Cedric podía oír su voz en su mente. Dejó de resistirse y permitió que ella terminara. Su cabeza le palpitaba por el dolor de cabeza pero los recuerdos comenzaron a fluir de vuelta a él. Se queda quieto en el suelo mirando a Yuki. Los recuerdos de esta habitación le hicieron agarrarse la cabeza y desmayarse. Mientras perdía la consciencia, comenzó a revivir sus memorias. Conoció a Ryan y Luna cuando tenía veinticinco años en un banquete para la unidad de los antiguos clanes. Esto ocurría cada cincuenta años ya que los clanes eran todos inmortales. Él era el legítimo heredero del clan Okami y su padre, el líder del clan, le había dicho que podría encontrar a su compañera de vida si asistía a la reunión. Estaba intrigado por los otros inmortales que existían en el mundo. Así que rápidamente accedió a ir. Se recostaba contra la pared al lado del balcón observando a todas las personas en la fiesta. La mayoría de los asistentes no parecían tener más de treinta años. Había una pareja que conversaba íntimamente y la mujer fruncía ligeramente el ceño. Cedric se había preguntado cuál sería el problema pero como no sabía quiénes eran no podía intervenir.
La pareja se acercó a Cedric. Luna levantó la mirada hacia el joven hombre. —Debes ser Cedric, ¿estoy en lo correcto? —Ella miraba a sus ojos con la esperanza.
Cedric bajó la mirada hacia la mujer que todavía fruncía el ceño. —Yo soy Cedric del clan Okami. ¿A qué debo el placer de que ustedes dos vengan a hablarme? —Era más bien directo y un tanto frío.
—Oh genial, me alegra que encontráramos a la persona correcta. Soy Luna y este es mi esposo Ryan —Ella se detuvo, hizo una seña a Ryan y sonrió—. Somos realeza vampiro y los anfitriones de la fiesta de esta noche. ¿Podría molestarse con una pequeña tarea? Nuestra hija se niega a salir de su habitación y es necesario que asista a la fiesta este año. Pensé que, dado que mi hija y tú son cercanos en edad, podrías convencerla de salir de su habitación —Ella susurró su petición.
Cedric suspiró y miró hacia abajo a Luna. —No puedo negar exactamente una solicitud de los anfitriones de esta fiesta. Miró hacia Ryan y él solo le sonreía. —Está bien, ayudaré pero no hay garantías de que me escuche a mí, un forastero. Un sirviente apareció a su lado, se inclinó ante él y comenzó a guiar el camino en silencio. Empezó a seguir al sirviente sin hacer preguntas. Se detuvieron frente a una puerta grande y el sirviente tocó y luego abrió la puerta, dejando pasar a Cedric.
Yuki se ocultaba en las sombras y estaba intentando escapar pero vio que no era una cara familiar. Se rió y apareció detrás de él y en su oído oyó —Te ves bastante apetitoso.
Cedric actuó rápido y la inmovilizó contra la pared. —Soy un invitado de la fiesta, no una cena para la hija de los anfitriones. Me han pedido que te haga aparecer. Así que te haré un trato. Te dejaré beber mi sangre pero solo si vienes a la fiesta. Sabía que eso atraería la atención de la chica.
—De acuerdo. Ella se alejó de su agarre y se vistió delante de él. Sus ojos eran plateados y rojos entremezclados y su cabello era plateado. Tomó un vestido rojo sin tirantes y se deslizó en él. —¿Puedes ayudarme a abrochar la espalda? Ella sostuvo su cabello y esperó la ayuda de Cedric.
Él se acercó a ella y abrochó el vestido. Tomó un collar del tocador y se lo puso antes de que ella pudiera pedirlo. Intencionadamente dejó salir su aliento en su oído antes de retroceder hacia la puerta. Observó cómo la chica se sonrojaba intensamente, casi igualando el color del vestido. La vio recoger rápidamente su pelo y luego se sentó en la cama. Tomó los tacones rojos y se los llevó. Lentamente se los puso y luego la ayudó a levantarse de la cama. Extendió su brazo para que ella se agarrara. —Vamos, tus padres están esperando. La escoltó fuera de la habitación. Llegaron a la sala de fiestas y Luna y Ryan estaban gratamente sorprendidos. La llevó hasta sus padres. —Aquí la tienen. Mi deber está cumplido. Se inclinó hacia su oído y susurró, —cuando termine la fiesta te daré tu recompensa. Luego salió hacia la terraza. No notó que había muchos ojos sobre él ni le importaría ya que los anfitriones le habían pedido ese favor. Su fiesta de debut fue un éxito después de que el resto de los invitados se fueron, Cedric se quedó un rato más y se acercó a la chica. Se inclinó y extendió su mano. —¿Puedo tener el último baile mientras los invitados se van?