—¿Podría ser que perdió la memoria? Para ser honesto, ¡he olvidado mucho! —preguntó Wei Liulang.
—¿Qué has olvidado? —preguntó Wei Ting.
—¿Si lo recuerdo, seguiría llamándose olvidar?
—Entonces, ¿cómo sabes que olvidaste?
—¡Yo... Mocoso! ¿No deberías estar más concentrado en este momento? ¿Quieres morir?
Wei Liulang levantó su brazo izquierdo y bloqueó la espada del otro. Si este hubiera sido su brazo, habría estado roto diecisiete o dieciocho veces.
La otra parte miró el brazo de Wei Liulang de forma extraña, como si estuviera curioso e interesado.
El cuero cabelludo de Wei Liulang se tensó. —Está acabado. ¡Quiere arrebatarme el brazo!
Wei Ting tomó una decisión rápida y sacó la campana de hierro del brazo de Wei Liulang.
En el momento en que vio la campana de hierro, la otra parte se detuvo.
¡Wei Ting aprovechó la oportunidad para noquearlo!
—¡Pequeño Siete! —Wei Liulang estaba insatisfecho.
