La casa estaba silenciosa, excepto por las palabras de Su Xiaoxiao.
Sin embargo, después de un largo tiempo, tan largo que Su Xiaoxiao se preguntaba si había malinterpretado a Helian Ye, vino un retumbo sordo del este.
La estantería se movió hacia un lado, revelando una oscura habitación secreta.
Justo después de eso, un hombre alto vestido de negro caminó lentamente hacia fuera.
Su Xiaoxiao había visto un retrato del Príncipe de Nanyang cuando era joven. Era un hombre guapo con ropa fresca. Tenía un espíritu elevado y era elegante.
El hombre frente a ella se superpuso gradualmente con la apariencia en el retrato. La diferencia era que había un rastro del tiempo en su rostro, pero aún era guapo.
Las cejas de Dahu, Erhu y Xiaohu se parecían a las de él, pero no eran tan similares.
Los ojos de los niños eran limpios y claros, pero los de él eran fríos y siniestros.
