LUCAS
¿Quién coño roba los cuerpos ardientes de los muertos?
El motivo es completamente incomprensible.
Llamas furiosas lamían el cielo nocturno, restos humeantes de lo que debería haber sido una noche sagrada, con almas devueltas al abrazo de la Diosa de la Luna.
En cambio, hay dieciocho montículos alterados, sin cuerpos por encontrar.
Desnudo después de mi cambio, mis pies descalzos se hunden en la tierra empapada mientras me acerco, el barro chasqueando entre mis dedos.
—Alfa —La voz de Kellan corta la neblina de mis pensamientos. Me ofrece un montón de ropa, repuestos de emergencia que tenemos preparados para situaciones como esta.
Cogiendo solo un par de vaqueros, me los pongo con un tirón furioso, la ira hirviendo bajo mi piel. La brisa, fresca y ajena a las corrientes subterráneas de la noche, es casi reconfortante contra mi piel caldeada.