—Nancy oyó una voz familiar en su somnolencia, luchó por abrir los ojos y vio la figura frente a ella.
—Parece que su esposo ah...
En un trance, la voz autoculpable del hombre aún sonaba en sus oídos.
—Bebé, estuve mal, no debí asustarte así, mírame...
Su delicado cuerpo era sostenido con fuerza por el hombre, las gotas de sudor en su frente seguían rodando, su rostro estaba tan pálido que provocaba dolor en el corazón.
Dos líneas de lágrimas claras cruzaron sus mejillas y cayeron en sus sienes.
Resultó... que el que la violó fue Miguel.
Afortunadamente, no fue ese hombre lujurioso de antes, afortunadamente, afortunadamente, no estaba impura...
¿Pero por qué no había dicho nada y la había mantenido asustada por tanto tiempo?
Quería morirse de verdad cuando fue penetrada con fuerza, e incluso estaba lista para acabar consigo misma en cuanto él la desatara.
¿Por qué no dijo nada!
¿Por qué!