La boca de Gastone se quedaba abierta mientras respiraba ahogadamente. Sentía un cosquilleo placentero en sus bolas cuando los dientes de Lucía rozaban su piel.
—Eso se siente bien —dijo Gastone sin aliento. Había extrañado ser íntimo con Lucía, y verla jugando con su p!ja lo hacía querer correrse dentro de su boca.
Lucía sonrió maliciosamente mientras daba una última chupada a las bolas de Gastone antes de lamer su eje. —Quiero probarte —dijo seductoramente. Sus ojos se quedaron en Gastone para conocer su respuesta.
—Puedes hacer lo que quieras, Cariño —susurró Gastone, acariciando las mejillas de Lucía. La encontraba extremadamente hermosa, especialmente viendo la humedad en el lado de su boca, que era su pre-cum.
Lucía no perdió más tiempo antes de volver a poner su boca en la p!ja de Gastone. Su mandíbula le dolía un poco, pero lo ignoró por el bien del placer. Podía sentir su ropa interior mojándose con todas las chupadas y también quería sentirse bien.