** Harper **
Para su sorpresa y horror, Eli no se retiró. En cambio, una risita diabólica rozó su oído interno, haciendo que los escalofríos se encendieran de nuevo demasiado fácilmente.
—¿Asustada? —susurró él—. Di la palabra gallina y pararé.
—…
¡Este hombre sin vergüenza! ¿Realmente no tenía modestia alguna como para sentirse asustado por ser descubierto?
—No soy una galli— —siseó Harper, aunque rápidamente se contuvo antes de que la palabra gallina se le escapara de la lengua. ¿Contaría eso como decir una palabra de seguridad? ¿Sería rendirse en el juego y admitiendo que no tenía agallas para afrontar el desafío?
Su ritmo cardíaco subió a otro nivel. Asustada como estaba de ser descubierta en tal estado, tampoco podía simplemente dejar que él la considerara una cobarde. ¡De ninguna manera le daría la oportunidad perfecta en bandeja de plata de llamarla gallina por el resto de su vida!