Rápidamente se fue, llevando sus cosas y, por supuesto, dirigiéndose hacia su dormitorio. Se preguntaba si debería esperar a que Gu Ning regresara y discutir con él sobre la compra de una casa en el vecindario.
Vivir en el dormitorio siempre carecía de un sentido de pertenencia. Servía como alojamiento de emergencia, pero aún quería un lugar propio, un espacio para la privacidad.
Cuando salió, llegó a la cafetería del hospital y tomó algunas cosas para su cena.
Quería terminar esa receta antes de que Gu Ning regresara, y con suerte tener la medicina preparada.
Tomaba bocados de comida mientras caminaba. Cuando llegó a la entrada del dormitorio, ya había terminado su bollo. Sacó sus llaves, abrió la puerta e inmediatamente comenzó a trabajar en la receta de su bolso.
