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Zhao Kangning se sentía terrible.
—¿Este potro... era suyo?
—¿De Qin Su?
—¿De esa chica de campo?
Pensando en cómo había jurado dar este caballo a la joven Princesa del Jin Occidental hace un segundo, este caballo se convirtió en tomado.
¡La dueña del potro incluso la había suprimido en el banquete de bienvenida!
El sonido de su oferta del caballo justo ahora no fue suave, y la conmoción de conseguir a alguien para atrapar el caballo fue aún más ostentosa. Este giro de los acontecimientos no fue menos que una bofetada para ella en público.
—Así que el caballo no es tuyo y todavía quieres dármelo. Hmph —la joven Princesa de Jin Occidental atravesó su último rastro de dignidad.
La cara de Zhao Kangning ardió. Desearía nunca haber venido al hipódromo hoy.
La joven Princesa del Jin Occidental le dijo a la Princesa del Jin Occidental:
—Madre, ¡voy a buscar a Qin Su!
La Princesa del Jin Occidental asintió ligeramente:
—Ve.
