—Sí... y no.
En este punto, no había necesidad de ocultarlo. Además, la Princesa Jingning no era el Emperador Jing Xuan.
—Son descendientes del Rey Nanyang, pero no son sus hijos.
La Princesa Jingning miró a Su Xiaoxiao confundida. —Sí...
Su Xiaoxiao confesó:
—Nietos.
La Princesa Jingning quedó ligeramente aturdida antes de entender. —Es cierto. El Rey Nanyang falleció hace muchos años. ¿Cómo podría tener un hijo de tres años? Me alteré y lo olvidé.
O quizás ella subconscientemente esperaba que el Tío Imperial Nanyang todavía estuviera vivo.
Su Xiaoxiao dijo:
—Me pregunto cuánto sabe la Princesa sobre la aniquilación de la Mansión Nanyang de la noche a la mañana.
La Princesa Jingning suspiró. —Escuché que murieron de enfermedad. Toda su familia fue plagada, y nadie sobrevivió.
Su Xiaoxiao hizo una pausa. —Pretendamos que eso es la verdad. Una persona afortunada sobrevivió y años después dio a luz a Dahu, Erhu y Xiaohu.
