eso que él comenzó a darse cuenta de cosas que siempre estuvieron allí, pero que nunca había reparado en ellas. Como en la chica que tenía a su lado. Sabía bien que Asuka era linda, pero hasta entonces no se había dado cuenta de cuan preciosa era realmente esa chica, y de cuan afortunado se sentía al tenerla a su lado.
"Dios se ve bellísima", pensó Shinji. Sin embargo, pareciera que esa reflexión fue pronunciada más alto de lo esperado y que ella le había escuchado, ya que dejo de hablar y miro algo sorprendida al tercer elegido, como si le hubiera parecido que hubiera escuchado algo. O quizás, ella si escucho y quería estar segura de lo que oyó. Shinji no logro saberlo en ese entonces, solo supo que luego ella le miro sonriente por última vez antes de preguntarle si se marchaban de allí.
-¿Ah?-. Pregunto Shinji al ser traído de vuelta a la realidad.
-¿Qué si ya nos vamos?. Ya es tarde y Misato debe estar por llegar.
-Es una lástima.
-Si, es una lástima… si tuvieras un poco más de dinero, quizás podríamos seguir la cita…
-¿Más dinero?-. Preguntó sorprendido el aludido.
-Claro kinder. ¿Acaso no sabes que los chicos invitan en todo a las chicas?
-¡¿Invitar?! Pero si no tengo mucho dinero. De hecho, el poco dinero que tenía se fue en los helados…
-Baka Shinji…- Interrumpió Asuka sorprendida por esta confesión. -¡¿Cómo pretendes invitar a una chica si no tienes dinero…?!-.
-¿Invitarte? Pero tú saliste con la idea de la cita…
-Y tu aceptaste la idea, así es que debes asumir…
Así fue como ambos contemplaron la dorada puesta de sol tras las montañas de la ciudad fortaleza discutiendo sobre tonterías que luego ellos mismos terminaron descubriendo que no tenían ninguna importancia por lo que terminaron riéndose de ellas.
Final del Flash-back.
Después de esa jornada, Shinji empezó a recordar como ellos comenzaron a llevarse algo mejor. Al menos, ya no discutían ni peleaban tanto, y ya no había tantos sarcasmos ni ironías por parte de Asuka. Lo que hizo que el adquiriera un poco mas de confianza en sí mismo. Pese a ello, aquel chico sentía que todavía no se sentía listo para decirle lo que estaba sintiendo por ella, por lo que había visto y vivido en los días siguientes sentía que debía seguir esperando a conocer aún más a esa chica. Y parecía que esa estrategia estaba funcionando…
Nuevo Flash-back:
-Shinji… ¿Dame un beso?
El aludido, quien estaba mirando la televisión, volteo sorprendido al escuchar a su compañera formularle tan extraña petición. Después de lo ocurrido el fin de semana anterior descubrió que en el fondo de su ser Asuka era una chica dulce, a pesar de las apariencias que pudieran inducirle a pensar lo contrario. Sobre todo, cuando estaban en presencia de otras personas, donde ella volvía a ser la misma muchacha orgullosa de siempre. Pero cuando estaban solos ella parecía transformarse en otra chica. Podía sonreírle sin que mediara un sarcasmo o proferirle palabras amables, a veces de forma espontánea y sin mediar razón aparente aparecía tras de si y le abrazaba. Incluso a veces le besaba en la cara y se dejaba besar. Por lo que a Shinji no debería sorprenderle esta petición, pero lo hizo.
El joven Ikari apago el televisor y se acercó a la chica, pero esta le detuvo.
-Cierra tus ojos.
-¿Ah?
-Cierra los ojos… ¿Por favor?-. Le pidió ella con una voz inocente y juguetona, que lanzo a Shinji por las nubes e hizo que accediera a su petición.
Ella se acercó al chico hasta sentir sus labios junto a los suyos, ella también cerro sus ojos y mientras le abrazaba se dejaba llevar por esa ensoñación de disfrutar el suave roce de labios para luego tomar la iniciativa y buscar contactar su lengua con la de Shinji mientras ambas se trababan en un juego de exploraciones y de sensaciones mutuas que iba acrecentándose a medida que ambos chicos estrechaban el abrazo y comenzaban a acariciarse buscando sentirse mas cerca uno del otro, agarrándose el uno del otro mientras buscaban deshacerse de las prendas que les hacían sentir incómodos mientras las manos de ella se deslizaban bajo la camisa del chico y él recorría esa contorneada figura que estaba bajo la polera de la chica. Y perfectamente pudo haber sido muy posible que la pasión y excitación del momento les hubieran impulsado a ir todavía más allá; de no ser porque sintieron el ruido de llaves que se sintió al abrirse la puerta.
Ambos fueron sacados de sus ensoñaciones y rápidamente se arreglaron y trataron de hacer como si nada, mientras la puerta se abría y se veía a Misato ingresar a la sala.
