```
Jacobo había sentido atracción por su tutora desde hace tiempo. Aunque ella tratara de cubrirse, sus ojos no podían evitar mirar sus labios cuando hablaba, pero ella era tímida y él no se atrevía a hacer ningún movimiento.
Su pequeño cerebro solo podía inventar esa patética excusa.
También le molestaba que ella pudiera hacer la pregunta sin siquiera pestañear.
—¿¡No podía actuar siquiera un poco celosa?!
Comieron en silencio antes de ir a su habitación. Observó amargamente mientras ella ordenaba sus materiales de estudio sin emociones.
Una de las cosas que él sabía de ella era que tenía ética profesional, sin tener en cuenta que había estado besándose con él.
Si la seguía molestando mientras hacía su trabajo, quizás ella lo odiaría y tal vez ni sus padres podrían convencerla de volver.
No podía arriesgarse.
Así que lo aguantó e intentó con todas sus fuerzas escuchar sus lecciones.
—La velocidad de este tren depende de...