Los ojos de Gastone se abrieron de par en par al leer el contenido del documento. Dirigió la mirada hacia Daniel con incredulidad. —¿Qué coño estoy leyendo!? —preguntó de forma agresiva.
Daniel permaneció impasible con una sonrisa juguetona en los labios. Se recostó en el sofá relajadamente. —Ya lo sabes, Gastone. Puede que te choque, pero es negocios —respondió.
Gastone pellizcó el puente de su nariz. No sabía cómo reaccionar en ese momento e intentó componerse lo mejor que pudo. No quería arruinar su amistad con Daniel, especialmente cuando estaba relacionado con Lucía.
—Dime, ¿por qué estás usando humanos como productos cárnicos? —Gastone preguntó, golpeando el archivo sobre la mesa. Quería saber la razón por la cual Daniel había adoptado el modo de vida caníbal para los negocios.
—Mira aquí, mi amigo —dijo Daniel, inclinándose hacia adelante y entrelazando los dedos—. Hay tantos animales, pero están lentamente en peligro de extinción. No quiero que eso suceda pronto.