—Cuñada, ¿de qué estás hablando? —Zhang Xiangcao, cargando a la Pequeña Wanqi, preguntó—. ¿Qué es eso de causarme inconvenientes? Nos conocemos desde hace mucho tiempo. El éxito de nuestro negocio es gracias al arduo trabajo del hermano Lin, tanto en público como en secreto. Enviar a Wanqi aquí es un gran favor para mí. Tal vez no lo sepas, pero Chengcheng se fue a la escuela y Sisi casi no va a casa durante la semana. Barro los pisos tan a menudo que casi estoy desgastando el yeso. Zhijun se asustó tanto, pensó que me había vuelto loca.
—Ahora que me enviaste una adición tan encantadora, estoy más que feliz. ¿Cómo podría ser una carga? Además, —Zhang Xiangcao jugueteó burlonamente con la eternamente sonriente Pequeña Wanqi—, cuidar de la niña no es toda tarea mía, no puedo hacer mucho aparte de preparar comida y cambiar pañales, Lele hace la mayor parte del trabajo duro día a día.