-¡Hola chicos!-. Saludo la mujer en un tono muy efusivo, que denotaba que probablemente había pasado a tomarse algunas copas por ahí.
-Ho… hola Misato-. Saludo algo nervioso el chico.
-Vaya vaya, Shinji ¿Dime por qué estás tan nervioso?-. Pregunto Misato haciéndose la interesada.
-Yo… yo… por nada…
-¿Estás seguro?
-Si, si lo estoy
-Tranquila Misato, de seguro ellos no estaban haciendo anda malo. ¿Verdad chicos?-. Pregunto una voz masculina más adulta.
-¡Kaji!. ¡Qué bueno que viniste!-. Exclamo feliz Asuka mientras corría a abrazar al aludido.
-¡Hola!. También estoy muy feliz de verte Asuka. ¡Y como estas Shinji!-. Le pregunto a Shinji mientras intentaba ir a saludarle, cosa difícil ya que Asuka poco menos se arrimó a aquel personaje, por lo que tuvo que conformarse con saludarlo de lejos, mientras veía a esa chica centrarse en Kaji y olvidarse por completo de él. Eso podría haber deprimido a Shinji, pero curiosamente no fue así. Es mas, ello le animó a decidirse a dar el siguiente paso.
Y lo haría al día siguiente.
En la jornada siguiente el cielo se vislumbraba con nubes negras que amenazaban cubrirlo por completo, rememorando los lejanos días de otoño que existían anteriores al segundo impacto, ello mientras que abajo en la calle se podía ver a los dos corriendo a la escuela, no vaya a ser cosa que se pusiera a llover; además, ambos iban atrasados a la escuela.
Alcanzaron a llegar justo cuando el timbre sonaba para dar inicio a las clases. Aprovechando la demora del maestro en llegar Shinji pretendió ir a saludar a sus amigos, pero Asuka le corto la inspiración.
-¡Ya deja de perder el tiempo con esos chiflados y ven a sentarte!-. Le ordeno la chica.
-Ya voy-. Respondió resignado el chico.
Algunos que vieron la escena se rieron y otros cuchichearon por lo bajo.
-Ahí va un hombre subyugado…-. Comento Kensuke.
-…y dominado por el demonio-. Completo la idea Touji.
Shinji escucho el comentario y solo sonrió de buen humor. Por otro lado, bastó con que Asuka dirigiera una mirada asesina a ese dúo para que inmediatamente cesara todo cuchicheo entre ambos.
Solo segundos después de abrieron las puertas e ingreso el maestro, recibiendo el saludo de rigor, marcando así el inicio de las clases y de toda la rutina escolar.
Las clases ya habían concluido y una persistente llovizna se cernía sobre el exterior. Y bajo el marco de la puerta de la escuela una pareja estaba a un costado mientras trataban de buscar algo.
-¡Mierda!. Olvide mi paraguas-. Maldijo Asuka mientras vanamente lo buscaba en su bolso.
-Bueno, podemos compartir el mío, si quieres-. Le respondió Shinji.
-No es necesario, tan solo es una simple llovizna, no es para tanto.
-¿Estas segura?
-Claro kinder, sería como mucho que justo ahora se pusiera a llover.
Irónicamente, cuando ambos estaban saliendo de ese portal, las hasta entonces esporádicas gotas comenzaron a tornarse mas gruesas y tan solo fue cosa de instantes para que largara la lluvia. Ante esto a Shinji saco su paraguas y lo ofreció a su acompañante. Asuka no quería compartir el paraguas con el tercer elegido, pero ante la perspectiva de terminar toda empapada, no tuvo mas opción que saber aceptar este ofrecimiento mientras emprendían el camino de retorno a su hogar. Al principio lo hicieron en silencio, sin hablarse o dirigirse la palabra. Ello hasta que Shinji cobro valor y se atrevió a romper el incómodo silencio.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro Kinder.
-¿No tienes vergüenza para insinuarte a Kaji?
-¿De dónde sacas eso?
-Anoche estabas muy feliz con la presencia de Kaji. Quizás, estabas demasiado feliz con él. Y eso… no me gustó mucho.
-Mmm…-. Fue la susurrante respuesta que despertó las suspicacias de ese muchacho.
-¿Qué quieres decir con ese "Mmm.."?
-¿Acaso estas celoso?
-¿Ah?
-Baka Shinji… ¿No me digas que testabas celoso por mí?-. Inquirió ella mirándolo a la cara, lo que puso algo nervioso al aludido.
-Eh… no, no es eso, es que solo…
-¡Claro que lo estas!-. Dijo ella en un tono exclamativo que sin embargo no denostaba enfado. De hecho, hasta parecía estar feliz con la idea de que Shinji tuviera celos.
-¡Que no lo estoy!
-¡Já!. Se te nota en la cara y a leguas. Confiésalo. ¿Estabas celoso por mí?
-Pues… digamos que si… si estaba un poco celoso.
