Mo Guiyuan, en efecto, no era tan fácil de matar. Wei Ting había pagado un precio muy alto.
Sus órganos internos habían sufrido lesiones internas, y sus siete orificios sangraban sin parar. Las heridas en su cuerpo eran tan profundas que se podían ver sus huesos.
Cuando Su Cheng lo recogió por primera vez y lo llevó a casa, no estaba tan gravemente herido.
Esto no era una cuestión de estar medio muerto. Era el veneno el que había reducido su función de coagulación sanguínea. Su sangre no podía detenerse…
Su Xiaoxiao entró en la farmacia.
La farmacia probablemente entendió que Wei Ting estaba en un momento crítico y no montó un berrinche. Permitió que Su Xiaoxiao entrara. No obstante, la botella de veneno que Su Xiaoxiao llevaba consigo fue arrojada fuera por la farmacia.
Parecía estar diciendo: "¿No es esto suficiente para satisfacerte? ¡Realmente trajiste esas medicinas indecentes de afuera!"
