—Eres hermosa, por favor recuérdalo —Yuki colocó sus colmillos sobre el cuello de Serina esperando una reacción.
Serina miró a Cedric y sus ojos se abrieron de par en par cuando sintió los colmillos en su cuello. Su cuerpo empezó a entrar en pánico pero ya no podía moverse del lugar en el que estaba. Traga saliva y el miedo se irradia de ella.
—Tu sangre...hic. ¡Es como una bebida alcohólica! —Yuki empieza a reírse entre hipo y hipo.
—Siéntate y tómate un momento. ¿Cómo te sientes, Serina? —Cedric respira profundamente y se levanta y guía a Yuki hacia la silla.