-¡Lo sabía!-. Dijo ella triunfante y con una sonrisa que logro transmitir a Shinji, quien también sonrió. Y no pudieron evitar reírse por un rato. Pero luego estando ambos ya más serenos, Asuka prosiguió.
-Míranos. Cualquiera pensaría que estamos comprometidos. Aquí estamos los dos, compartiendo el paraguas y riéndonos de un estúpido ataque de celos. Podríamos parecer patéticos…
-Pero no lo somos-. Sentencio abruptamente un inusualmente adusto Shinji.
-¿A qué te refieres?-. Pregunto ella intrigada por la repentina seriedad que adopto el tono de voz del también conocido como tercer elegido.
-A que hay algo que quisiera decirte desde hace algunos días, solo que no sé cómo decírtelo y quizás parezca una tontería o un completo sin sentido. Quizás realmente lo sean. Pero tengo que decírtelo…
La chica pelirroja se quedó atónita ante esas palabras bruscamente interrumpidas sin saber cómo reaccionar. Quizás, Shinji efectivamente si saldría con una estupidez, aunque en el fondo de su corazón tenía una leve esperanza de que tal vez el pudiera darle una grata sorpresa. Por otra parte, Shinji de improviso se halló sin saber cómo expresar lo que sentía, ello pese a que él ya conocía y tenía las palabras y podía pronunciarlas. Pero en esta ocasión, y no obstante haberlas ensayado mentalmente durante largo tiempo, esta vez sentía que no importaba con cuanta profusión o elocuencia pudiera contar para pronunciarlas, porque en esta ocasión las palabras ya no eran suficientes. Y al ver esos ojos azules llenos de ansia y expectación no pudo contener las ansias y dio rienda suelta a sus emociones, mientras abrazaba a Asuka y le prodigaba el beso mas dulce, puro y sincero que su alma podía darle. Un beso que supo ser capaz de llegar al corazón mismo de esa chica, remeciéndola por completo hasta el punto de dejarlo completamente al desnudo. Extraviada en ese beso Asuka se sentía feliz, feliz y dichosa como nunca antes lo había sido en toda su vida. Esos dos podrían haber estado así para siempre… sino hubiera sido porque algo rompió la dicha de ese momento.
Terminado el largo beso, él quería dirigirse a la dueña de aquellos ojos azules y decirle de una vez por todas cuanto la amaba y cuanto quería estar con ella. Pero un triste espectáculo rompió aquel momento ideal, provocándole a Shinji un frío dolor que inundó su corazón cuando, pletórico de dicha, tuvo la mala idea de osar ver la inmensidad del mundo, pero en su lugar tan solo consiguió visualizar mas allá de lo debido.
Del otro lado de la calle otra chica los había visto y, de entre todas las muchachas que podían haber estado presentes en ese momento, justo tuvo que ser precisamente ella. Una lejana fémina que nunca parecía demostrar sentimientos, pero que ahora parecía llorar silenciosamente a lo lejos adolorida por esa escena. Lagrimas que fueron capaces de ahogar súbitamente la felicidad de Shinji para transmutarla en un amargo dolor.
Final del flash-back.
-¿Por qué?-. Se preguntaba desdichadamente Shinji. -¿Por qué no me siento feliz?. ¿Por qué cuando pensaba en ese momento que debía ser de plena dicha a su mente tan solo provenía la imagen de esa chica de ojos rojos que derramaban lagrimas por él?-.
Fue entonces cuando Shinji se dio cuenta que todos sus esfuerzos habían sido inútiles. Por mas que lo intentaba, no podía odiar a esa silente chica. No solo eso, en realidad Shinji nunca pudo odiar a esa chica. De hecho, alguna vez llego a sentirse muy identificado con ella y ahora sentía que ya no podía continuar por la vida como si nada. Después de todo y pese a su extraña y peculiar forma de ser, Shinji sentía que Rei era lo más parecido que él tenía a una amiga. Quizás era cosa de buscar el momento preciso para hablar con ella y pedirle que volvieran a ser amigos como antes.
Pero no transcurrió demasiado tiempo para que ese muchacho riera tristemente mientras negaba con la cabeza. No podía pedirle a Rei que volvieran a ser amigos, si nunca antes lo habían sido, porque nunca había tenido el valor para pedírselo. Además, el ver a Rei llorar le hizo pensar que quizás ella no quería ser solamente una amiga. Tenía miedo de la reacción de esa chica, pero él también tenía mucho mas miedo de sí mismo, miedo de que pudiera renacer en él esa lejana e inútil utopía que alguna vez tuvo y cultivo secretamente con mucho esmero, antes de descartarla cuando logró finalmente convencerse a sí mismo de que aquello no podía ser nada mas que un lejano sueño, tan inútil como imposible.
La utopía de que él pudiera amarla.
La utopía de que esa chica lejana y distante pudiera algún día, quizás, llegar a amarle.
________________________________________
Continuará…
________________________________________