—¿Podría incluso salvarse en esta condición? —preguntó Li Jia a Tang Yuxin.
Tang Yuxin reflexionó por un momento. Hasta ahora, todo estaba bien, quizás debido a que no había perdido demasiada sangre, por lo que su estado mental era bastante claro, permitiéndole hacer mejores juicios.
Ella examinó el bazo de Liu Guang.