En ese entonces, ella había sido abandonada de la misma manera.
Gu Ning extendió la mano y le acarició la cabeza.
—Mi peinado está arruinado —Tang Yuxin logró contener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Secretamente se maldijo a sí misma por ser débil. ¿Por qué llorar? Las personas van y vienen en este mundo. Y, ¿qué importancia tiene perder una maleta? Aunque no fuera ahora, eventualmente la perdería. Las personas son volubles, siempre buscando novedades mientras se aburren de lo antiguo. Tal vez Tang Yuxin misma nunca había sido verdaderamente fiel.
En el pasado, amaba a Zhang Yong'an, pensando que su amor duraría hasta el fin de los tiempos. A pesar de que todos lo referían como un montón de heces, en sus ojos, él era una flor.
Pero ahora, el mar seguía lleno, las piedras intactas, y el mundo no había terminado aún.
