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Unos minutos más tarde, los amantes completamente vestidos finalmente se separaron, con la mujer negándose a marcharse, una expresión amarga adornaba su bonito rostro.
—¿Vas a seguir ahí parado? —preguntó él, con un tono algo insensible. Hugo sentía que había sido lo suficientemente caballeroso al decirle que ya era suficiente.
—¿En serio vas tras otra chica enfrente de mí? —preguntó ella, con la voz entrecortada, sabiendo que él entendería su cambio de tema.
—¿Por qué no? —Hugo cruzó los brazos con despreocupación—. No estamos en una relación.
—¡Tú! —Se detuvo, tomando una respiración profunda, tratando desesperadamente de no perder la calma—. Hemos dormido juntos tantas veces...
—Porque no tenía otra opción.
Ella cerró los ojos. Siempre había tenido una imagen compuesta, no iba a arruinarla ahora, solo sería desagradable. —¿Qué tiene ella de bueno?
—Ella es la mujer más hermosa y sexy que he visto hasta ahora.