Tomando el brazo de Cedric, Yuki le sonríe inocentemente—. No puedo esperar a que todo esto termine. Solo quiero pasar todo mi tiempo contigo mientras pueda. Doce horas o menos nunca son suficientes para estar contigo —Yuki se acurrucó en su brazo y sonrió.
Cedric abrió la puerta, y los dos caminaron hacia el reservado privado en el restaurante. Entrando con Yuki, él miró fijamente a los dos —Claudia, Tío —asintió rígidamente y jaló la silla de Yuki. Una vez sentada, la empujó hacia adentro y se sentó a su lado.
—Creí que te había dicho que le mostraras respeto a mi esposa, Cedric —su Tío los miró con el ceño fruncido.
—Y yo te he dicho que no la trataría como familia. Alguien más que trajiste a esta familia no vale mi tiempo. Ahora, estás haciendo que mi cita se sienta incómoda —Cedric miró a Yuki, retorciéndose.