```
—Xaden, despierta —una voz femenina familiar lo sacudió para despertarlo—. Despierta, mi amor.
Se revolvió en su cama para enfrentarse a la dirección de donde venía la voz y luego sus ojos parpadearon abiertos y vio a su madre mirándolo, aparentemente triste.
—Mamá, ¿qué pasa? —preguntó.
—Tenemos que irnos —le dijo ella.
Su hermana Anna estaba en su cadera, su mano todavía en su pulgar.
—Quiero que seas un buen chico. Sé el valiente jovencito que eres —dijo ella con lágrimas llenando sus ojos—. Mamá te ama. Cuida de Anna. Amo a los dos.
—¿Qué está pasando? —preguntó él confundido.
Su mamá siempre le decía que lo amaba. Incluso su papá. ¿Por qué lo decía con una preocupación sonora como si algo estuviera mal? Había gritos, ruidos fuertes afuera. ¿Por qué había tal cantidad de ruido? ¿No era solo la hora de dormir? Miró por la ventana y vio que aún estaba oscuro. ¿O acaso había un festival?
Ella bajó a Anna en la cama. Anna estaba bien dormida.