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Hablando de darle clases particulares a Wei Jiani, le irrita tanto recordar cómo tiene que resistir matarla casi todos los días. Si la haces darle lecciones a Wei Jiani, realmente teme que pueda perder el control y envenenarla con veneno para ratas.
La presencia de Sang Zhilan es igual de repulsiva para ella que la de Wei Jiani.
Sería mejor si pudiera evitar verles las caras por el resto de su vida, ¿cómo podría soportar verlas cada vez que mira hacia arriba o hacia abajo?
—¿Me escuchaste? —la ira contenida de Sang Zhilan se manifestó cuando Tang Yuxin no habló por mucho tiempo.
—Te escuché —respondió Tang Yuxin con ligereza.
Luego giró sobre sus talones y se fue directamente, demasiado perezosa para perder tiempo discutiendo con Sang Zhilan. ¿De verdad Sang Zhilan cree que puede hacer que renuncie a sus propios estudios y a su sueño de toda la vida, para dar clases particulares a la que robó a su marido, arruinó su vida, su verdadera enemiga?