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Afortunadamente era un sábado de colegio, y Cayo solo podía dejarla descansar sola.
Le permitió quedarse con él, pidiéndole de manera discreta que viviera allí ya que de todas formas no iría al dormitorio. Ella lo pensó por un rato y decidió no aceptar su oferta.
Tenía demasiadas cosas planeadas. No era que quería ocultárselas, pero él era un hombre muy caliente.
Temía no poder lograr nada si vivía con algún hombre.
Esto no era bueno. Tenía que prepararse para el apocalipsis.
Después de unas horas de descanso, se preparó para salir, sacando su teléfono para verificar su estado financiero.
Miró su cuenta bancaria. Había un total de 4300 dólares que era el ahorro de su vida de sus trabajos, becas y premios de concursos.
Además, Jacobo le envió 200 como prometió por las lecciones de besos, preguntándole amablemente cuándo sería la continuación junto con su envío.
Ella rodó los ojos y lo ignoró. Estaba demasiado ocupada para esto.