Rosina empezó a contarle a Draco lo que había pasado durante su "cita" con Gastone. Le hablaba a Draco como si fuera su compinche de chismes.
—¡Ja, ja! —Draco se rió mientras negaba con la cabeza cuando Rosina empezó a despotricar sobre sus pensamientos y desaprobación.
—Siento como si miles de espadas de plata apuntaran a mi cabeza si le digo 'no' de una vez, —Rosina rodó los ojos mientras gemía de frustración—. Y lo peor de todo, tengo que crear palabras floridas para escapar de la situación y acariciar su ego. Si fuera alguien más, su cabeza ya estaría separada de su cuerpo.
—Eso es extremo, —comentó Draco con una risita—. Pero entiendo por lo que has pasado.
Rosina observó cómo la cara de Draco se ponía seria lentamente y sus ojos se perdían en el espacio como si ya no estuviera allí. Esperó a que Draco hablara después de que terminara de rememorar sus recuerdos.
