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Chapter 13 - Capítulo 12: Celos

Capítulo 12: Celos

Narra Brenda

Kevin es una persona muy simpática. Me hacía reír y es atractivo, pero aun así no puedo dejar de pensar en Alan.

- ¿Qué cosas te gustan? – Preguntó intrigado.

- Me gusta cantar, bailar, dibujar, estudiar, cocinar, tejer, coser, pero sobre todo me gusta leer y escribir – Dije sonriendo.

- Eres una chica interesante – Dijo fascinado.

- ¿En serio crees eso? - Pregunté intrigada.

- ¡Por supuesto! Quiero conocerte más – Dijo mirándome a los ojos.

- ¿Y a ti qué cosas te gustan? – Pregunté intrigada.

- Pues me gusta dibujar, tanto manual como con la computadora – Dijo sonriendo – Estoy pensando en ser diseñador gráfico.

- ¡Qué bien! Yo quiero ser escritora – Dije sonriendo.

- Que interesante… Y ¿Eres de aquí? – Preguntó intrigado.

- No, soy de Londres, Inglaterra. Vine aquí por un concurso literario de mi escuela – Dije sonriendo – ¿Y tú eres de México?

- Sí, soy de México. Eres una chica genio – Dijo con una risa pícara, provocando que me sonrojara.

Aunque disfrutaba de la conversación con Kevin, no podía evitar sentirme incómoda. Mis pensamientos seguían en Alan y lo que estaría haciendo en este momento. ¿Estaría pensando en mí como yo en él? No quería ser injusta con Kevin, pero no podía negar que los celos me estaban invadiendo.

Narra Alan

No podía soportarlo más, necesitaba saber qué tanto hablaban. ¿Por qué ella se reía tanto? ¿Por qué se sonrojaba? ¿Qué le estaría diciendo para que ella reaccionara así? Decidí acercarme con cautela para interrumpir la conversación, y cuando me acerqué, ella dijo:

- Profesor Freeman – Dijo sonriendo – Él es mi profesor de literatura – Dijo mirando a Kevin.

- El Kevin lo acabo de conocer – Dijo mirándome a mí.

- Mucho gusto, señor – Dijo extendiendo su mano.

No quería tomar su mano, más bien quería golpearlo y decirle que no se acerque a mi Brenda. Pero eso llamaría mucho la atención.

- Mucho gusto, Kevin – Dije tomando su mano, tratando de disimular mi desagrado.

Miré mi reloj.

- Tenemos que irnos, Brenda... Ya es tarde – Dije cortante.

En ese momento, se acercó su madre.

- Tu profesor tiene razón, hija. Tenemos que volver – Dijo mirando a Brenda.

- Mucho gusto, soy Delia, la madre de Brenda – Dijo mirando a Kevin, extendiendo su mano.

- Mucho gusto, señora – Dijo Kevin tomando su mano.

- Adiós, Kevin... Fue un placer conocerte – Dijo Brenda sonriendo.

- Adiós, Brenda... El placer fue mío – Dijo entregándole un papel en la mano – Quizás algún día puedas escribirme – Dijo sonriendo.

¿Por qué tanta sonrisa? ¿Por qué estaba tan feliz de recibir un papel? ¿Por qué estaba tan interesada en seguir hablando con Kevin? ¿Porque Brenda le dio su número? Los celos me estaban carcomiendo. No podía evitar sentirme herido y traicionado. ¿Cómo podía Brenda estar tan interesada en alguien más cuando yo estaba aquí, preocupándome por ella todo el tiempo? Me alejé con Brenda y su madre, incapaz de decir una palabra más.

Aquí te presento una versión corregida y mejorada del texto:

Narra Brenda

No es lo que piensan, no siento nada por Kevin. Mi corazón solo late por Alan, pero no tengo muchos amigos y que él me hablara me hizo sentir bien. Además, necesitaba sacarme a Alan de la cabeza.

Por más enamorada que esté, es un amor prohibido.

- Te escribiré -dijo Kevin sonriendo.

Regresamos al hotel con mi madre y Alan. Cenamos y luego cada uno fue a su habitación.

Cuando estaba en mi habitación, recibí una videollamada de mi hermana.

- Hola, Bren, ¿cómo estás? -preguntó sonriendo.

- Bien... Ingrid, ¿y tú, cómo estás? -le contesté cortante.

- Bien... recién hablé con mamá -dijo con una risa pícara.

- ¿Y qué te dijo? -pregunté cortante.

- Me dijo que charlaste con un chico -dijo con una risa pícara.

- No es nada, era solo una charla sin importancia -respondí cortante.

- Una charla sin importancia -dijo levantando una ceja-. Mamá me dijo que te dio su número y tú le diste el tuyo -añadió con una risa pícara.

- No sé qué película te estás haciendo en la cabeza... pero eso no tiene ningún significado -dije ya cansada de hablar con Ingrid.

- O sí, seguro que no tiene ningún significado -dijo sarcásticamente-. Mi hermanita tiene novio -dijo con una risa pícara.

- No te metas en mi vida, Ingrid -dije seria-. Y no vuelvas a decir eso... Kevin no me interesa para nada -dije con tono serio.

- Está bien... perdón, no quise molestarte, hermanita -dijo Ingrid.

- ¿Y cómo está el señor Freeman? -preguntó Ingrid suspirando con una sonrisa.

- Está bien... supongo -respondí cortante.

Otra vez estaba preguntando por Alan y eso me quemaba por dentro.

- Ay, es tan guapo -dijo Ingrid suspirando.

- Me tengo que ir... buenas noches, Ingrid -dije cortante.

- Buenas noches, hermanita -dijo y corté la llamada.

En cuanto colgué, me acosté y traté de dormir. Pero me costó conciliar el sueño. Seguía molestándome el hecho de que a mi hermana le gustara Alan.

Narra Alan

Estaba acostado, incapaz de dormir. Los recuerdos de Brenda me atormentaban, y sabía que no estaba bien estar enamorado de ella. Me preguntaba por qué estaba tan feliz de recibir un papel y por qué estaba tan interesada en seguir hablando con Kevin. ¿Había sido culpa mía por no haberle dado la atención que necesitaba?

Finalmente, me levanté y salí de mi habitación para dar un paseo nocturno por el hotel. Vi a Brenda y a su madre caminando juntas en el pasillo y decidí seguirlos a una distancia prudente. Escuché su conversación y me di cuenta de que Brenda acababa de conocer a Kevin y que no le interesaba en ese sentido.

Decidí acercarme y hablar con ella.

- Brenda, ¿podemos hablar? - le dije con voz suave. Ella se sorprendió al verme, pero asintió con la cabeza. Nos alejamos de su madre y empezamos a caminar juntos.

- Sé que soy tu profesor de literatura, Brenda, y que no está bien que me sienta así por ti - le dije con sinceridad. - Pero no puedo evitarlo. Me importas mucho

Brenda se quedó en silencio por un momento, y luego me miró con tristeza.

- Alan, yo también te aprecio mucho - me dijo. - Pero no puedo corresponderte de esa manera.

Lo entendí perfectamente. Pero no podía evitar sentirme atraído por ella. Decidimos seguir hablando y mantener una relación profesor-alumna saludable. Sería difícil, pero sabía que era lo mejor para ambos.