—Hay algo, pero primero quiero presumirte —Cedric se acercó al edificio y sostuvo la puerta abierta. Una vez que Yuki entró, él la siguió—. Subiremos en el elevador —Caminó hacia el elevador especial y sacó una tarjeta magnética y las puertas se abrieron.
Yuki observó cómo se abrían las puertas del elevador y entró. Se paró junto a Cedric y, una vez que las puertas se cerraron, soltó un suspiro—. Acompañaré tu decisión en lo que decidas.
—No te preocupes, sé que lo harás. Solo asegúrate de quedarte así hasta que lleguemos a casa esta noche —Cedric la tocó y se inclinó para empezar a besarla. La levantó y la apoyó contra la pared trasera del elevador. Deslizó sus dedos en su interior y la mantuvo en su lugar—. Disfruta esto por el momento —le susurró al oído.
—Hmmmmm, no, por favor no aquí. ¿Qué pasará si nos, ahhhhh, ven? —Yuki rodeó su cuello con los brazos mientras él la mantenía presionada entre la pared y su cuerpo.