Su Xiaoxiao no se dio cuenta de qué era, pero rápidamente lo supo.
El alboroto era demasiado grande. El Emperador Jing Xuan y el enviado de Yan del Norte, quienes estaban discutiendo en el Supreme Harmony, se apresuraron a llegar. Tres príncipes los acompañaron—Xiao Duye, Xiao Shunyang y Xiao Zhonghua.
—¡General Li! —Un enviado miró al hombre despeinado en el suelo y exclamó.
Las expresiones del Emperador Jing Xuan y Helian Ye se volvieron feas.
Este era el harén. No importaba quiénes fueran y si eran aliados o estaban luchando, era imposible que al Emperador Jing Xuan le hiciera feliz.
De manera similar, Helian Ye se sentía un poco avergonzado de que su subordinado se hubiera irrumpido en el harén de otro.
La mirada del Emperador Jing Xuan recorrió a Su Cheng y Su Xiaoxiao.
La Princesa Hui An agarró la mano de Su Xiaoxiao protectoramente. —Padre, Qin Su entró al palacio para cambiar mi vendaje. Solo oyó el alboroto aquí después de cambiarlo .
