Después de eso, estuvieron charlando, bromeando y coqueteando durante unos treinta minutos antes de finalmente volver al trabajo.
Como a Xiao Tian le complacía el crecimiento de su relación, decidió no besar apasionadamente a Lin Xing Xue porque no quería obligarla a dar un beso caliente frente a su buena amiga.
Tampoco le dio un beso francés a Shi Fei porque no quería entristecer a Lin Xing Xue y hacer que cambiara de opinión.
El tiempo pasó volando y sin darse cuenta, ya era hora de ir a casa. Y como solía hacer, Xiao Tian llevó a Lin Xing Xue y Shi Fei a casa antes de volver.
—Ya estoy en casa —cuando Xiao Tian entró en la sala de estar, se preparó para atrapar a su madre porque pensaba que ella saltaría sobre él en cuanto lo viera en la sala.
Sin embargo, lo que había imaginado estaba equivocado porque cuando estaba en la sala, su madre no saltó sobre él o más preciso, no veía a su madre.
Pero cuando vio a su tía sentada en el sofá, se acercó a ella y preguntó: