Las habilidades de seguimiento de esta persona no eran altas y no notó la sombra proyectada en el suelo.
Su Xiaoxiao miró la sombra en el suelo y se detuvo en seco.
La otra persona pareció alarmarse y se esfumó detrás de la pared.
Cuando la otra persona volvió al callejón, Su Xiaoxiao ya se había esfumado.
—¿Dónde está ella?
—Aquí —la voz del Pequeño Demonio Su sonó sobre su cabeza. La otra persona levantó la vista y exclamó sorprendida.
Su Xiaoxiao saltó y aterrizó firmemente frente a la otra persona. Dijo con indiferencia:
—Guo Lingxi, ¿por qué me sigues?
Así es, esta persona no era otra que la Princesa Lingxi, quien siempre había estado en desacuerdo con Su Xiaoxiao.
Su Xiaoxiao había visto demasiadas personas malvadas y básicamente no lo tomaba a pecho.
Guo Lingxi era diferente. Su disgusto por Su Xiaoxiao aumentaba día con día. Ahora, deseaba poder despellejar viva a Su Xiaoxiao.
Apretó el látigo en su mano, y una ira retorcida apareció en su hermoso rostro.
