—Todos oyeron el lento y nítido aplauso de la Princesa del Reino de Jin Occidental y despertaron de un sueño —se sacudieron la inmersión de la música.
Solo entonces se dieron cuenta de que sus rostros estaban cubiertos de lágrimas. Sus ropas estaban empapadas en sudor caliente, y sus corazones latían violentamente. Les era difícil incluso respirar.
—¡Bien!
—¡Qin Canglan se puso de pie y aplaudió!
—Su Xiaoxiao inclinó su cabeza y lo miró —eh, ¿cuándo había llegado el Abuelo?
Cuando Su Xiaoxiao tocaba, era como mil tropas. Sus jóvenes hombros llevaban el peso de todos los seres vivos del mundo. En ese momento, ¡ella brillaba intensamente!
En este momento, de repente inclinó su cabeza. La fría intención asesina desapareció entre sus cejas, como un soldado que había regresado de una matanza, revelando la inocencia e inexperiencia de un joven.
Todos se sintieron abrumados por su ternura y sus corazones se dolieron por ella.
Después del dolor, todos se quedaron atónitos.
